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 domingo, 04 de julio de 2004

Estética: Decisiones masculinas

Los hombres son juzgados a menudo como poco cuidadosos de la imagen corporal o muy por el contrario, a partir del estereotipo "metro sexual", como obsesionados por ella. Sin embargo a la hora de la consulta adoptan una clara actitud respecto de cuál es, a su criterio, la mejora o el cambio que quieren introducir, las posibilidades y disponibilidades de tiempo y esfuerzo que quieren invertir, y en caso de buscar un consejo lo escuchan con objetividad.

Cada vez más ellos concurren a los consultorios sin ningún tipo de prejuicios. En cuanto a las edades, si bien la más frecuente sigue siendo la adolescencia y juventud temprana, es cada vez mayor el número de pacientes masculinos a partir de los 40.

Es posible separar el tipo de consultas según las diferentes etapas de la vida: en la niñez y adolescencia se ven movilizados por la familia, casi siempre mamá, que atenta a los cambios corporales se preocupa por la presencia de lesiones desde el nacimiento como lunares, manchas, angiomas y por supuesto en etapa de crecimiento, el acné y sus consecuencias.

Hoy con los avances en el tema, la aspiración es curar y no sólo esperar la calma hormonal.

Todos los esfuerzos están destinados a detener la aparición de las típicas lesiones para comenzar cuanto antes con la recuperación de la piel dañada, cuando es necesario. Los pacientes difícilmente llegan a severas cicatrices, como las que aún podemos ver en las generaciones de los 30 en adelante.

Los adultos jóvenes toman la decisión de manera independiente y concurren muy a menudo a corregir lesiones que quedaron de otras patologías, muy frecuentemente acné y cicatrices, incluso la persistencia de formas menores de la enfermedad. Lo novedoso, por así decirlo, es la irrupción del concepto de "calidad de piel" en la conciencia masculina: evalúan textura, color, aparición de manchas o pequeños bultos como verrugas, adenomas sebáceos, quistes, lunares que cambiaron o que simplemente les resultan inestéticos. Es habitual la utilización de cremas hidratantes, cosméticos para el rasurado o diferentes productos para detener la caída del cabello.

El pelo que se pierde (o el que poseen y no desean) es también un motivo de consulta frecuente. Respecto a este tema creció significativamente el número de consultas por depilación láser: el viejo sueño femenino de desterrar los pelos indeseados, ahora también es patrimonio de ellos. Ya no están dispuestos a luchar diariamente con el rasurado de la cara y el cuello, ni a sufrir incómodas sudoraciones por abundante pelo en pecho y espalda. Rara vez aspiran a quitarlos completamente, sólo disminuir la cantidad, hacerlos más suaves y finos con lo cual se muestran muy satisfechos ante los primeros resultados.

Ya en plena etapa productiva, la década de los 40 en adelante, promete ser la más asidua a los consultorios de dermatología. Tratar de evitar las cirugías y los cambios drásticos parece ser la consigna. Consultas como la hiperhidrosis (sudoración profusa) sobre todo en la cara, manos o axilas son bastante frecuentes. Aquí los avances son enormes. Se puede decir que en este sentido existe un antes y un después del Botox con excelentes resultados.

La preocupación mayor pasa fundamentalmente por las arrugas y la flaccidez facial, evidenciada en párpados abultados o con piel sobrante, surcos nasogenianos profundos, caída de los pómulos, pérdida del marco de la cara y por supuesto, el envejecimiento del cuello. Afortunadamente los avances son sorprendentes. Prácticas relativamente sencillas como la mesoterapia facial, los peelings, la toxina botulínica o los implantes faciales, cada vez más utilizados y con muy buenos resultados, permiten ofrecer a estos pacientes una solución rápida y efectiva sin post operatorios que compliquen las cuestiones sociales o laborales.

Las manchas de la cara, el cuello y las manos adquieren una importancia relevante no sólo por razones estéticas, sino por su vinculación con enfermedades degenerativas, como el melanoma maligno y el cáncer de piel. Una vez hecho el diagnóstico y determinada su benignidad, el mejor de los tratamientos correctivos para estos casos continúa siendo el láser: su rapidez y precisión lo convierten en el sistema por excelencia para la corrección de lesiones que requieren alta definición estética.

Es precisamente en esta etapa de la vida donde se pone el acento sobre las ventajas de llevarse bien con la piel que uno tiene. Sentidos como la vista, el tacto, el olfato y hasta el sabor son posibles en ella, y es un punto de encuentro entre hombres y mujeres de todas las edades. Ellos son diferentes, afortunadamente. Unicos, igual que nosotras.

Nora L. Romero

Jefe de la Sección Dermatología

Hospital Escuela "Eva Perón"

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