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 viernes, 19 de noviembre de 2004  
La irracionalidad. Pocas pistas ciertas de los atentados explosivos en Bancos
La Casa Rosada posa sus sospechas sobre la "mano de obra desocupada"
El gobierno lamentó la muerte que causó uno de los ataques. Grupo de dudosa existencia se atribuyó el hecho

El gobierno de Néstor Kirchner sostuvo ayer que la colocación de explosivos en bancos porteños fue obra de especialistas, abonó sospechas sobre la "mano de obra desocupada" y resaltó que el vigilador Jorge Ricciutti fue la primera víctima fatal de un atentado "en muchos años".

En tanto, el juez federal Daniel Rafecas abrió una ronda de interrogatorios a testigos y recibió informes periciales que confirmaron que las bombas instaladas en los bancos fueron armadas con "caños de gas y pólvora".

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, sostuvo que los responsables de la colocación de los artefactos son especialistas y lamentó la muerte de Ricciutti, quien ayer fue inhumado.

"Hace muchos años que no teníamos un atentado con un muerto. La pérdida de una vida es mucho más preocupante... Las razones que motivaron esto no ponen límites y debemos ser rigurosos con la investigación", dijo Fernández, quien destacó que la Side colabora con la pesquisa.

Una supuesta organización denominada "Metaderecho" se adjudicó los ataques a tres bancos de Caballito, Palermo y Barrio Norte a través de Internet, pero los investigadores descreen de la existencia del grupo y su vinculación con los atentados.

"Tuvimos esa información desde el primer momento pero no le dimos credibilidad. Si bien nada está descartado, no es razonable que alguien se atribuya esto a través de Internet. Como prueba (en un proceso penal) es de muy mala calidad", explicaron.

Las cámaras de seguridad instaladas en cajeros automáticos mostraron que los autores de los atentados actuaron cerca de la una de la madrugada y con diferencia de pocos minutos en cada banco.

Los atacantes no fueron aún identificados porque protegieron sus cabezas con gorras que ocultaron los rostros del ojo de la cámara de seguridad, debido al plano en el que están ubicados los aparatos.

En el cajero del Citibank de avenida Santa Fe se ve claramente en la filmación cómo la bomba fue colocada por un hombre y una mujer. La sospechosa se quedó afuera como campana, apoyada contra el vidrio de la puerta de acceso. Pero los investigadores se frustraron a la hora de obtener sus huellas digitales: el miércoles a la mañana un empleado de maestranza las borró al echar un líquido limpiador.

La Policía Federal adelantó al juez que los explosivos, de factura doméstica, fueron armados con "caños de gas y pólvora". Ahora se aguarda que los expertos entreguen un informe pericial completo.

Los atentados se produjeron durante la visita oficial a la Argentina de los reyes de España, Juan Carlos I y su esposa Sofía (inauguraron en Rosario el III Congreso Internacional de la Lengua), el presidente de China, Hu Jintao, y el príncipe Harry de Inglaterra.

En la sucursal del Citibank ubicada en avenida Rivadavia 4917 (Caballito) los atacantes colocaron una bomba -protegida por una bolsa de papel- que estalló cuando Ricciutti, de 38 años, se acercó para inspeccionar el paquete, ignorando el peligro que ocultaba. Sufrió heridas graves y murió poco después en el quirófano del Hospital Durand.

Fernández señaló que quienes fabricaron las cuatro bombas "sabían cómo se preparaban y cuánto iban a tardar en explotar", ya que ninguno de los aparatos tenía mecanismos de relojería.

"Tiene que ser alguien que conoce lo que está haciendo", insistió el ministro sobre la manipulación y control de los artefactos caseros, armados con caños de gas rellenos de pólvora que hicieron contacto con ácido.

Fernández aseguró ignorar si el móvil es político porque "hay demasiadas variables". Pero resaltó que los atentados fueron organizados y ejecutados "por alguien que sabía cómo no ser víctima de su propia bomba".

"Hay alguna mano de obra desocupada tratando de sacar rédito de lo que está sucediendo", enunció el funcionario sin brindar otra precisión. Y admitió carecer de datos sobre "Metaderecho".

No obstante, Fernández contó que recibió un mensaje, por correo electrónico, enviado por un opositor que se identificó como Martín Fierro, aunque enfatizó que rechaza las acciones violentas.

Si bien la colocación de artefactos en cajeros automáticos tiene precedentes, el ministro recordó que "siempre se supuso que se quería producir un daño y un estrépito hacia afuera", pero esta vez hubo un muerto.

"La pérdida de una vida es más preocupante", razonó Fernández, quien interpretó que los victimarios mostraron con ese resultado que carecen de "límites". Asimismo, reveló que distribuyeron cuatro bombas idénticas en tres locales bancarios.

El gobernador bonaerense, Felipe Solá, consideró que los atacantes pertenecen a "algún sector que no tiene representación política", cuyo objetivo es crear una situación de violencia.

El titular de la Asociación Bancaria, Juan José Zanola, juzgó que existe una "situación de alerta" para quienes utilizan los cajeros automáticos y reclamó que se profundicen los mecanismos de seguridad.

Lo cierto es que el hallazgo de paquetes sospechosos en dos sucursales bancarias porteñas y una falsa alarma registrada en Rosario (ver parate) causaron temor.

La Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (Abappra) y la Cámara de Comercio de Estados Unidos repudiaron los atentados explosivos, al igual que la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
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La presunta organización "Metaderecho" se atribuyó los ataques a bancos porteños.

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