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 domingo, 06 de junio de 2004

Relajación: Sin tensiones

La relajación es la actividad más natural que existe. Los animales tienen una capacidad innata para alternar los períodos de tensión física con los de relajación, pero el ser humano hace tiempo que ha olvidado la forma de hacerlo.

La relajación es un arte. Pocas personas pueden afirmar que se sienten completamente relajadas durante la mayor parte del día. Esto es una consecuencia del estrés y de la cantidad de tensión oculta o inconsciente que acumulamos en el cuerpo.

Necesitamos aprenderlo nuevamente. Vale la pena observar cómo un gato estira sus extremidades o arquea el lomo sensualmente, o cómo un perro bosteza y se echa boca arriba con las patas dobladas. Tenemos mucho que aprender de la manera en que los animales relajan la tensión acumulada.

Dormir bien durante una noche debería servir para eliminar la tensión corporal y mental, pero no siempre se consigue un descanso reparador. Aunque estemos acostadas durante muchas horas, el sueño por sí solo no basta.

En realidad no nos damos cuenta de que estamos muy poco relajadas. Tarde o temprano la tensión oculta invade el cuerpo y acaba afectando el estado general, el rendimiento y el bienestar. Un cuerpo tenso es mucho menos eficiente y más crispado que uno relajado.

Una de las ventajas de la relajación es que tan pronto se comienzan a practicar las técnicas, percibimos cuáles son las partes del cuerpo más propensas a la rigidez y al dolor. Esto ayuda a mantenerse alerta respecto a los factores que podrían alimentar la tensión: la postura, el ambiente laboral, la vida cotidiana y la manera en que se utiliza el cuerpo.

Con las técnicas de relajación el bienestar surge casi de inmediato. Empleando sólo cinco minutos en relajar los músculos de la cara, del cuello y de los hombros, se pueden evitar dolores de cabeza y es posible sentirnos tranquilas y renovadas. Además, 30 a 45 minutos de relajación consciente pueden reanimar la mente y el cuerpo en la misma medida que si se hubiera dormido durante cuatro horas.

La relajación consciente consiste en aprender a respirar correctamente y reconocer cada parte del cuerpo, cambiando tensión por relajación. Cuando estamos verdaderamente relajadas, en el organismo se producen cambios muy concretos y verificables.

Ada Lamboy

Master en yoga científico y educacional

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