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 miércoles, 24 de agosto de 2005  
Repliegue histórico. La operación en Homesh y Sanur resultó más pacífica de lo que temían las autoridades
El ejército israelí completó el plan de desconexión antes de lo previsto
A pesar de la resistencia de los colonos, ayer se evacuaron los dos últimos asentamientos en Cisjordania

Homesh/Sanur, Cisjordania.- Con la evacuación de los asentamientos de Sanur y Homesh, en el norte de Cisjordania, Israel concluyó ayer el plan de desconexión de 21 colonias judías en la Franja de Gaza y otras cuatro cisjordanas iniciado hace una semana. La histórica retirada, que pone fin a 38 años de ocupación israelí en territorios palestinos, se concretó en un tiempo menor al previsto y sin que se produjera derramamiento de sangre.

La resistencia en Homesh y Sanur, los dos últimos asentamientos cisjordanos que los colonos se negaban a desalojar, se derrumbó ayer ante la masiva presencia de 15.000 soldados y policías. La operación desalojó a 710 residentes y manifestantes en Homesh y 620 en Sanur. En los incidentes 31 soldados y policías recibieron heridas leves en tanto 17 colonos fueron arrestados, informó el diario Haaretz. Sin embargo, los temores de violencia armada de las autoridades no se materializaron, y el mando militar declaró evacuados los asentamientos apenas nueve horas después de irrumpir en las colonias.

"La primera parte del plan de retirada del primer ministro israelí, Ariel Sharon, está cumplida", dijo ayer la conducción del ejército. El jefe del Estado mayor israelí, Dan Haluz, elogió la actitud responsable de los representantes políticos de los colonos al no registrarse el grado de violencia temido.


Rezos y llantos
La mayoría de los residentes que seguía en sus casas ofreció sólo resistencia pasiva y los efectivos israelíes tuvieron que trasladarlos a los colectivos que esperaban para evacuarlos. Sin embargo, activistas opositores, en su mayoría jóvenes llegados de otros lugares, no se inhibieron y obligaron a las fuerzas de seguridad a forzar las entradas de los edificios en los que se habían atrincherado.

La policía irrumpió en una vieja estación policial en Sanur, uno de los bastiones de la oposición. Con ayuda de grúas y contenedores los agentes lograron controlar el tejado del cuartel, en el que se habían atrincherado unos 30 manifestantes. También debieron usar gas lacrimógeno contra los opositores.

En Homesh, las unidades israelíes habían entrado en la colonia a través de un agujero que realizaron en la valla del asentamiento, cuya entrada había sido cerrada con planchas de madera y alambre de púa. Aplanadoras tiraron posteriormente abajo las puertas de la colonia.

Los colonos arrojaron piedras, pintura, ketchup, harina, aceite comestible y tachos con basura contra los efectivos que ingresaron al asentamiento.

La policía y el ejército tomaron también una sinagoga y una escuela religiosa, de donde sacaron a rastras a opositores que se habían tirado al suelo o estaban sentados con los brazos entrelazados, algunos de ellos llorando y otros rezando.

En otra acción, el ejército y la policía debieron esposar a unas 30 adolescentes que se opusieron al desalojo agrupándose dentro de una vivienda. Un colono también fue arrestado cuando amenazó con un puñal a un soldado.

Con todo, la operación fue más pacífica de lo que temían las autoridades. Las fuerzas de seguridad pronosticaban una escalada de la violencia porque entre los manifestantes infiltrados en estos dos últimos asentamientos se encontraban extremistas que aseguraban poseer armas.


Siguen las demoliciones
Mientras tanto, topadoras militares demolieron ayer todos los edificios de Kadim e iniciaban los trabajos en Ganim, los dos asentamientos de Cisjordania que ya habían sido abandonados voluntariamente por los colonos. La demolición de viviendas en todas las colonias evacuadas tomará unos 10 días, dijo el comandante del ejército, Dan Halutz.

En Cisjordania, Israel destruye las viviendas para impedir el regreso de extremistas judíos. El ejército teme que si quedan en pie, se conviertan en lugares de enfrentamiento de colonos y palestinos. En tanto, la Corte Suprema israelí rechazó una querella contra la destrucción de sinagogas abandonadas en la Franja de Gaza.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, alabó ayer en conversación telefónica con su par israelí, Moshe Katzav, el proceso de evacuación de los asentamientos judíos, informó la agencia palestina Wafa.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, afirmó que la retirada israelí de la Franja de Gaza modificó la dinámica en Cercano Oriente y le dio a los palestinos nuevas esperanzas. Sin embargo, Bush dijo en Boise, estado de Idaho, que los palestinos deben ahora, como próximo paso, construir un gobierno que funcione.
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Una opositora se resiste a abandonar el asentamiento de Homesh.

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