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 sábado, 30 de abril de 2005  
Gustavo Bermúdez habla de su retorno a la pantalla argentina
"La telenovela que no se puede compartir en familia pierde su verdadera esencia"
El protagonista de "El patrón de la vereda" afirmó que sólo grabaría escenas eróticas dentro de lo clásico del género

Pedro Squillaci / Escenario

Los galanes tienen ángel. Algo así como un carisma especial que hace que cuando aparecen en pantalla dan ganas de quedarse a compartir con ellos algo de su historia. Gustavo Bermúdez es uno de los pocos galanes clásicos que quedan en la televisión, y de los que saben arrancar suspiros en la teleplatea femenina. Esta vez volvió al ruedo, tras dos años de ausencia en la pantalla argentina, con "El patrón de la vereda", una telenovela que se emite de lunes a viernes, a las 18, por América. "Volví porque me pareció un desafío", afirmó el actor rosarino en diálogo con La Capital.

Bermúdez se fue a los 17 años de Rosario y no volvió nunca más. De aquellos tiempos en los que vivía en Bulevar Seguí y San Martín le quedan imágenes y recuerdos grabados a fuego que son parte de su universo íntimo. Su vida mediática está vinculada al mundo de la ficción y su eje son las telenovelas junto a estrellas como Andrea del Boca y Araceli González. Sin embargo, actualmente se lo ve en la pantalla chica con una debutante en el género, Camila Bordonaba, la ex Erreway, y está satisfecho con su pareja en la ficción. "Creo que es la protagonista perfecta para ese papel, y está en su mejor momento", enfatizó el actor.

-¿Te sentís orgulloso con "El patrón de la vereda"?

-Sí, me pareció un desafío interpretar esta novela. Es una historia que no había hecho nunca y me movilizó, más allá de los resultados que pueda obtener. Me pareció un proyecto audaz y siento que también es entretenido para la gente.

-¿Qué hiciste en este período en el cual estuviste ausente de la pantalla argentina?

-Lo último que había hecho en la Argentina fue "Mil millones", junto a Araceli González, en el 2002. Después fui a Israel a grabar minitelenovelas para la enseñanza del idioma español. Eso fue en el 2003, y en el 2004 no estuve haciendo nada.

-No hay dudas que el género telenovela es el que mejor te sienta. ¿Por qué?

-Porque me parece muy dinámico, me gusta el formato. Realmente me atrae el grabar día a día, me parece entretenido. En cambio, con los unitarios, al hacer un capítulo por semana no siento la misma sensación. La adrenalina que produce la telenovela es distinta a cualquier otra cosa. Incluso la penetración que tiene en la gente también te motiva de otra manera. Me gusta más.

-El año pasado, y coincidiendo con que hubo figuras que no estuvieron en la tele argentina, como el caso tuyo y el de Gabriel Corrado, se habló de la escasez de galanes. ¿Te sentís un galán o es sólo un personaje?

-Me siento un actor, aunque esto no significa que rechace el rótulo de galán. Uno transmite sensaciones, creo que de eso se trata nuestro trabajo. Tenemos que tratar de cambiar el estado de ánimo de la gente y pasar de la risa a la pasión, y de ahí a la comedia. Básicamente, se trata de eso.

-¿Te parece que se impuso otro tipo de galán?

-No sé, puede ser. Es otra imagen, otra presencia. A veces pienso que tiene que ver con cuestiones generacionales. Sin embargo, yo arranqué de muy joven, a la misma edad de muchos chicos que hoy hacen protagónicos en tiras, y siempre estaba de saco y corbata.

-"El patrón de la vereda" tiene el condimento del amor prohibido. ¿Eso es una garantía en una historia para atrapar televidentes?

-Las historias que se cuentan en esta telenovela son muy potentes, no pasa sólo por los amores prohibidos. Hay actores de jerarquía que están muy bien, como es el caso de Víctor Laplace (que compone a su padre, un empresario poderoso y dominador) o Emilia Mazer. Además, las historias de Sisí (Bordonaba) y Gastón (su personaje) son muy interesantes.

-¿Tenés química suficiente con Camila Bordonaba, que debuta en un protagónico de telenovela?

-Sí, todo bien. Pero, ojo, que Camila trabaja desde adolescente en "Chiquititas" y es muy profesional. Además ella tiene el ritmo que se exige en telenovelas porque trabajó en tiras diarias y acopió experiencia. Es un encanto y es una laburanta (sic) que sabe muy bien lo que hace.

-En lo que respecta a vos ¿se te hizo fácil en la diaria, o hubieses preferido a una actriz con más camino recorrido?

-No, Camila está justa. Creo que da perfecto en el papel, y aparte la agarra a ella en un gran momento de su carrera actoral. Jamás me quedó la sensación de que no tenía que ser ella la protagonista. Todo lo contrario.

-En 2003 se dio un fenómeno a partir de "Resistiré", una telenovela en la que conjugaban desde el terror científico hasta lo bizarro sin dejar de ser un culebrón. ¿Te animarías a participar de un proyecto de ese tipo?

-La verdad, "Resistiré" no la vi nunca, pero tengo referencias de que fue un suceso. En realidad me animaría a hacer algo jugado, pero siempre dentro de lo clásico. En las telenovelas hay códigos que creo que no hay que perderlos nunca, como el rol de la heroína, entre otras tantas cosas.

-Y qué opinás respecto de la abundancia de escenas calientes en la pantalla. ¿Te adaptarías a grabar escenas eróticas en alguna telenovela?

-La verdad ni fu ni fa. Yo creo que se puede sugerir todo sin mostrar nada. Soy más de esa idea. Creo que la telenovela que no se puede disfrutar en familia pierde su esencia. Las telenovelas se crearon para que todos las puedan ver y disfrutar, si no ocurre eso, y no se puede compartir con los hijos, no es lo mismo.
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Bermúdez dijo que la novela es un desafío en su carrera.

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