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 miércoles, 07 de julio de 2004

Horacio Damiani: "La enuresis es multicausal"
El urólogo considera que el trastorno puede tener que ver con factores psicólogicos u orgánicos que dependan de cada niño

Belén Travesaro / La Capital

Acerca de la causa de la enuresis (control inadecuado de la emisión de orina a una edad en la cual ya debería estar establecido) existen diferentes enfoques. Algunos médicos consideran que se trata en la mayoría de los casos de un retraso madurativo, en tanto otros plantean que está vinculado con lo psicológico. El doctor Horacio Damiani, jefe de Urología del Hospital de Niños Víctor J. Vilela, considera que el trastorno “se origina tanto en factores psicológicos u orgánicos que dependen de la situación de cada niño”. El especialista aclaró que la enuresis suele tener un componente hereditario (70%) cuando ambos padres tuvieron la alteración y un 40% cuando uno de los dos la padeció.

El mecanismo que regula el control de esfínteres no es simple, por ello se considera normal que hasta los 5 años el niño tenga episodios de enuresis. Cuando se llega a esa edad con problemas en el control de esfínteres, es conveniente la consulta temprana con el pediatra, quien estudiará la causa de la alteración para detectar cuál es el tratamiento adecuado.

Cómo tratar el problema

La pérdida involuntaria de orina ocurre con más frecuencia durante la noche, aunque también puede suceder en el día. El doctor Damiani explicó a La Capital los posibles orígenes y terapéuticas para tratar el problema:

u Psicológico: el trastorno tiene un origen psicológico cuando el niño por un período mayor de 6 meses estuvo totalmente seco y luego comenzó con escapes nocturnos. Se la denomina enuresis secundaria y en ella se ponen en juego cuestiones emocionales, como la separación de los padres, el cambio de domicilio o el fallecimiento de un ser querido. En esta situación se aconseja la terapia psicológica.

u Baja capacidad vesical o “vejigas inestables”: se trata de niños con incontinencia de orina nocturna y urgencias en el día, con escapes que suelen mojar la ropa interior. A veces se colocan en posición de cuclillas o entrecruzan las piernas para evitar la pérdida. El problema, de índole orgánico, conviene tratarlo con drogas anticolinérgicas que ayudan a aumentar la capacidad de la vejiga.

u Hormonal: aparece con el déficit de una hormona que es de secreción nocturna y se denomina vasopresina. Por ello tienen una producción de orina nocturna que es superior a la normal. En la noche se suelen mojar en cantidad, en general en una sola micción. No es un problema endocrinológico, sólo es que la cantidad de orina producida sobrepasa la capacidad vesical para la edad. El tratamiento recomendado es la administración de un análogo sintético de esa hormona denominada desmopresina.

Otra forma de tratarla es mediante un sistema de alarma, que consiste en la colocación de un sensor en la ropa interior del niño que al humedecerse suena como un “despertador”. “Los niños enuréticos en general tienen un sueño profundo, por lo tanto la alarma despierta a los hermanos mientras que el pequeño sigue mojado en manos de Morfeo (Dios del sueño)”, acotó Damiani.

Más común en varones

La enuresis es más común en los varones. Su frecuencia es de aproximadamente un 15% en los niños mayores de 5 años. El control de los esfínteres se logra alrededor de los 2/3 años en un 70% de los casos.

La evaluación de un niño que moja la cama —aclaró Damiani— incluye en primer lugar un interrogatorio y examen físico. También es aconsejable el análisis de orina para descartar la infección urinaria, entre otros requisitos para el diagnóstico.

Los niños enuréticos suelen sentirse avergonzados y con el autoestima baja. Evitan quedarse a dormir en la casa de los amigos y progresivamente se aislan de sus compañeros.

El especialista brinda a los padres las siguientes recomendaciones:

* Conviene que los niños no ingieran líquido dos horas antes de irse a dormir.

u Los pequeños deben orinar antes de irse a dormir.

* Una vez que los padres decidieron sacarle el pañal al bebé, por más que se siga orinando en la cama, conviene no volver a colocárselo. Esto puede alterar el aprendizaje.

* Los padres deben comprender a su hijo y no castigarlo, ya que no se orina a propósito y quiere estar seco.

Por último Damiani dijo que si bien la dificultad se cura en forma espontánea en un 99% de los niños cuando llegan a la adolescencia, “debemos tratar que solucionen su problema antes

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