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 sábado, 04 de junio de 2005  
Un exquisito estafador en la mala hora
Acusado de ser uno de los falsos inspectores que se llevó 30 millones en el Robo del Siglo, Eduardo Brooke había logrado zafar del juicio. Ayer cayó en Buenos Aires cuando intentaba abrir una caja de seguridad ajena

Hace algo más de un mes la suerte se le terminó a Héctor "Tito" Rima. Ahora cayó otro de los artífices primarios del denominado "Robo del Siglo" al Tesoro Regional de Rosario del Banco Central en 1992. Eduardo Mario Brooke, de 67 años, estafador estudioso y delicado, de ese tipo de delincuentes en extinción que no precisa usar un arma, fue apresado ayer. No llamó la atención la circunstancia: estaba en un banco del barrio porteño de Palermo, intentando abrir una caja de seguridad que no era suya. Y lo tenían en foco, dado que vigiladores de la entidad lo habían observado haciendo minuciosas tareas de relevamiento de la sucursal.

Rima y Brooke ahora están en la mala. El tercero de los tramoyistas del formidable golpe al banco de Santa Fe y San Martín, que nunca respondió judicialmente por ello, es Aldo Vignoli. Si el último prófugo cae, igualmente será difícil que le hagan pagar su cuota de responsabilidad por aquel episodio de hace más de 12 años, que obligó a retirar de circulación los billetes de 500 mil australes. La causa, por el tiempo transcurrido, está prescripta.

Hacía mucho tiempo que la policía le había perdido el rastro a Brooke, que por un avatar increíble zafó del juicio oral que en 2002 condenó a los participantes del fantástico robo al Tesoro Regional. Pese a que en el principio del expediente Brooke fue señalado como uno de los sospechosos que transportaron los 30 millones de pesos de aquel golpe desde Rosario a Buenos Aires, fue olvidado por la Justicia: desapareció misteriosamente del sumario que debió haberlo puesto frente a los tres jueces del Tribunal Oral Federal Nº 5 de Capital Federal. Y por ende no ocupó el banquillo de los acusados en ese caso.

No obstante Brooke, sin quererlo, ayer hizo su reaparición. Se hizo pasar por un cliente más en un banco situado en la avenida Las Heras, pero poco después fue observado cuando fotografiaba la disposición de las cajas con una pequeña cámara digital. El veterano ladrón, de 67 años, había sacado una cuenta de ahorros y luego contratado una caja de seguridad utilizando documentación apócrifa.


El punto imprevisto
Los informantes indicaron a la agencia Télam que luego de advertir que el sospechoso fotografiaba el área de las cajas de valores, personal de seguridad de la entidad alertó a la División Fraudes Bancarios de la Policía Federal. Agentes de esa área llegaron al lugar y modificaron la orientación de las cámaras de seguridad, lo que les permitió seguir los movimientos del sospechoso a través de un sistema de circuito cerrado.

De esta manera Brooke, creyéndose a salvo de la mirada de los custodios, intentó abrir una de las cajas de seguridad. Pero fue inmediatamente detenido por la policía que al registrarlo descubrió en su poder un DNI apócrifo a nombre de Digiorgio.

Luego de constatar su verdadera identidad, la policía comprobó que el detenido registra antecedentes por diversas defraudaciones y estafas y que tuvo activa participación en el millonario robo al Tesoro Regional del BCRA de Rosario.

El "Robo del Siglo" del que participó el detenido ocurrió el 23 de diciembre de 1992, cuando 30 millones de pesos en billetes de 500 mil australes salieron del Tesoro Regional de Rosario, con el aval de funcionarios bancarios.

La salida del dinero se concretó como respuesta a un falso pedido del Banco Central, perpetrado por una banda a través de intervenciones de líneas telefónicas, documentos y credenciales falsas y de la actuación de tres estafadores que se hicieron pasar por inspectores y que convencieron a los empleados del banco de que debían cederles el dinero utilizando nada menos que el sistema de claves de la entidad.

Brooke fue uno de los tres falsos inspectores que con las claves del BCRA se presentaron ante el titular del Tesoro Regional de Rosario, Norberto Schiavetti, quien les entregó 30 millones de pesos en billetes de 500 mil australes. El robo precipitó que el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, apresurara la salida de circulación de esos billetes, para evitar su reingreso al circuito monetario.

El cerebro de la banda fue Héctor Tito Rima, quien tras haber denunciado a sus cómplices y puesto una fianza de 400 mil pesos con avales falsos se fugó. Rima fue apresado a principios de abril pasado en Mar del Plata y traído a Rosario, donde fue llevado ante el juez Carlos Vera Barros. A principios de mayo, este magistrado consideró que ya no podía ser acusado por el Robo del Siglo: el caso estaba prescripto.

Brooke no fue detenido por la policía sino que se presentó con sus abogados al momento del enjuiciamiento. En 1993 había sido eximido de prisión. En 1998 se descubrió que en el expediente del increíble robo había quedado omitido. Lo que hacía circular el chiste de que Brooke, utilizando sus eficaces técnicas de adulteración, había escamoteado su propio nombre del expediente para quedar libre del reproche de la ley. Si sigue la suerte de su socio Rima, al menos por el robo al Tesoro Regional no podrán acusarlo. Ahora quedó alojado en la alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales, a disposición del juez federal de esta Capital Ariel Oscar Lijo.
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