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 sábado, 04 de junio de 2005  
El impacto de la aplicación de la ley federal en las aulas
Los profesores de historia quieren volver a enseñar su materia
Convocados por la Dirección de Educación Media, unos 150 docentes debatieron sobre el futuro de la disciplina

Marcela Isaías / La Capital

Hasta hace unos años, no muchos, los profesores eran reconocidos en las escuelas por la disciplina que enseñaban. Desde que la aplicación de la ley federal de educación se empezó a sentir en la provincia, los profesores de contabilidad pasaron a ser los proyectos y gestión de microemprendimientos, algunos de geografía se reciclaron para ser tutores y no perder las horas, otros de literatura pasaron a enseñar imágenes y contextos, y los de historia, a dictar cultura y estética contemporáneas, intervención sociocomunitaria o bien, con mayor suerte, estar al frente de la enseñanza de las ciencias sociales. Claro que sólo se les anunció el nombre de la nueva área o espacio que tendrían a su cargo, porque el cómo y qué enseñar desde entonces dependió pura y exclusivamente del ingenio, voluntad y hasta ganas que pusieran.

No es casual entonces, que unos 150 profesores de historia que se reunieron el lunes pasado en la Escuela Gurruchaga, hayan coincidido en pedir "volver a enseñar historia", y que hayan acompañado el reclamo por la vuelta a la especificidad de la disciplina con una larga lista de demandas propias del sector docente: decisiones claras en las políticas de Estado, la revisión de la estructura del sistema educativo, inversión para que se haga efectivo el cambio en las currículas y continuidad a ese tipo de encuentros.

El "Primer plenario provincial de profesores de historia", tal como se denominó la reunión, estuvo convocada por la Dirección provincial de Educación Media y Técnica. Y según se concluyó al final de la jornada que se extendió entre las 14 y pasada las 19, se arribó a un compromiso firme de seguir reuniéndose una vez al mes, para diseñar qué, cómo, cuándo y por qué enseñar historia en las aulas.

A decir verdad, en el anuncio de la convocatoria y en las formas en que se organizaron las comisiones de trabajo (que abordaban desde lo específico de la disciplina histórica, la cuestión de la identidad como eje, las propuestas didácticas y alternativas metodológicas, entre otros aspectos) generaron en un principio la expectativa de avanzar sobre qué se quiere para las currículas de la historia.

Sin embargo, la catarsis colectiva hizo hincapié en la necesidad de modificar definitivamente el rumbo de una ley (la federal de educación) que sólo ha impactado negativamente en las aulas. Por eso no fue casual que al leer las conclusiones una buena parte del tiempo se destinara a discutir la indefinición en que se mueve el tercer ciclo de la EGB. La mayoría se inclinó por recuperar la vieja estructura y definitivamente dejar los 8º y 9º años en mano de la escuela media y el 7º en la primaria.

También primó entre los profesores la necesidad de no llegar con las manos vacías al congreso pedagógico anunciado por el gobernador Obeid, con el firme mandato de gestar una ley provincial de educación.

Que la enseñanza de la historia no quede afuera de las aulas fue entonces el reclamo que se percibió en la lectura de las conclusiones. Y algunos se animaron a poner el acento en "la historia local, regional y nacional".

Claro que para que los alumnos no pregunten "¿para qué aprender historia sino nos sirve, no es útil?", el desafío que les queda a los docentes es volver a darle sentido a su enseñanza. Tarea que ellos mismos señalaron como nada sencilla de hacer en tiempos de valores relativos y contradictorios.

Entre otras conclusiones, que tomaron tono de reclamo, los profesores de historia de Rosario y otras localidades cercanas plantearon la necesidad de que su formación sea una política de Estado y que se extienda también a la investigación, no sólo a la didáctica.

La cuestión de la carga horaria fue además uno de los pedidos más escuchados, y hasta se propuso el reemplazo de ciertas materias como sociología por la enseñanza de la historia. Además de que la enseñanza de la disciplina esté presente en todos los años del polimodal, más allá de la modalidad de que se trate.

La incorporación de la Escuela de Historia de la Universidad Nacional de Rosario a estos debates también estuvo presente en el listado de conclusiones. Por si fuera necesario, vale recordar que hace una semana el Politécnico y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario, de manera conjunta, anunciaron unas jornadas docentes que pretenden definir qué es lo que los alumnos deben aprender de matemática en el tercer ciclo de la EGB y en el polimodal.

Así como no ahorraron palabras para criticar las decisiones que en los últimos años han tocado de lleno a las escuelas, algunos docentes también reconocieron, en tono de autocrítica, no haberse puesto firmes para rechazar la reconversión de materias a las que se vieron sometidos.

El debate prometió extenderse a otras escuelas y regionales de la provincia. Pero, por lo pronto, y tal como se escuchó decir al final de la jornada, los profesores señalaron que si se trata de una decisión política cambiar el rumbo de la enseñanza, el Estado deberá acompañarla con la inversión necesaria.
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La cita fue el lunes pasado en al Escuela Gurruchaga.

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