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sábado,
27 de
agosto de
2005 |
El dragón asiático tiene
sed: busca reservas de
crudo en todo el mundo
Debido a la creciente demanda, los chinos quieren asegurarse sus fuentes
y evitar la dependencia
Pekín. - El acuerdo de compra de la petrolera internacional PetroKazakhstan constituye un paso adelante en la estrategia de China de asegurarse reservas de crudo en todo el mundo. La prensa china celebró la adquisición como "victoria" frente a India, país competidor en la búsqueda de fuentes de energía.
Mientras este país de más de mil millones de habitantes estaciona las bicicletas y se sube a los coches, crece la sed del dragón chino: ninguna otra economía del planeta está desarrollándose de forma tan rápida. En 2020, el producto interno bruto de la nación más poblada de la tierra se cuadruplicará. Su consumo de petróleo, que en la actualidad es de 6,68 millones de barriles diarios, se duplicará hasta los 13 millones de barriles en dos décadas.
La fuerte demanda de China es uno de los factores que se esconden detrás de las considerables subidas del precio del petróleo. En los últimos tres años, la República Popular contribuyó a más de la mitad de la demanda adicional.
Desde que en 1983 China pasó a extraer menos petróleo del que necesitaba, Pekín ha tenido que fijar su mirada en el extranjero. El plan quinquenal otorga la pauta: más cooperación internacional para la explotación de reservas de crudo sobre todo con Rusia, en Medio Oriente, en el norte de Africa y en América del Sur. Trabajadores del petróleo y ejecutivos chinos se pueden encontrar hoy tanto en Sudán y en Irán como en Kazajstán, o también en Canadá, Venezuela o Indonesia.
El recelo hacia EEUU
China tiene que importar el 40 por ciento de sus necesidades de crudo, pero no las quiere comprar en el mercado, sino asegurarse las fuentes. "No puedo afirmar que tengamos una estrategia amplia. Depende de la empresa a la que podemos hacer una oferta", apunta Shan Weiguo, del centro de investigación Coorporación Nacional del Petróleo de China (CNPC). Los 4.180 millones de dólares que la CNPC ha desembolsado por PetroKazakhstan es la mayor adquisición de una empresa extranjera que realiza un grupo chino.
Existe un profundo temor a una dependencia de fuentes y vías de suministro que puedan ser controladas por la superpotencia estadounidense. También hay desconfianza en Estados Unidos frente a los planes de expansión de los chinos. No obstante, el total de las reservas chinas en el extranjero constituye una décima parte de lo que controla un grupo petrolero internacional como BP.
La oposición política en Estados Unidos fue la que hizo fracasar hace tres semanas la adquisición del grupo energético norteamericano Unocal por parte del gigante estatal ruso CNOOC, pese a que formuló la mejor propuesta de compra.
La mayoría de ocasiones, China va a lugares donde Estados Unidos tiene poca influencia, lo que deriva en problemas políticos. La principal cooperación en este ámbito de China es con Sudán, cuyo gobierno ha sido demandado por graves violaciones de los derechos humanos, pero que cuenta con el apoyo de Pekín, que tiene un asiento en el Consejo de Seguridad.
Ofrecimiento venezolano
Algo similar ocurre con Irán, cuya actividad nuclear suscita desconfianza de Occidente. En octubre pasado, China cerró un acuerdo marco con Irán de 25 años para suministrar petróleo y gas por un valor de entre 70.000 y 200.000 millones de dólares. Tampoco es casualidad que el ministro del Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, se encuentre de gira por China.
A raíz de las tensiones con Washington, el país latinoamericano quiere reducir su dependencia del suministro a Estados Unidos. En 2004, el quinto país productor de petróleo suministraba a China 12.300 barriles al día. Antes de 2012 serán 300.000 barriles diarios. No exentas de conflicto son las aspiraciones chinas sobre las reservas de crudo cerca de las islas Stratly, en el sur del mar de China. Además en la zona este de este mar amenaza con escalar una disputa territorial tan pronto como las empresas japonesas comiencen a realizar perforaciones de prueba.
En el centro de Asia, donde la presencia de los estadounidenses choca cada vez más con la oposición política, encaja a la perfección la compra de PetroKazakhstan en las crecientes actividades de China. Con Kazajstán, donde la empresa registrada en Canadá controla el 12 por ciento de la producción petrolera, China ya está construyendo un oleoducto de 3.000 millones de dólares cuyo primer tramo comenzará a funcionar el año que viene. (DPA)
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En dos décadas el mercado chino consumirá 13 millones de barriles diarios.
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