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 domingo, 16 de enero de 2005  
Prevenciones ante la ola de calor

Desde que se inició el 2005, ya se han producido dos olas de calor casi consecutivas en toda la región centro del país. Por lo general, mucha gente suele olvidarse de tomar precauciones y termina siendo víctima de las altas temperaturas, no siempre con consecuencias leves. Desde luego, hay dos franjas muy vulnerables, los ancianos y los niños. Y sobre ellos se debe prestar especial atención. Es que las posibilidades de deshidratación o lipotimia se multiplican y si no se acude a tiempo puede desatar complicaciones mayores. Se sugiere al respecto beber al menos dos litros de agua diariamente.

También se debe tener un especial cuidado con la alimentación, ya que a veces se dejan las comidas demasiado tiempo a temperatura ambiente y estas pueden poblarse de bacterias, provocando intoxicaciones. En tal caso, hay que recordar que los niños con síntomas gastrointestinales se descompensan muy rápidamente. Vómitos y diarreas producen una inmediata deshidratación y por lo tanto requieren de mecanismos de compensación adecuados.

Como medidas preventivas, los médicos especialistas sugieren ser cuidadosos con la higiene personal, refrigerar las comidas para evitar colonias de bacterias y cocinar los alimentos a más de 70 grados de temperatura. Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocidos y no utilizar los mismos utensilios al momento de preparar las comidas. Obviamente, es importante mantener los alimentos fuera del alcance de los insectos o animales domésticos.

También en este período muchas personas suelen intensificar sus actividades deportivas al aire libre, a veces con la intención de reducir su peso. Es imprescindible entonces que lo hagan en las primeras horas de la mañana o hacia al atardecer, realizando movimientos de elongación previos e hidratándose con agua mineral.

La ciudadanía debe tener presente siempre a los sectores más vulnerables de la sociedad y tratar de colaborar con ellos. Por lo general, en los barrios marginales es donde se suelen producir la mayor cantidad de víctimas de la ola de calor. Y si bien son las entidades de salud provincial y municipal las que tienen la principal responsabilidad de informar y asistir, la solidaridad de los vecinos siempre servirá para reforzar la tarea en procura de mayores previsiones.

Las consecuencias que ocasionan las altas temperaturas no deben subestimarse. Suelen ser más rigurosas de lo que se piensa y eso se puede apreciar observando el número de personas que fueron asistidas en los hospitales públicos y privados al final de cada período estival. Prudencia y prevención son requerimientos indispensables entonces para evitar afecciones y sobrellevar el verano con la mayor armonía posible
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