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sábado,
27 de
agosto de
2005 |
Investigaciones en Londres sobre el joven brasileño acribillado por la policía
Once disparos durante 30 segundos
Una periodista testigo también contradice la versión oficial sobre el operativo antiterrorista
Londres. - Una testigo del tiroteo que causó la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes en un vagón del subte de Londres, declaró a los investigadores que la policía británica le disparó 11 tiros durante unos 30 segundos. Según informó ayer el diario The Guardian, la periodista free lance Sue Thomanson aseguró a la Comisión Independiente de Investigación de Quejas a la Policía (IPCC) que los agentes dispararon 11 tiros en aproximadamente 30 segundos, hecho que ella interpretó como un "ataque de terroristas".
Esa mañana, Thomanson se dirigía al trabajo leyendo cuando el tren se detuvo en la estación de Stockwell, sur de Londres. En la declaración que hizo a la IPCC, que se encarga de investigar el caso, dijo: "Escuché una voz de hombre que podía proceder de varios individuos. La gente comenzó a levantarse de sus asientos y mirar de dónde provenían esos gritos".
La periodista agregó: "Sonó un disparo que venía del vagón que estaba a mi izquierda. Pensé que se trataba de un atentado terrorista, así que salí corriendo".
De Menezes, de 27 años, murió en la estación de Stockwell al recibir, de acuerdo a la versión oficial, ocho tiros -siete en la cabeza y uno en el hombro- de un policía vestido de civil que al parecer lo confundió con un atacante suicida, presunto autor de los atentados sin víctimas del 21 de julio. The Guardian indicó que otros tres casquillos de bala se hallaron en el suelo del vagón, aumentando de 8 a 11 el número de disparos contra Menezes.
La testigo explicó que los primeros disparos estuvieron "separados por pausas regulares de unos tres segundos, después hubo una pausa más larga y se retomaron los disparos con pausas regulares".
Este testimonio contradice una vez más la versión oficial y se suma a los datos conocidos esta semana por la prensa local. El titular de Scotland Yard, Ian Blair, afirmó en su primera declaración tras lo ocurrido el 22 de julio pasado, que el brasileño había huido de la policía y desoído sus advertencias.
Pero documentos de la investigación filtrados a la prensa, mostraron las mentiras de la versión oficial con declaraciones de testigos y policías que vieron el hecho.
Las imágenes tomadas por las cámaras del circuito de seguridad, confirmaron que el joven entró tranquilamente en el subte y se sentó en un vagón antes de ser tiroteado y que, en contra de lo que dijeron las fuerzas del orden, no llevaba una chaqueta abultada en la que hubiera podido ocultar una bomba.
Más tarde, la policía británica explicó que había confundido a Menezes con uno de los presuntos autores de los atentados del 21-J, ya que vivía en el mismo edificio que uno de ellos. Además, los testimonios de empleados de la estación Stockwell contradicen otro aspecto más de la versión policial sobre la muerte de Menezes.
Según sus relatos, tres de las cámaras de la estación funcionaban correctamente, pese a que la policía británica informó que cinco de ellas que pudieron grabar al brasileño -cuatro en el andén y otra en el vagón donde fue tiroteado- no funcionaban.
El caso de Menezes generó un profundo y silenciado conflicto entre la policía y las fuerzas especiales del ejército británico que participaron en la operación pero bajo comando de Scotland Yard. En Londres aún no saben quién mató al brasileño, sí un policía o un militar.
La IPCC, que esta semana recibió a una delegación del gobierno brasileño que supervisa el caso, debe presentar su informe al juez instructor el próximo 23 de febrero, cuando se sabrá si se tomarán acciones legales contra los agentes.
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Luego de los atentados, uno de cada tres londinenses quiere usar con menos frecuencia el metro.
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