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 miércoles, 07 de julio de 2004

Impotencia: la escuela Crisol sufrió ayer el robo número 11
Esta vez se llevaron cuatro computadoras. La institución no tiene alarma ni sereno

Carla Rizzotto / La Capital

Esta vez, se llevaron cuatro computadoras y tres impresoras, pero quince días atrás habían robado un equipo de música, micrófonos, una cafetera, dos estufas y 20 cajas de alfajores. La escuela Nº472 Crisol, que funciona en la zona sur de la ciudad (pasaje Magnano 6365), fue blanco ayer a la madrugada de un nuevo robo. En total suman once los hechos de vandalismo que sufrió el establecimiento, que por falta de presupuesto nunca tuvo alarma ni sereno. El director de la escuela, Antonio Di Benedetto, sospecha de sus propios alumnos. Y también se pregunta en qué quedó el plan de seguridad escolar que el gobierno santafesino pensaba implementar el año pasado para combatir la ola de robos en escuelas (ver aparte).

Entre 8 mil y 10 mil pesos estima como pérdida el director de la escuela, a la que concurren 500 alumnos del nivel EGB3 (octavo y noveno año) y Polimodal. Según el director de la escuela, se llevaron las cuatro computadoras más nuevas del gabinete de informática y tres impresoras que se habían comprado en el 2001. Para entrar, los ladrones forzaron la cerradura de una reja que da al patio del establecimiento y luego arrancaron parte de la puerta del salón de computación.

"Se trata de gente que conoce el funcionamiento de la escuela porque entraron sabiendo lo que tenían que llevarse", dijo ayer Di Benedetto, ya casi acostumbrado a los hechos de vandalismo. En seis años, desde que el establecimiento funciona en la zona sur de la ciudad, robaron once veces. Pero en los anteriores edificios, en Entre Ríos 1443 y en Wheelwright y Paraguay, también habían recibido la visita de delincuentes.

Como no cuenta con ningún dispositivo de seguridad, la escuela -que tiene 16 salones distribuidos entre las plantas baja y alta- fue enrejada. Sin embargo, eso no impidió la entrada de los ladrones. "En un rincón del patio encontramos sillas y bancos apilados, que dan a una casa vecina. Por ahí huyeron", contó Di Benedetto.

El director relató además que dentro del gabinete de computación encontraron una nota que decía que la próxima vez van a prender fuego a la escuela. "Yo no tengo problemas con ninguna banda de la zona, pero no sé si ellos los tienen con la escuela", se despachó.

Para el comisario de la seccional Nº11, Miguel Martínez, "de noche las escuelas son el blanco perfecto para los robos porque no tienen alarma ni sereno".

De hecho, este caso se suma a otros tres que sucedieron en los últimos días. Anteayer, el Normal Nº1 (Mendoza y Entre Ríos) fue víctima de un misterioso hecho de vandalismo. Los delincuentes causaron destrozos en la librería, en la escuela domiciliaria Nº1.254 que funciona dentro de la institución y el depósito de electricidad. Rompieron puertas, ventanas y vitrinas, pero no robaron nada.

Estos destrozos no fueron los únicos que sufrió el Normal Nº1 en los últimos meses. El año pasado hubo dos intentos de robo, por lo que la cooperadora de la escuela contrató un servicio de vigilancia privada por un tiempo. Pero la falta de fondos impidió sostenerlo.

Dos escuelas del barrio Las Flores también fueron robadas durante el fin de semana. De la Crucero General Belgrano se llevaron una bomba de agua, mientras que en Nuestra Señora de Itatí no pudieron apropiarse de 200 cuadernos porque los sorprendió la policía.

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Lo que quedó de la sala de computación.

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