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 viernes, 19 de noviembre de 2004  
Presenta su segundo disco solista hoy y mañana en Willie Dixon
Skay Beilinson: "Voy por este viaje con ojos nuevos, no pretendo reflotar nada de los Redondos"
El guitarrista aseguró que solamente le interesa hacer la música que siente, sin buscar ningún rescate del pasado

Carolina Taffoni / La Capital

El mundo ricotero empezó a rodar otra vez, de alguna manera. Para Skay Beilinson, que volvió al ruedo con su segundo disco solista, "Talismán", es sólo otra "mutación de Patricio Rey". No es fácil hablar con Skay. Entre su afabilidad mezclada con timidez siempre parece haber una zona en donde es imposible entrar. Hace dos años que no se ve con el Indio Solari, pero él lo cuenta con una naturalidad pasmosa. Y también asegura que la pronta salida del primer álbum en solitario del cantante de los Redondos es más "sincrónica que casual".

Ahora el guitarrista está listo para lo que será la primera presentación oficial de su nuevo compacto, hoy y mañana, a partir de las 23, en Willie Dixon, Suipacha y Güemes. "Tengo la idea de tocar la mitad del disco un día y al otro día la otra mitad. Estoy en ese plan", adelantó en charla con Escenario. También confesó que es un esclavo de su propio estilo y que no pretende reflotar el sonido clásico de los Redondos.

-¿Cómo nacieron las canciones de "Talismán?

-Las canciones siempre nacen del mismo lugar, de un ruido indefinido que escuchás en tu cabeza. El trabajo es descubrir dónde resuena eso, si es en una nota o en una melodía. Siempre me pasó lo mismo, con todos los discos. "El Boggart Blues" es un tema que compusimos con Claudio Kleiman hace 25 años. "El gourmet del infierno" también tiene el riff de un tema muy antiguo. Pero yo tomé ese riff y volví a armar el tema, que se fue para otro lado. Un disco es como una especie de archivo de cosas que van quedando, de repente hay algún disparador que las trae al presente y se terminan convirtiendo en canciones.

-Da la sensación de que "Talismán" es un disco más luminoso y menos hermético...

-Sí, muchos me dicen eso. Pero yo no puedo verlo. Llega un momento en que el disco se va haciendo solo. Yo lo veo como un proceso que se va completando. Cuando hago un disco tengo la sensación de estar completando huecos, de buscar siempre lo que falta.

-"Dragones" tiene aires de música celta, ¿dé dónde vienen esas influencias?

-Yo escucho todo tipo de música y disfruto de los folclores de distintos lugares. Ese riff apareció una vez que estuvimos por Galicia, para la época que salió "Ultimo bondi a Finisterre". Era un sonido que estaba dando vueltas en el aire en ese lugar. Para este disco le terminé dando forma de canción. Igual no escucho distintos géneros para ir tomando cosas. Soy como una esponja, después algo va quedando. Me gustan desde Carlos Nuñez hasta los Chieftains. Creo que mucho del rock inglés está influenciado por la música celta, desde Jethro Tull hasta Van Morrison.

-También hay un vals, "Presagio", que al final se va deformando...

-Intento no repetirme, en caer en climas o ritmos similares. Cuando estoy armando los temas voy cambiando de ritmo y tonalidad, les doy mil vueltas. Y cuando empecé a jugar con esa melodía, con ese tiempo de vals, me gustó mucho. Para el final había pensado algo más electrónico y psicodélico, pero terminó en una especie de blues.

-En general tus discos solistas tienen un sonido que remite a la etapa más clásica de los Redondos, ¿tenías ganas de rescatar ese sonido?

-Yo me siento esclavo de mi estilo. Siento la música así y así es como la hago. Me es imposible salir de allí. Pero no estoy buscando ningún rescate, lo que pasó ya pasó. Yo voy por este viaje con ojos nuevos, no miro para atrás, no pretendo reflotar nada de los Redondos.

-Pero hay un corte entre tus discos solistas y los dos últimos de los Redondos, "Ultimo bondi a Finisterre" y "Momo Sampler"...

-Pero tiene que ver más que nada con el uso de la tecnología. En esos discos trabajamos con muchas máquinas, samplers, secuencias, y la música quedó muy procesada. Fue una etapa de experimentación. Estábamos jugando a hasta dónde nos llevaba. Yo ahora estoy con una banda de excelentes músicos, disfrutando de sus cualidades como intérpretes. Me parece un desperdicio no aprovecharlos.

-Hay músicos que cuando llegan a determinada edad empiezan a probar con el eclecticismo, con géneros de todo tipo. Vos, sin embargo, seguís fiel a la orden del riff, ¿qué es lo que te mantiene conectado con el rock?

-Para mí el rock es husmear en otras culturas, buscar información, probar otros sonidos. Ese eclecticismo de alguna manera yo lo tengo siempre, lo que pasa es que, inevitablemente, mi pulso es rockero. Todo lo que abrevo, al pasar por mi propio tamiz, termina convirtiéndose en algo parecido a un rock.

-Ahora que sale el disco solista del Indio Solari muchos ven a los Redondos como una banda definitivamente separada, ¿vos lo interpretás así también?

-Patricio Rey siempre ha mutado, nunca fue lo mismo. Yo soy una mutación de Patricio Rey y lo que saque el Indio será otra. No tengo la menor idea si volveremos a ser banda o no. Por ahora somos esta mutación.

-¿Conversaron con el Indio a cerca de sus carreras solistas?

-No, para nada. Igual tengo curiosidad por saber cómo es su disco. Ahora me voy a encontrar con Sergio Dawi después de muchos años y vamos a hacer intercambio de discos. Porque también él sacó uno, lo cual me alegra. Es como una invasión de la nueva mutación de Patricio Rey por todos los flancos.

-En los dos últimos años la escena del rock nacional tuvo una explosión a nivel comercial, ¿cómo ves el aspecto creativo?

-Yo hago más música de la que escucho, así que no podría opinar al respecto. Lo único que sé es que la música debe tener libertad. Si los músicos no quedan atrapados por la industria y toda su maquinaria siempre van a tener algo interesante para dar. En todas las épocas, en todos los lugares, siempre hay gente haciendo cosas interesantes. Lo que no me gusta es la posición nostálgica. Si entramos a mirar para atrás deberíamos estar llorando porque ya no están más los Beatles ni Jimi Hendrix. Es bueno que todo vaya cambiando.
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"Soy una mutación de Patricio Rey", dijo el guitarrista

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