Roces por las restricciones al ingreso de electrodomésticos del vecino país

El malestar entre Brasil y Argentina envuelve la Cumbre del Mercosur

Kirchner no descarta ampliar a los productos textiles las barreras impuestas a la línea blanca

El malestar causado en Brasil por las medidas instrumentadas por la Argentina para proteger su industria de electrodomésticos proyectó un cono de sombras sobre la Cumbre del Mercosur que comenzó ayer en Puerto Iguazú pero no llegó a alterar los planes de ampliación del mercado regional. Echando más leña al fuego, el presidente Néstor Kirchner no descartó la posibilidad de ampliar a productos textiles las restricciones que pusieron en pie de guerra a los industriales del socio mayor. Para bajarle decibeles a la confrontación, está previsto que en transcurso del encuentro se reúnan el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y su par brasileño de Desarrollo e Industria, Luis Furlan.

El jefe de Estado dejó ayer la puerta abierta a la posibilidad de extender las barreras al ramo textil. "Lo estamos evaluando", dijo al pasar por Entre Ríos, antes de viajar a Puerto Iguazú.

"Cuando pensamos en el Mercosur lo hicimos como una forma de desarrollar nuestras industrias, no que se concentren en un solo país", acotó el primer mandatario, mientras los funcionarios de protocolo consignaban que no está prevista reunión bilateral alguna con su par de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.

"Se debe buscar un punto de equilibrio que permita desarrollar en forma equilibrada a todos los países del Mercosur", acotó el jefe de Estado. Al descender del avión gubernamental Tango 01 Kirchner dijo que las últimas disposiciones que tomó Argentina "en la industria blanca fueron para evitar asimetrías", y aclaró que "la relación con Lula es más que excelente, pero entre los países siempre hay cuestiones de intereses propios que marcan las diferencias y tenemos que defender la industria nacional".

El negociador brasileño Luiz Felipe de Macedo Soares acusó recibo e intentó poner paños fríos sobre la discusión. En conferencia de prensa dijo que Brasil tiene un proyecto de integración y no de competición con Argentina, que excluye una guerra comercial.

"Tenemos un proyecto de integración, no un proyecto de competición. Brasil no quiere ganarle a Argentina" señaló el funcionario en la pequeña ciudad que alberga a los gigantescos saltos de agua de las Cataratas del Iguazú. "No estamos ni estaremos en una guerra comercial", precisó en su condición de subsecretario general de América del Sur de Itamaraty.

"Una relación viva, intensa comercial entre dos países como Argentina y Brasil forzosamente lleva a desencuentros", sostuvo, al ser consultado por las declaraciones de Kirchner.

Apenas 48 horas antes de iniciarse la cumbre, Brasil se enteró de que sus lavarropas, cocinas, televisores y heladeras tropezarán con trabas administrativas y aranceles para ingresar en Argentina.

Siempre en tren de bajar la temperatura del conflicto, el ministro brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Luiz Fernando Furlan, se mostró confiado en que con el diálogo se superará la decisión de Argentina de imponer restricciones a la importación de electrodomésticos de Brasil. "La solución adecuada es el diálogo. Los socios dialogan y buscan un entendimiento, los socios no hacen guerra a través de los medios de prensa, eso no construye nada", declaró.

El funcionario brasileño comparó la situación con una relación sentimental al señalar que "es de amor, y como toda relación de amor a veces ocurren algunas pequeñas peleas que son rápidamente superadas".


Una reunión clave
Todas las apuestas para destrabar el conflicto están puestas en torno a la reunión que el ministro Roberto lavagna sostendrá con su par brasileño de Desarrollo e Industria. Y si esas conversaciones resultan fructíferas, ya se prevé que autoridades gubernamentales y fabricantes de heladeras, lavarropas y cocinas de ambos países se reunirán la semana que viene para buscar un acuerdo que permita levantar las restricciones que pesan sobre la importación de esos productos, según informaron fuentes de la Secretaría de Industria. El encuentro bilateral entre privados, cuyo lugar todavía no fue definido, fue comunicada en Puerto Iguazú por los propios empresarios al titular de la cartera fabril, Alberto Dumont.

Por su parte, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, también realizó oficios de conciliación al afirmar que "problemas y diferencias comerciales habrá siempre".

"Incluso en la Unión Europea a veces aparecen esas diferencias. Aquí el objetivo es avanzar siempre y por eso no hay que dramatizar un problema que será resuelto mediante el diálogo", subrayó el directivo.


Competencia insostenible
Pero el jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, sostuvo que existe un problema con el ingreso de los productos brasileños, que "entran y compiten de un modo difícil de sostener internamente".

En tanto, el canciller Rafael Bielsa, afirmó que la restricción a las importaciones de Brasil resuelta por la Argentina "no es una medida intempestiva", mientras que el presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, Eduardo Duhalde, dijo que la "constitución de la unión tiene que ir equilibrando la situación de los países".

"No hay que dramatizar ni pensar que las decisiones son el fin del mundo ya que si bien siempre es bueno que estas cosas no ocurran, pero siempre es mejor que no ocurran las razones que hacen que esto ocurra", expresó Bielsa, quien admitió que "la falta de complementariedad directa es un tema principal pero "también fue un problema en la Unión Europea y por eso la idea es moderar esas diferencias" mediante negociaciones.

Bielsa dijo que "no hay que dramatizar" con las medidas argentinas.