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 domingo, 13 de febrero de 2005  
Empresario de Rafaela detenido por una estafa con combustible
Es Omar Perrén, dueño de una estación de servicios. Lo esperaron en un surtidor, lo siguieron y lo apresaron

Agobiado por la humedad y sin tomar mayores recaudos, el empresario salió con su pareja de una oficina de una estación de servicios en pleno centro de Santa Fe. Pero un grito le puso los pelos de punta: "La cana". Y todo se precipitó. Corrió hasta a su auto mientras la mujer se cruzaba frente al vehículo de los vigilantes que los acosaban. Se subió y comenzó a huir. Alcanzó a escuchar un disparo de advertencia, pero siguió por Mendoza hasta tomar la avenida Urquiza. Tres cuadras más allá, frente al gremio de los municipales santafesinos, fue detenido. Hasta allí el relato policial de la captura de Omar Perrén, un empresario del oeste provincial sobre quien pesa un pedido de captura ordenado por el juez de Instrucción Osvaldo Barbero, quien investiga una estafa a un distribuidor de combustible de General Lagos. Será indagado en las próximas 48 horas.

Según la acusación, Perrén y Sergio Cheirano, empresario del rubro de la localidad santafesina de Esperanza, fraguaban transferencias bancarias y con ellas compraban combustible a gran escala. Un distribuidor de General Lagos, que denunció ser estafado según este modus operandi en alrededor de 600 mil pesos en febrero de 2003, realizó la denuncia. La maniobra fue conocida cuando en septiembre pasado las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) apresaron en la ciudad cordobesa de San Francisco a Teodoro Fabián Juárez, de 34 años, presuntamente relacionado con esta estafa. Este lo involucró a Perrén.

Perrén cuenta muy distinta la historia del fraude y la detención. Asegura que cuando llegaba anteayer a la estación de servicios de la madre de una amiga lo estaba esperando la policía. Eran hombres de negro, armados, que se tiraron encima de él desde una camioneta Blazer negra. El afirma que ignoraba que eran policías, que por eso se zambulló en el auto y que huyó cuatro cuadras hasta ser arrestado. "No estaba armado y le dispararon", asegura su abogado, José Fulladoza. La razón de la detención era el pedido de captura por la estafa con combustibles.

Norberto Scarpecci, dueño de la estación de servicios en General Lagos, fue quien acusó a Perrén. Scarpecci dice que en febrero de 2003 una persona lo consultó con la intención de comprar combustible. El comprador se comprometía a depositar en la cuenta bancaria de la compañía el dinero para liberar la carga. Así cerraron el acuerdo y tanto la víctima como la petrolera que lo abastecía fueron recibiendo los comprobantes de los depósitos vía fax. En ese lapso liberaron al menos 11 camiones cargados con combustible valuados en unos 600 mil pesos.


Darse cuenta
Poco tiempo después el empresario comenzó a verificar algunas anomalías en sus balances y fue al banco para chequear los depósitos recibidos. Al pedir los resúmenes comprobó que los depósitos de pago realizados eran de ínfimas sumas de dinero: la mayoría de las acreditaciones eran de 30 pesos o menos. El accionar de los estafadores consistía en realizar el trámite bancario para obtener el comprobante de depósito y luego fraguarlo con una cifra muy superior, para reenviarla adulterada con la cifra pactada con el abastecedor.

Perrén asegura que sólo hizo los fletes del combustible para Scarpecci y lo acusa a él de haber cometido la estafa.

Perrén fue detenido el viernes al mediodía en pleno centro de Santa Fe. Según la versión policial, salía junto a una mujer de 30 años, de la que no trascendieron datos filiatorios, de una oficina de una estación de servicios de Mendoza y Francia. Sus movimientos eran seguidos por efectivos de las TOE vestidos de civil que se movilizaban en un auto. Mientras caminaban, la mujer reconoció a los vigilantes y gritó. Perrén salió disparado hacia su Volkswagen Fox color blanco, lo puso en marcha y emprendió la huida. La mujer no dudó y con las manos extendidas se puso delante del vehículo policial. Después de la frenada, un efectivo de las TOE se bajó y trató de interceptar a Perrén. Asegura que éste le tiró el auto encima pero Perrén lo niega.

El vigilante sacó su arma y efectuó un disparo intimidatorio, pero el Volkswagen blanco siguió por Mendoza hasta llegar a avenida Urquiza. Con las TOE pisándole los talones el empresario en fuga hizo tres cuadras más y fue interceptado y detenido. Su pareja también fue detenida y luego liberada. El empresario pasó pocas horas en la capital provincial y al caer la tarde ya estaba en la sede de las TOE en la Jefatura de Ovidio Lagos al 5200 de Rosario. "Lo identificamos dactilográficamente y fue alojado en el penal policial", explicó un pesquisa. ¿Por qué en un penal policial? Perrén fue policía provincial y llegó a ostentar el cargo de oficial principal.

La definición que más parece encajar sobre Perrén es que es "un reconocido empresario dueño de estaciones de servicios en la ciudad de Rafaela", si bien nació en Lehmann, una comuna de 2600 habitantes que está a 11 kilómetros de la perla del oeste santafesina. Tiene 44 años y un hijo que es corredor de motos en el campeonato español. El muchacho está tras los pasos del rafaelino Sebastián Porto, quien es subcampeón en el Mundial de Motociclismo de 250 centímetros cúbicos. Los investigadores estiman que es dueño de dos estaciones de servicios en Rafaela, una en la localidad de Susana y compartiría otra en la ciudad de Esperanza. Aunque ninguna estaría a su nombre. El asegura solamente ser socio gerente de un surtidor en la ruta 34.
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La estación de servicio donde la policía esperaba a Perrén.

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