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 jueves, 08 de julio de 2004

Agentes de una comisaría tucumana atacaron a balazos a estudiantes que regresaban de un profesorado de Salta
Cinco chicas sobrevivieron de milagro a demencial persecución policíaca
"Teníamos miedo, no sabíamos que eran policías porque nunca se identificaron", aseguró una de las víctimas

Cinco estudiantes sobrevivieron milagrosamente a un ataque a balazos cometido por policías tucumanos, quienes (aparentemente por error) dispararon al menos diez veces contra el auto en el que las chicas se trasladaban de Salta a Tucumán al confundirlo con el de una banda de delincuentes, indicaron ayer fuentes vinculadas a la causa.

A raíz del episodio, que se registró la noche del lunes último, el ministro de Seguridad Ciudadana, Pablo Baillo, relevó ayer a los efectivos que cumplían funciones en la comisaría de la localidad tucumana de Trancas, a 80 kilómetros al norte de la capital provincial.

El caso se inició pasadas las 21 del lunes último, cuando cinco jóvenes oriundas de la localidad de Trancas, situada al norte de la capital tucumana, regresaban a sus casas en un Peugeot 405 luego de cursar clases en el profesorado de sociología, en la ciudad salteña de El Tala.

El auto era conducido por María Linares Vallejo, de 26 años, quien viajaba con cuatro compañeras de estudio (Karina, Yanni, Natalia y Cecilia) cuando, aún en territorio salteño, un Fiat Palio se les cruzó sorpresivamente en el camino y bajaron cinco hombres vestidos de civil.

La conductora del Peugeot se asustó al creer que se trataba de delincuentes y aceleró la marcha, momento en el que los hombres, que luego se supo eran del área de investigaciones de la policía de Tucumán, comenzaron a disparar contra el auto.

"Teníamos miedo, no sabíamos qué hacer, no sabíamos que eran policías porque nunca se identificaron", aseguró luego Linares Vallejo ante la fiscal de Instrucción tucumana que investiga el hecho, Adriana Reinoso Cuello.

La joven recordó que en ese momento, a raíz del pánico que ella y sus compañeras tenían, se dirigieron al puesto policial tucumano de Cabo Vallejo, donde volvieron a ser atacadas a balazos por la policía.

Mientras seguían con la huida, una de las chicas llamó por teléfono celular a los padres de Linares Vallejo, quienes en un auto salieron a la ruta para auxiliar a las jóvenes.

El padre de la estudiante, Luis Linares, contó que se bajó en medio de la ruta y empezó a gritarles a los policías que dejaran de disparar, que se trataba de su hija.

"Me bajé y empecé a gritarles que pararan y que era mi hija. Estaban como locos, no se puede entender que hayan hecho una cosa así", manifestó el hombre.

En su huida desesperada para escapar de los policías que les disparaban, las estudiantes habían corrido, además, serio riesgo al dar su auto varios trompos en la ruta en distintas oportunidades.

Los efectivos cesaron el ataque; sin embargo, otros agentes secuestraron el auto de las chicas y dieron intervención a la Justicia de turno.


Fue un error
En el marco de la causa, los efectivos que cometieron el ataque dijeron que se trató de un error, ya que confundieron el auto en el que iban las jóvenes con el que tripulaba una banda de delincuentes provenientes de la provincia de Jujuy y a bordo del cual llevaban rehenes.

Los voceros consultados informaron que las estudiantes salvaron sus vidas y no sufrieron ninguna lesión, a pesar de que el Peugeot 405 tenía diez impactos de bala.

La conductora cuestionó que ningún policía le pidiera disculpas por el episodio que, consideró, "pudo haber terminado en una tragedia".

El secretario de Seguridad provincial, Osvaldo Nieva, dijo que "si hubo irregularidades, como se cree, al gobierno no le temblará el pulso para tomar las medidas del caso y será inflexible".

Poco después dio a conocer el relevo de todos los efectivos que cumplían funciones en la comisaría de Trancas, en el destacamento de El Tala, en Salta, y en la patrulla anticuatrerismo cuyos integrantes tomaron parte de la persecución. (Télam)

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Algunas de las estudiantes agredidas.

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