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 viernes, 19 de noviembre de 2004  
La obra desaconseja usar algunos vocablos extranjeros
El Diccionario de Dudas hasta acepta utilizar lunfardismos como "telo"
La edición impresa recién podrá conseguirse en mayo, por ahora sólo se puede consultar la versión digital

El Diccionario Panhispánico de Dudas se presentó ayer en el marco del III Congreso Internacional de la Lengua Española, aunque la edición impresa recién podrá adquirirse en mayo próximo. Por ahora sólo se puede consultar la versión digital que atesora 7.000 respuestas.

En rigor, el anuncio oficial se hizo en España el 13 de octubre pasado en un encuentro de las 22 academias de la lengua incluidas la filipina, la estadounidense y la Real Academia Española (RAE).

Las autoridades del encuentro repartieron ayer en la presentación realizada en el teatro El Círculo un modelo a escala de lo que promete ser la norma rectora para saldar las incertidumbres que plantea la lengua. El director de la RAE, Víctor García de la Concha; el titular del Instituto Cervantes, César Antonio Molina; y los presidentes de las academias de letras argentina, Pedro Luis Barcia; chilena, Alfredo Matus Olivier; y mexicana, José Moreno de Alba, dieron cuenta del minucioso trabajo que los especialistas realizaron durante cinco años para despejar la enorme cantidad de dudas que se presentan cotidianamente con el lenguaje que utilizan los más de 400 millones de hispanohablantes.

Los académicos resaltaron que los principios del nuevo diccionario se basan fundamentalmente en respetar los regionalismos y no en anular palabras de uso idiomático locales, sino incorporarlas por consenso.

A saber, ordenador y computadora o acera y vereda convivirán sin problemas de acuerdo al lugar con que se denomina el mismo objeto. Pero Barcia se refirió especialmente a aquellas palabras a las que denominó "extanjerismos superfluos", es decir, los vocablos que se utilizan en inglés cuando tienen traducción al español.

Aunque el académico argentino remarcó que existen otras intraducibles, por ejemplo software, las que sin dudas ya están incorporadas al idioma. "De todos modos aconsejamos que esas palabras sean escritas en bastardilla para dar cuenta de que no pertenecen a la raíz del idioma español", advirtió.

Para sorpresa de los argentinos, el Diccionario Panhispánico de Dudas incluye algunos vocablos del lunfardo, entre ellos el término "telo" que aparece como modismo para significar albergue transitorio.

La obra censura la utilización de voces extranjeras en casos como "best seller" (debe utilizarse "superventas") y "hall" ("recibidor", "entrada" o "vestíbulo").

Desaconseja además la utilización de los términos "hobby" ("afición" o "pasatiempo"), "lifting" ("estiramiento"), "look" ("imagen" o "aspecto") y "sponsor" ("patrocinador").

La obra propone mantener la grafía original pero con pronunciación a la española como el caso de la palabra "gay" que debe pronunciarse "gai". Para otras expresiones las academias prefieren "la adaptación de la grafía original para reflejar la pronunciación de acuerdo con el sistema gráfico español": "baseball" debe escribirse "beisbol" o "béisbol", "paddle" ("pádel") y "hippie" ("jipi").

El diccionario incluye tres tipos de materiales: las dudas más frecuentes planteadas a los servicios de consultas lingüísticas de la lengua española, la información de carácter normativo que se recoge en publicaciones académicas y las cuestiones tratadas en las publicaciones de mayor solvencia.

Otro de los aspectos importantes de la obra es el referido a la circulación de los extranjerismos en la lengua española. Al respecto, Barcia explicó que "todas aquellas palabras que son extranjerismos y predominantemente anglicismos, y que tienen su representación consolidada en el idioma español, no tiene sentido que sean aceptadas".

Luego, se presentó el proyecto del próximo Diccionario Académico de Americanismos en el que se está trabajando con un importante número de especialistas españoles y americanos. Humberto López Morales, presidente de las asociaciones de letras españolas, es uno de los responsables de este gigante trabajo que registrará todas las palabras de los hispanoparlantes no europeos. "En los próximos cuatro años haremos realidad este ansiado proyecto de las academias para hacer este diccionario que además se presentará en varios soportes, impreso y electrónico", afirmó López Morales.
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La presentación de la obra, que demandó 5 años de trabajo, se realizó en El Círculo.

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