Los estrenos bajo la lupa de Escenario

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"Elefante": La ausencia de respuestas
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Alex Frost, Eric Deulen y John Robinson. Dirección: Gus Van Sant. Género: drama. Duración: 81 minutos. Salas: Cairo, Patio y Village.

La película de Gus Van Sant retoma, desde otro ángulo, uno de los temas del documental "Bowling for Columbine" de Michael Moore. Lo hace desde una ficción que, por momentos, se parece a un documental porque trata de limitarse a exponer la historia de una matanza en una escuela llevada a cabo por dos alumnos y lo hace sin efectismo, sin héroes ni culpabales. El nombre del filme es una clave de que intentó el realizador con este filme. "Elefante" es una alusión a una parábola budista en la que un grupo de ciegos toca a un elefante y cada uno describe al animal según la parte que tocó: la trompa, la oreja, la cola, etcétera. Es decir que no hay una sola respuesta. "Elefante", justamente, es una película difícil de ver. Si bien no hay héroes ni culpables, es significativo que en el filme los adultos casi no aparezcan, o si lo hacen sea a través de un padre ebrio, un director burlón y unos padres a los que no se les ve la cara. Después del filme sólo quedan preguntas. Un hecho extraño para una producción encargada por HBO.


"Dúplex": Un híbrido sin condimento
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Ben Stiller, Drew Barrymore y Eileen Essel. Dirección: Danny DeVito. Género: comedia. Duración: 97 minutos. Salas: Village y Monumental.

Una pareja de recién casados busca la casa ideal para tratar de disfrutar de la vida cotidiana. Cuando finalmente la encuentra no repara en un pequeño detalle: en el piso de arriba de su dúplex de ensueño vive una viejita que va a convertir esa vida cotidiana en un auténtico infierno. ¿El planteo es original? No. Pero uno esperaba que la mano experimentada de Danny DeVito ("Tira a mamá del tren", "La guerra de los Roses") lograra algo más que una comedia desabrida. En lugar de lograr los efectos de esas dos comedias mencionadas, que manipulaban el odio hasta convertirlo en humor ácido y absurdo, el director se limita a robarles todo tipo de recursos. Así "Dúplex" termina siendo un híbrido que ni frío ni calor, y al final comete el peor pecado de una comedia: no hace reír. Si en algunos pasajes la película logra arrancar una sonrisa es por el timing de Ben Stiller para la comedia, la calidez picaresca de Drew Barrymore o el trabajo impecable de la veterana Eileen Essel.


"Inframundo": Una guerra por el poder
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Kate Beckinsale, Scott Speedman y Michael Sheen. Dirección: Len Wiseman. Duración: 121 minutos. Género: terror. Salas: Village y Del Siglo.

La ópera prima del director Len Wiseman presenta a los seres nocturnos por excelencia, vampiros y hombres lobo, enfrentados en una batalla por el poder que lleva varios siglos. La novedad en ese planteo es que un humano será el encargado de dirimir la puja hacia uno u otro bando. La cuidada estética de "Inframundo", la fabulosa puesta en escena y argumento que en principio se presentaba como atractivo, se desvanecen a medida que el filme avanza y que las transformaciones se suceden cada vez con mayor frecuencia. A pesar de la reiteración de los efectos y unos personajes elaborados como estereotipos del género, con gestos permanentemente crispados y una furia contenida, la película aprovecha especialmente los aspectos más torturados de esas criaturas. El director termina convirtiendo a los victimarios en víctimas y los dota de sentimientos nobles como ocurre con los personajes protagónicos a quienes, a juzgar por el ambiguo final, les espera una secuela mucho más sangrienta.


"Mambo italiano": Prejuicios y lugar común
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Luke Kirbi, Ginette Reno, Paul Sorvino y Peter Miller. Director: Emile Gaudreault. Género: comedia. Duración: 88 minutos. Salas: Monumental y Village.

Todos los italianos son gritones y ruidosos, todos son Campanellis, y los que emigraron para "hacer, en este caso, el Canadá" son conservadores, incapaces de adaptarse a los cambios, siempre hacen la huerta y en TV miran el canal internacional de la RAI. Estos son los estereotipos y prejuicios en los que se basó el director Emile Gaudreault para hacer esta comedia en la que una interminable sucesión de gags, en su mayoría muy viejos, son disparados sin solución de continuidad en un marco de desmesura que a veces, por calculada, es un logro actoral como en el caso de Paul Sorvino y Ginette Reno en el rol de los padres del personaje central. La trama gira en torno a Angelo, un joven disconforme con su vida familiar que, tras independizarse, asume su condición de gay, conviviendo con un joven policía. En un tono de moralina y final conciliador entre las posiciones enfrentadas, que al fin y al cabo, más allá de lo que se declama, parece dejar todos los prejuicios en su lugar. En fin, una especie de cambiar todo para que nada cambie.