El mensaje del arzobispo de Rosario reavivó la polémica

Continúa la tensión entre el gobierno y algunos obispos

Trascendió que monseñor Mirás alertó sobre un escenario violento similar a Colombia o Venezuela

El gobierno consideró ayer "poco felices" las expresiones de dos arzobispos sobre la situación social en el país y pidió comprensión, mientras que un tercer representante de la Iglesia advirtió que "hay que cuidar un poquito la relación institucional para fortalecerla".

La tensión se originó cuando el presidente embistió a sectores de la Iglesia luego de que el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, advirtiera que "se ha crispado excesivamente (la situación social), y nosotros notamos que el conflicto está saliéndose de madre".

Su par de Rosario, monseñor Eduardo Mirás, manifestó en relación a los piqueteros que "si se deja que cada uno haga lo que quiera, vamos a estar como en Colombia o como fue en algunos momentos en Venezuela, o como otros países que llegaron a una situación peor".

Anteayer, Kirchner se manifestó contra la "extrema hipocresía" de ciertos "pastores de la Iglesia" Católica por haber avalado "el proyecto de concentración económica" vigente en la Argentina durante 30 años.

También, sin nombrarlo, el jefe del Estado cargó contra el arzobispo de La Plata, a quien calificó como "fiador de un financista que estuvo preso", en alusión a Francisco Trusso, propietario del ex Banco de Crédito Provincial (BCP).

Ayer, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, consideró "poco felices" las expresiones de los mencionados arzobispos porque, según dijo, "no colaboran para el duro momento en el que estamos viviendo".

El funcionario justificó entonces la embestida del presidente y reclamó una "actitud un poquitito más comprensiva" del sector "para colaborar en consecuencia".

De todas formas, el obispo de Humahuaca, monseñor Pedro Olmedo, rechazó la hipótesis de un posible distanciamiento de Kirchner con la Iglesia, aunque advirtió: "Hay que cuidar un poquito la relación institucional para fortalecerla y todos apuntemos para el mismo sitio: la necesidad de la gente".

Olmedo opinó que el entredicho "huele mucho a manoseo político partidario interno, y eso complica mucho las cosas".

Dijo, además, que "el presidente, conociendo un poquito la trayectoria de monseñor Aguer, y algunas conductas que ha tenido él, que yo no comparto, como el tema de Trusso, lo ha descalificado con eso, pero no creo que sea un tema con la Iglesia".


Relaciones institucionales
"Hay tanta necesidad y problemas... Hay que cuidar un poquito la relación institucional para fortalecerla y todos apuntemos para el mismo sitio: la necesidad de la gente", completó.

El ministro del Interior insistió en que "las expresiones no son felices, ni la de monseñor Mirás ni la de monseñor Aguer, y creo que no colaboran para el duro momento en el que estamos viviendo".

"Ahí debería haber, por lo menos a mis ojos, a mi concepto personal, a mi manera de ver las cosas, una actitud un poquitito más comprensiva desde donde se está viniendo, para colaborar en consecuencia. Creo que esos dichos no colaboran para nada", reiteró.

Fernández concluyó que "no me parece que sea para nada positivo que algunos ministros de la Iglesia tengan ese tipo de expresiones, porque sólo exacerban los ánimos o generan un multiplicador de conflictos que no creo que sea tarea de la Iglesia puntualmente".

Pese a sus críticas a Kirchner, la titular del ARI, Elisa Carrió, también se distanció de Aguer al afirmar que "si hay un sacerdote que no es pastor" es, precisamente, el arzobispo de La Plata.

"Pero un presidente está por encima de todas esas cosas. El presidente no puede pelear con cada uno de los obispos todos los días", expresó.

Mirás advirtió que la escalada piquetera puede desembocar en un descalabro social.