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 domingo, 27 de junio de 2004

Mercados
En septiembre llegará el Día D
El manejo de la economía para 2005 dependerá de lo que el FMI acuerde en ese crítico mes

Salvador Di Stéfano

El mercado accionario muestra resistencias a la suba y los títulos públicos finalizan una semana positiva, lo que implica que la plaza bursátil está tomado fuerzas para ir en busca de nuevos máximos a pesar de vivir en las dos últimas jornadas una baja del 4% promedio.

El mercado accionario consolida un importante doble piso al tocar en dos oportunidades la zona de los 830-850 puntos, además de contraer volumen y salir disparado a la suba. Sin embargo esta semana encontró dificultad para superar la barrera imaginaria de los 970 puntos que abriría las puertas a una fuerte recuperación de las pizarras.

El complicado mundo de los índices de la Bolsa había digerido sin problemas el vencimiento del mercado de futuros y opciones y a partir del jueves mostró una fuerte tendencia bajista de corto plazo. Se considera desde un punto de vista que las transacciones tienen un fuerte soporte en la zona de los 900-890 puntos, en donde tras la contracción de volumen debería darse una reversión alcista que posibilite superar sin convenientes los 970 puntos del índice Merval.

En el caso de que el mercado perforara a la baja los 890 puntos, la figura de doble piso marcada en los párrafos anteriores quedaría desdibujada y se estaría ante la presencia de un importante mercado lateral con base en la zona de los 850-830 puntos y techo entre los 950-970 puntos.

Esto que se describe es el análisis técnico que trata de que el inversor tenga en mente un probable sendero de precios, o bien como actuar ante una situación determinada con soportes y resistencias como referencia.

Sin embargo, y hurgando en los números finos y arriesgando pronósticos, desde los fundamentalls se observa un contexto internacional mucho más favorable para la Argentina; el petróleo comenzó su descenso, la tasa de interés de corto plazo en EEUU subirá moderadamente, el precio de la soja se ubicará en niveles satisfactorios para el hombre de campo pero no serán los ideales y Brasil se encamina ordenadamente a cumplir con todos los compromisos financieros internacionales de aquí a fin de año.

En el marco de este contexto, Argentina comienza a mostrar un superávit fiscal cada vez más importante gracias a la mega recaudación impositiva que se proyecta en torno de los 100.000 millones de pesos para todo el año 2004, si a esto se le suma un fuerte ingreso de reservas al Banco Central, cuyo stock se ubica por encima de los 17.000 millones de dólares, y que el Banco Nación atesora 1.000 millones de dólares adquiridos con el excedente fiscal, Se aprecia un escenario muy positivo para enfrentar la segunda fase de reestructuración de la deuda pública en donde deberá trabajarse para endulzar la última propuesta realizada.


La propuesta
Hasta el momento, la propuesta de reestructuración no fue más que un comunicado del Ministerio de Economía y una sortija en dónde sacar la próxima vuelta gratis en la calesita de un país extraño a los inversores. Los nuevos bonos fueron presentados en EEUU pero es necesario cumplimentar innumerables requisitos que llevarán mucho más que una semana para que finalmente sean aprobados y a partir de allí se presente la propuesta definitiva.

Al considerar que con un pago en efectivo, acortando plazos, con un tratamiento diferencial para los acreedores minoritarios y para tenedores de títulos cortos, Argentina estaría en condiciones de reunir una masa crítica de adhesiones para reestructurar la deuda pública en default.

Para los organismos financieros internacionales, lo aceptable sería conseguir un 80% de adhesiones, para algunos analistas de mercado bastaría con el 66%, pero el gobierno enarbola el discurso de que no importa cuantos adhieren en esta fase sino cuanto regulariza de la deuda total, por ejemplo si el gobierno logra reestructurar el 50% de la deuda en default estaría honrando el 75% de la deuda total, y esto no sería un problema para el gobierno argentino. En cambio una solución de este tipo sería inaceptable para el FMI, que es el que firmará el acuerdo con nuestro país en septiembre.

Así como en marzo de este año la Argentina tuvo su día D a la hora de acordar o no con el FMI, esa misma escena se repetirá en septiembre próximo cuando el FMI acuerde o no las metas cuantitativas y cualitativas con el país para los años 2005 y 2006, para ello tendrá que tener definido como se reestructurara la deuda pública. Si eso no ocurre, el Merval estará más cerca de 800 puntos, en cambio si la negociación avanza favorablemente es probable que el Merval evolucione por encima de los 1.000 puntos.

Comienzan a jugarse las expectativas y los pálpitos, el gobierno no debería romper con los organismos financieros internacionales ya que esto sería el suicidio para la carrera política de Néstor Kirchner. Se sabe que todo presidente que cayó en default nunca pudo revalidar títulos en las urnas.

Esta verdad de plomo lo sabe el presidente, por eso ante las situaciones de riesgo operó su práctica política, se puso al borde del abismo y luego dio dos pasos para atrás.

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