La apuesta por ser una actriz comprometida

"La gente tiene ganas de pasar buenos momentos al mirar la televisión, le tiene confianza, porque en realidad no puede pasar buenos momentos cuando no está mirando televisión". Así, como en un juego de palabras, pero cargado de sentido, Florencia Bertotti defendió a la ficción en la pantalla chica. "Hay viejitos que llaman todos los días después del programa para decir que les encanta, que la pasan bárbaro. Y con «Son amores» pasó lo mismo. Creo que ahí empezó el auge de la comedia al servicio del televidente", destacó.

Tan suelta como cuando le toca resolver cuestiones en esa populosa familia todas las tardes a las 18, puede hablar de su carrera con una madurez bastante sólida a pesar de sus 21 años: "En realidad, yo quiero hacer siempre personajes diferentes, que me gusten y que le gusten al resto, me interesa comprometerme con lo que hago, ser una buena actriz e ir haciendo mi camino".

La televisión ejerce ese raro misterio que provoca asfixia si se está muchas horas en pantalla y desesperación cuando se está lejos. A Florencia le pasa algo así. "La tele te puede saturar un poco, como a mí que me tocó estar dos años seguidos con "Son amores". Pero mi personalidad es un poco hiperquinética -admitió-, así que cuando estoy 15 días sin hacer nada ya descansé y quedo como nueva. Es más, cuando viene el parate, en diciembre, que descanso un mes, después me viene el síndrome de abstinencia (risas) y quiero volver a hacer lo que sea".

Y en ese "hacer lo que sea" puede entrar desde una obra de teatro (de hecho participará en la puesta teatral de "Floricienta" en las vacaciones de invierno) hasta la conducción, algo muy común entre las actrices: "Se me cruzó por la cabeza conducir, pero sería un desastre porque me reiría muchísimo. La verdad es que tendría que estar muy controlada porque me tiento demasiado".