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 miércoles, 24 de agosto de 2005  
Crisis carcelaria
Revuelta y destrozos en la alcaidía de Casilda
Cuatro reclusos que estaban en la alcaidía prendieron colchones para resistir su traslado a Coronda

Casilda .- Cuatro presos que estaban alojados en el pabellón A de la alcaidía de la Unidad Regional IV de Policía del Departamento Caseros originaron ayer un motín para impedir su traslado al Penal de Coronda, aunque no lo consiguieron. Los detenidos se rebelaron al ser notificados de la decisión judicial y e inmediatamente incendiaron los colchones de su celda, a pesar de poner en riesgo sus vidas. A la protesta se plegaron siete internos del pabellón B, quienes arrojaron piedras contra los uniformados. La refriega sólo dejó como saldo un policía levemente lesionado y escasas pérdidas materiales como consecuencia del siniestro.

La revuelta se inició cerca de las 11.10 cuando cuatro reclusos intentaron resistir su traslado a la Unidad Carcelaria Nº1 de Coronda a partir de una orden emanada de Juzgado Penal de Casilda, a cargo de Silvia Nogueras. Los promotores del motín fueron tres rosarinos identificados como Francisco Romero, Fabián Brollio y Matías Toloza, y un entrerriano llamado Daniel Gómez.

Estos cuatro internos estaban presos por robo calificado e involucrados en el homicidio de Daniel Pueblas, un hombre de Arequito que fue asesinado en su calabozo mientras se encontraba detenido por el presunto delito de abuso sexual a dos menores. En el marco de esa causa y "debido a su peligrosidad" la Justicia ordenó sus traslados hacia la cárcel de Coronda, según indicaron fuentes policiales a La Capital.

Al parecer los detenidos pretendían seguir alojados en la alcaidía de Casilda por cuestiones de seguridad. Pero el intento por resistir la medida fue en vano y ahora continuarán privados de su libertad en Coronda. En tanto los presos que se plegaron al levantamiento siguen alojados en el pabellón B, el cual está ubicado cerca del A y en proceso de refacción, razón por la cual los presos aprovecharon los escombros y restos de mampostería de la obra para atacar a los uniformados.

Para controlar la situación la policía tuvo que reprimir con proyectiles antitumulto una vez sofocado el incendio con matafuegos y agua, aunque, por mayor seguridad, también colaboraron los bomberos.

"Después de sofocar el incendio tardamos cerca de cinco minutos para reducir a los amotinados y controlar la situación", explicó el jefe de la URIV, Rubén Rimoldi. "Lo primero que hicimos -señaló el comisario- fue apagar las llamas para velar por la vida de los internos, ya que además temíamos que pudieran asfixiarse por la humareda".

Una vez controlado el motín, los cuatro presos que lo iniciaron fueron subidos a un móvil policial que los trasladó al penal corondino.
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Un policía lleva esposado a uno de los presos. (Gentileza Mauricio Maroevich)

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