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 domingo, 13 de febrero de 2005  
Opinión: Solari, Bauza y el Clásico

Luis Alberto Yorlano / Especial para La Capital

Aquellos que en esta semana que comienza digan que sólo esperan que el clásico se desarrolle sin ningún tipo de violencia y que va a ser como siempre un partido especial, solamente intentarán evadir una respuesta clara de lo que realmente piensan. Esto va para jugadores, dirigentes, técnicos y, por qué no, para algunos periodistas que no quieren opinar fuerte, a lo mejor por desconocimiento del medio, o por temor a quedar pegado con algunos de sus conceptos.

La realidad es que aunque quieran hacerse los distraídos, este clásico que se viene con todo no creo equivocarme si les digo que será el más importante de toda su historial, dejando atrás aquellos partidos que obligaban, por sus antecedentes, al diálogo previo en cuanto si se producirían hechos de violencia, que preparados con antelación hacían suspender de acuerdo a como iba el resultado. Los recordados enfrentamientos de Aimar y Zanabria y los empates arreglados, los anunciados titulares de los diarios de la época "Hoy se enfrentan Canallas y Leprosos", y "se juega en Arroyito o en el parque de la Independencia". Todo esto fue. Ahora es distinto. El Gigante sepultó al barrio y el Coloso al parque Independencia.

Ya no se habla de rivalidad y que gane el mejor. Hay que ganar o ganar. Nadie, ni jugadores, ni dirigentes, quieren quedar en deuda con su hinchada. Cuando Newell`s se perfilaba para ser campeón, como nunca se había escuchado en el fútbol argentino, un jugador habló de "ir para atrás", si servía esta actitud para ayudar a que los rojinegros no salieran campeones. Hoy se compite en las canchas, diariamente en las calles de la ciudad. Con aerosoles en cada equina y en todos los barrios sobresalen los colores partidarios, y las consignas de los últimos tiempos: pechos fríos y sin aliento.

Gracias a Solari, los centralistas tuvieron -por unos cuantos años- de dónde agarrarse para cargar a los de Ñuls. Estos, dolidos, se fueron agrupando y como me dijera un conocido relator cordobés, "hoy son tan jetones como los canallas". La picardía del Indio generó la hinchada de hoy y encima el Patón Bauza, cuando pierden en su cancha frente al Cruz Azul de México, por la copa Libertadores de América en el 2001, dijo: "Nosotros y la hinchada nos quedamos sin aliento cuando los mexicanos nos empataron" Para qué!!!. Estas declaraciones le quedó a la hinchada de Ñuls como un penal sin arquero. Y el "sin aliento" quedó tan marcado a fuego como el famoso "pecho frío".

Algunos aseguran que el próximo domingo, si es que la pueden entrar a la cancha, aparecerá una bandera rojinegra en forma de camiseta que rezará "para ser campeón hay que tener aliento". Es decir el mismo rito que vivimos en una época en la tribuna de Central que da espalda al club Regatas, se vivirá en la tribuna que da al Hipódromo Independencia.

Todo es distinto. Se manejó la posibilidad de entregarles muy pocas populares a los visitantes, aduciendo que el Coloso les queda chico. Que los de López coparon la cancha de Independiente y los de Central no dejan de recordarles que ellos hicieron lo mismo una vez en Córdoba. Hasta se habla de una vuelta olímpica, para tirarles el campeonato en la cara de los centralistas, a pesar de que Grondona les habría dicho "paren con eso". Señores, el clásico que se viene no tengo dudas que dejará secuelas. Todos lo saben. Por eso será, como solemos decir los periodistas, un clásico donde nadie querrá salir herido. Y menos los canallas. Porque por el campeonato pasado, los leprosos todavía tienen crédito ante su hinchada.
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