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 domingo, 16 de enero de 2005  
Maternidad: Otras maneras de ser mamá

El modelo tradicional de la maternidad se fue perdiendo en los últimos tiempos para dar paso a distintas maneras de ser madre, signadas por crisis y cambios económicos, sociales y culturales.

Varios expertos remarcaron que el rol se ha diversificado a tal punto que hay cada vez más mujeres que encaran la crianza solas: madres proveedoras y jefas de hogar, adolescentes, lesbianas o sustitutas.

"La madre entre comillas no existe, hay un sinfín de situaciones en que las mujeres tienen hijos, y hay una enorme diversidad de mujeres que encaran la maternidad según su situación, sus ideas, sus condiciones existentes", destacó Martha Rosemberg, psicoanalista, médica e integrante del Consorcio Nacional de Derechos Sexuales y Reproductivos.

En este sentido, precisó que "la figura de la madre está totalmente diversificada. Lo que unifica a toda esta variedad es la función social de las mujeres como pilares de la reproducción biológica y social".

El factor central que primó siempre, antes y ahora, y que está en la esencia de la relación y de la función maternal es la protección, la contención, la preocupación, el cariño, la pertenencia e identificación y la cobertura de las necesidades más primarias.

"Hay muchas mujeres que se han convertido en sostén de su familia, económico y afectivo, que encaran la crianza de sus hijos en soledad, y aunque esto no siempre es así hay cada vez más situaciones de este tipo", describió Rosemberg.

También destacó que entre los tipos de familias que se han extendido últimamente "están las ensambladas y las monoparentales, modelos que hoy tienen plena aceptación social y que tiempo atrás eran blanco de un fuerte prejuicio".

Nélida di Rienzo, especialista del Servicio de Familia del Hospital Piñero, remarcó que en décadas pasadas "las familias que no se adecuaban a un modelo tradicional eran consideradas patológicas, familias con problemas". En este sentido, "las familias monoparentales correspondían a la marginalidad cuando la clase media sostenía el modelo burgués como único. Su extensión a capas sociales altas y medias, su incremento ligado a nuevas lógicas culturales, les dio más jerarquía y aceptación", señaló la especialista.

Asimismo, rescató a las familias de primeras nupcias como uniones que "también constituyen una nueva construcción, no es algo dado de antemano y requiere del trabajo en conjunto de sus miembros".

Di Rienzo aclaró que "no tenemos vidas de propaganda, tenemos la que cada uno puede tener de acuerdo a sus circunstancias y a las que lo rodean, que no son nada sencillas en la sociedad que nos toca vivir".

Otro de los rasgos de la época, según Rosemberg, es que los cambios fundamentalmente relacionados a la sobrecarga de trabajo femenino "lleva a que muchas mujeres se ocupen menos que antes de sus hijos porque deben trabajar más y no pueden atender las necesidades inmediatas".

Estos casos en que las madres están más alejadas de la crianza, y el chico es atendido por instituciones, familia u otros recursos "reformulan la idea de que las tareas de crianza son exclusivas de las madres", sostuvo la experta porque a veces "esas tareas las cumplen muchas veces los padres jóvenes u otra persona definida que pueda crear ese vínculo de sostén, de transmisión".

No obstante, esta ausencia materna no implica la interrupción de la relación con el hijo, sino que "se da de otra manera". Rosemberg destacó que esta situación abrió más el juego en esa relación maternal que antes era muy cerrada, y entonces ahora "ella no es sólo la que lo cría, sino que ahora tiene relación con el mundo y proyectos que están por fuera del ámbito doméstico".

Para la especialista otra situación vinculada a la maternidad que caracteriza a la época actual, es el hecho de que mientras para "muchas mujeres es posible tener hijos cuando quieren, para otras no hay acceso a la posibilidad de tenerlos, sino cuando se los hacen". En ese sentido, definió que "hay mujeres que tienen hijos porque no pueden evitarlo, porque no tienen acceso a planes, y muchas veces las relaciones sexuales son violentas". En este sentido, marcó la profundización de una brecha social y destacó que "la maternidad no debe ser una imposición".

Marta Gordillo
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