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 miércoles, 24 de agosto de 2005  
Desaparecidos. Reconocieron un chalet en Fisherton
La Justicia va por más luego del hallazgo de otro centro represivo
Aseguran que la pesquisa deberá apuntar ahora a la identificación y castigo de los secuestradores y asesinos

"Es una parte de la historia. Ahora falta la otra, la más importante desde el punto de vista del derecho: identificar a los culpables y castigarlos". En los Tribunales Federales evaluaron con moderado optimismo la confirmación de la existencia de otro centro clandestino de detención que funcionó en Rosario durante la última dictadura militar. Se trata de la quinta operacional Fisherton, emplazada en la zona oeste de la ciudad.

Los primeros procedimientos judiciales fueron encabezados el lunes pasado por la fiscal federal Griselda Tessio y el juez subrogante Carlos Vera Barros, quienes acompañaron a Fernando Brarda, un sobreviviente de ese centro clandestino, y a Agustín Vidal, hermano de Marité (ex novia del canciller Rafael Bielsa).

La propiedad está ubicada a unos 100 metros del asfalto de la prolongación de Mendoza (San José de Calazans al 9100) y a unos 200 de la rotonda de calle Wilde, donde comienza el predio del Mercado de Concentración de Fisherton.

Brarda reconoció haber estado allí junto a seis personas actualmente desaparecidas, entre ellas Marité. Luego visitaron otra propiedad ubicada en la zona rural de Funes, a metros del Aeropuerto Malvinas Argentinas.

Pero la propiedad, que en su momento estuvo bajo al mando de la Policía Aeronáutica y que ya fue descripta ante la Justicia por un testigo, había sido demolida.

Fuentes judiciales confiaron a La Capital que el hallazgo representa "una parte de la historia, porque ahora falta la otra, la más importante desde el punto de del derecho: identificar a los culpables, a los secuestradores y torturadores, y castigarlos". Luego reconocieron que "existen varios elementos, aunque resta acreditarlos".

El chalet, de tejas rojas, presenta dos alas: una habitada por una familia de condición humilde y la otra con puertas y ventanas tapiadas. También hay una construcción de servicio, clausurada con ladrillos, con claros indicios de haber sido dividida en su interior.

En el 2003 Brarda había denunciado ante la Justicia las torturas que sufrió tras su secuestro, ocurrido el 5 de agosto de 1976. La misma propiedad fue allanada hace cuatro meses, aunque sin el resultado anhelado.
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