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 domingo, 16 de enero de 2005  
Punto de vista: Un recuerdo para Pepe Costa

Rodolfo Bella / La Capital

El actor, director y docente Pepe Costa, que murió el viernes pasado, fue uno de los testigos y protagonistas de un momento intenso del teatro de Rosario. Hizo cantidad de cosas desde que debutó en 1956: fue responsable de piezas que marcaron la actividad como "Babilonia", con la cual se presentó luego en el Teatro Nacional Cervantes; en 1979, fue invitado a dirigir "La cortada del diablo", en el teatro San Martin; fundó Teatrika y más tarde el Centro Rosarino de Investigación Teatral; fue el primer director de la Escuela Nacional de Teatro de Rosario y coordinó el ciclo de radioteatro de Radio Nacional hasta hace poco. Esencialmente, como hombre de teatro, era incansable y entusiasta, y como director, cálido y firme con sus actores, siempre amable y de buen humor. En diciembre de 2003 recibió el premio a la trayectoria otorgado por el Grupo de Estudios de Teatro Argentino e Iberoamericano (Getea). Amenizando su relato con ironías, contó cómo era su relación con el teatro: "Mi primera experiencia fue con mi madre: le lloraba para que me diera la teta... ahí empecé a hacer teatro", bromeó. ¿Qué había hecho perdurar esa relación? "En el teatro -explicó- encontré apoyo, comunicación, alegría". Pero ¿todo había sido tan bueno?: "Tengo que decir que no. Primero, me tocó un período nefasto y encima hice obras que fueron rechazadas por el público. Con Las paredes -volvió a bromear- la gente salía espantada. El teatro -añadió más serio- es un sacrificio especial, hay que dejar muchas cosas, anche la familia, porque hay que estar... Cuando todo el mundo se va de juerga, nosotros vamos a laburar". Aunque vivió en Buenos Aires durante el período que trabajó en el Teatro General San Martín, prefirió regresar: "No me gusta la ciudad ni la vida en Buenos Aires. Yo soy rosarino; vivo acá, en la chacra, camino, voy y vengo a todas partes, pero allá te afanan donde estés." Pepe Costa contabilizó ocho premios en su vida, siete solamente en 2003. ¿Qué significaba todo eso? "Una gratificación, un reconocimiento a que algo hemos hecho. Lo fundamental es quien los da...", dijo.
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