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 sábado, 30 de abril de 2005  
A quemarropa. Ataque despiadado contra un muchacho de 25 años en Crespo y Doctor Riva
Asesinaron de un balazo en la cabeza a un joven en la puerta de su casa
Lo atacaron cuando abría el garaje. Los padres oyeron los tiros, salieron y lo hallaron muerto. No le robaron nada

Ariel Etcheverry / La Capital

Un empleado de 25 años fue asesinado de un balazo en la cabeza al ser sorprendido por un grupo de ladrones que intentó asaltarlo. Ocurrió cuando el joven regresaba en moto de trabajar y se disponía a entrar a su casa de Crespo casi esquina Doctor Riva. Con el motor todavía regulando y las luces encendidas, el muchacho ya había colocado la llave en la cerradura del portón cuando aparecieron al menos dos personas que lo encararon imprevistamente y que no dudaron en pegarle tres tiros cuando, aparentemente, opuso resistencia.

El crimen es investigado por la seccional 18ª y por la Brigada de Homicidios de la Unidad Regional II. Los policías carecían de pistas para seguir, ya que no pudieron dar con testigos oculares del atraco. "Estamos tratando de recabar testimonios en la zona pero no tenemos nada todavía", admitió uno de los investigadores, para quien el ataque fue una acción azarosa más que una emboscada. "Estaban al acecho y al parecer aprovecharon la aparición de este joven para robarle", especuló.

Lo desconcertante es que a Cristian Adrián Thompson -un apasionado de las motos que había jugado en inferiores de Rosario Central y ahora integraba el grupo Custom de motoqueros- no le robaron nada. Tenía su billetera intacta y la moto quedó delante del garaje. Su padre estaba seguro de que no lo mataron por resistir, sino por haber reconocido a alguno de sus asaltantes.

Cristian trabajaba en el sector de embotellado de la planta aceitera de Santa Clara de Uriburu al 3400 y llegaba a descansar tras cubrir el turno de 22 a 6 cuando fue sorprendido. Apoyado sobre el portón frente al cual su hijo había estacionado la moto cuatro horas antes, Miguel estaba inmóvil, con los ojos enrojecidos y la cara hinchada de tanto llorar. Así y todo, se sobrepuso por unos instantes y le contó a La Capital que el muchacho cumplía horarios rotativos en Santa Clara y que desde la empresa hasta su casa tardaba unos diez minutos en llegar. Por eso estimó que a Cristian lo asesinaron entre las 6.05 y 6.10.

"Estábamos con mi mujer en la cama. Nos despertaron los tiros, que nos asustaron mucho porque sabíamos que Cristian estaba por volver a casa. Cuando me arrimé vi la luz de la moto que asomaba por debajo de la puerta. Ahí me asusté más. Lo peor fue salir y verlo tirado en el piso. Creo que ahí ya no tenía chances", gimió Miguel.

Según fuentes policiales no habría testigos presenciales del crimen. "La víctima salió a las 6 desde la Patito hacia su casa. Cuando llegó estacionó su Honda Night Hot de 250 centímetros cúbicos frente al portón. En ese momento fue abordado por uno o más desconocidos. Uno de los delincuentes estaba armado, probablemente con un revólver -calibre 32 ó 38- porque en el lugar no se encontraron vainas servidas", sostuvo un vocero de la investigación.

"Aparentemente hubo un intento de robo. No sabemos si sobre las pertenencias del muchacho o si quisieron llevarse la moto. Pero aparentemente la víctima se resistió y le efectuaron tres balazos. Uno dio en el antebrazo izquierdo, lo que podría señalar una actitud defensiva de la víctima. Otro, el que le produjo la muerte, ingresó por la nuca y salió por debajo de la oreja derecha. El tercer impacto, que no está muy claro, dio en el portón de la casa. Pudo ser de un tercer disparo o bien alguna de las otras dos balas porque las dos heridas presentan orificio de entrada y salida", agregó.

"Tenía toda una vida por delante. Con sus hermanos construyeron parte de esta casa. Estaban haciendo refacciones, porque quería hacerse su pieza", contó Miguel con lágrimas en los ojos, rodeado de familiares y amigos en su casa de Crespo 4010. El dolor y la bronca se mezclaban en el lugar poco después del crimen. Vecinos, amigos y familiares iban llegando al lugar a medida que se enteraban de la terrible noticia.

Hacía cinco años que estaba de novio con Cynthia. Su papá comentó que "tenían proyectos juntos pero alguien se los cortó así. Uno siempre dice que estas cosas no le van a pasar. Y ya lo ve. A cualquiera le puede tocar, nadie está exento", señaló Miguel con toda la tristeza del mundo.
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Miguel Thompson, junto al portón donde mataron a su hijo.

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