Ernesto Cardenal: "La Revolución es la puesta en práctica del Evangelio"

El poeta nicaragüense, ex ministro de Cultura sandinista,leyó ante una multitud en el teatro Broadway, que lo recibió y despidió de pie

Eduardo Valverde / La Capital

De la mano de los versos y la voz del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal (Granada, 1925), y ante un teatro Broadway totalmente repleto en sus tres plantas, el espíritu de la Revolución Sandinista se paseó ayer a la noche por Rosario en el marco de la segunda jornada del III Congreso Internacional de la Lengua Española.

Organizada por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad y la librería Homo Sapiens, el célebre poeta centroamericano, quien ya había participado por la mañana en una de las mesas redondas oficiales del congreso sobre el tema "Identidad y lengua en la creación literaria", realizó una emotiva lectura de sus poemas, que fue permanentemente acompañada por los aplausos de la concurrencia, compuesta por gente de un amplio espectro de edades. "La revolución es la puesta en práctica del Evangelio", aseguró el célebre escritor.

A las 19.45, las luces se ensombrecieron y luego de ser anunciados por Patricia Dibert, con todo el teatro aplaudiendo de pie, hicieron su ingreso en el escenario Cardenal y quien sería su presentador e interlocutor en una charla abierta, el poeta Jorge Boccanera (Ingeniero White, 1952).

Durante el acto fue presentada la flamante "Antología poética" de Cardenal, editada por Homo Sapiens Ediciones. Precisamente el "poeta-sacerdote" se valió de un ejemplar de esa obra para llevar adelante su emotiva lectura, enriquecida por su voz cadenciosa y su marcado histrionismo.

Entre los asistentes, pudo observarse al intendente Miguel Lifschitz, acompañado por varios miembros de su gabinete. También se vio entre el público a varios poetas rosarinos: Nora Hall, Celia Fontán, Hugo Diz, Jorge Isaías, Lisandro González, Norman Petrich, Sergio Gioacchini, Enrique Gallego y Pedro Bollea, entre otros.

Cardenal es autor de una obra ampliamente difundida en nuestro país, fundamentalmente a través de las Ediciones Carlos Lohlé, que fue la primera en publicar sus excelentes "Epigramas", en 1961.

El poeta coterráneo de Rubén Darío nació en la nicaragüense Granada, en 1925. Hizo estudios de literatura en la Universidad de México y luego en la Universidad de Columbia, en Nueva York. En 1957, a los 31 años tiene su "enamoramiento de Dios", e ingresa en un monasterio trapense en Kentucky, EEUU, donde su maestro de novicios fue el célebre escritor místico Thomas Merton.

Después estudió para el sacerdocio, primero en el monasterio benedictino de Cuernavaca, México, y posteriormente en un seminario de Antioquia, Colombia. Fue ordenado sacerdote en 1965 y fundó una pequeña comunidad en la isla de Solentiname, en el lago de Nicaragua. Durante su permanencia allí se integró al Frente Sandinista de Liberación Nacional y, luego del triunfo de la revolución, en 1979, fue nombrado ministro de Cultura.

Publicó, entro otros libros, "Hora 0" (1960), "Epigramas" (1961), "Salmos" (1964), "Oración por Marilyn Monroe y otros poemas" (1965) y "Telescopio en la noche oscura" (1993).

Luego de su lectura, y motivado por las preguntas de Boccanera, Cardenal desplegó, entre otras, las siguientes frases: "La revolución es la puesta en práctica del Evangelio; y es, sobre todas las cosas, una cuestión de amor". "Yo quería tener dos vidas: una con una muchacha, y otra con Dios". "Primero fue el amor por las muchachas y luego por el autor de las muchachas". "La revolución es la caridad eficaz" (citando a Camilo Torres). "Ahora Nicaragua está muy mal". "El comunismo es Dios en la Tierra". "Este Papa hizo que el Vaticano se acostara con la CIA".

Finalmente, a las 21.30, antes de retirarse aclamado de pie, ratificó su fe en que "el destino de la especie humana debe ser la revolución", ya que "lo importante es cambiar el mundo, porque es posible y necesario".

Para Cardenal, "el comunismo es Dios en la tierra".