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 viernes, 19 de noviembre de 2004  
Balean a carnicero que corrió a dos ladrones
El comerciante está fuera de peligro. Sólo le robaron una monedas en el cuarto asalto que sufrió en el año

Un carnicero fue baleado ayer en su comercio de la zona sur cuando dos delincuentes irrumpieron y le robaron los pocos pesos que tenía en la caja. Preso de la indignación y la impotencia el comerciante salió a correrlos, pero uno de los jóvenes le efectuó dos disparos, uno de los cuales le ingresó por la axila izquierda causándole una herida menor. Los agresores huyeron a la carrera, mientras que el comerciante era evaluado anoche en la guardia del Hospital de Emergencias momentos antes de recibir el alta.

Maximiliano Pedro Ferreyra, de 26 años, abrió hace aproximadamente un año el local ubicado en la ochava sudoeste de España y Centeno, y en esa breve trayectoria sufrió cuatro robos, según contaron ayer a La Capital los consternados vecinos de la zona. Ayer, alrededor de las 10.45, Ferreyra se encontraba al frente de la carnicería con su hermana y uno de sus cuñados haciendo tiempo porque "no había mucho trabajo".

"Estábamos tomando unos mates y charlando de fútbol, cuando sentí que entraron dos pibitos", explicó por la tarde Angel, de 43 años, el cuñado que acompañaba a Ferreyra en el momento del atraco. Durante la tensa espera en la guardia del Heca, Angel contó que "uno me apuntó y me dijo «quedate tranquilo que no te va a pasar nada. Decime dónde está la caja». Y les dije donde estaba. Fueron, dieron vuelta la caja y se llevaron todo lo que había", comentó. Angel definió a los asaltantes "como dos pibitos, uno tendría 16 y el otro 12 o 13 años".

Mientras se producía el robo en el salón de la carnicería, Maximiliano estaba en el baño lavándose las manos. "El escuchó a los pibes y abrió la puerta corrediza, los vio y cerró enseguida. Entonces el pibe se asustó y le gritó «vos, quedate piola». Y salieron corriendo hacia la calle", explicó Angel. "Maxi salió a perseguirlos enloquecido y yo fui atrás. Es que ya estamos cansados de los robos y de tanto sacrificio tirado por la borda", recordó Angel. Así las cosas, su cuñado llegó a agarrar a uno de los asaltantes y él le tiró con la chaira (utilizada para afilar las cuchillas) al otro.

A los pocos metros Ferreyra le dio alcance al menor que llevaba el arma. "Maxi forcejeó con el pibe y se ve que le apoyó el arma y le disparó", explicó Angel. "Lo salvó que está medio gordo, porque si agarra a un flaquito por ahí le hacía más daño".


Un tipo solidario
"Maxi es un buen tipo. Siempre agarra y prepara los huesitos con carne y los menudos para los que pasan pidiendo", explicó su cuñado, que trabaja con él desde hace unos meses. "Hace seis meses le entraron por arriba del local y lo arruinaron", recordó con amargura.

"Eran unos pibitos, te diría adolescentes", comentó una vecina, también comerciante del lugar, mientras señala con una mano una altura del piso hasta un poco más arriba del pecho. Los delincuentes no anduvieron con rodeos y fueron directamente a llevarse el dinero.

Los estampidos del arma retumbaron en toda la esquina. "Sinceramente creí que habían tirado un par de cohetes, pero enseguida se escucharon gritos y vi salir corriendo a los pibes. Iban tan apurados que dejaron tirada una bicicleta en la zanja sobre calle Centeno", sostuvo la testigo.

Los vecinos remarcaron que el Comando Radioeléctrico llegó rápidamente y que fueron los policías quienes debieron prestarle auxilio médico a Ferreyra. "La policía llegó al toque y tuvo que llevárse a Maxi porque la ambulancia tardó un montón", remarcó la mujer. "Estaba bien. Lo vimos un poco pálido, pero salió caminando. Yo le aconsejé que se sentara porque parado le iba a bajar la presión", recordó la comerciente al describir los momentos posteriores a la huida de los maleantes.

Ferreyra fue conducido en un patrullero al Heca, desde donde se informó que ingresó con una herida de bala en la región intercostal izquierda. Se encontraba fuera de peligro y se esperaba que le otorguen en alta médica "en cualquier momento". Sus vecinos coincidían en que la zona es muy insegura. "Acá los robos ocurren a plena luz del día, como le pasó varias veces a Maxi. El tema es que de noche, después de las 7, no queda nadie en la calle".
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La carnicería de Ferreyra fue asaltada cuatro veces en el año.

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