Cuestionaron la negociación por la deuda

Alicia Castro y Mario Cafiero, una dupla escéptica del "proyecto K"

Los diputados apuntaron contra Chacho Alvarez, Carrió, la Legislatura y el "doble discurso" del gobierno

Carlos Roberto Morán / La Capital

Críticos y hasta un tanto escépticos respecto del "proyecto K", los diputados nacionales Alicia Castro y Mario Cafiero mantienen posiciones de confrontación con las políticas del gobierno nacional, especialmente las económicas. Para Castro, la ciudadanía debe mantener una fuerte exigencia ante las acciones del gobierno. Cafiero tiene reclamos para Néstor Kirchner: que le otorgue mayor participación al Parlamento.

Tienen orígenes políticos diferentes, pero los caminos los han ido juntando. El se siente peronista, "pero un peronista disidente que ha planteado su disidencia dentro del partido. Y eso me costó quedarme afuera del PJ". Luego fundó el ARI junto a Elisa Carrió, pero el amor duró poco y hoy tiene su propio espacio, Soberanía Popular. Ella lidera Frente para el Cambio, y se enorgullece de haber estado entre "los primeros" en abandonar la Alianza. Incluso guarda duras recriminaciones para el ex vicepresidente Carlos Chacho Alvarez y ya tiene un libro preparado que llevará por título "Estafas en el Congreso, Chacho Alvarez como agente doble". Lo acusa de infiltrarse en el campo popular y seducir a decepcionados radicales, justicialistas y militantes de izquierda, para luego "meterlos en una bolsa y poner una bomba neutrónica".

-¿Kirchner es la renovación profunda o "puro humo", como dicen algunos?

Castro: No me gusta referirme a las personas, la Argentina ha sufrido demasiado de personalismos y del mito del carisma, y hemos visto derrumbarse el de Graciela Fernández Meijide, el de (Chacho) Alvarez, el de Elisa Carrió... Por eso, desde mi punto de vista, Kirchner podrá ser evaluado de acuerdo al proyecto de Nación que pueda presentar y conjugar. Necesitamos un nuevo contrato social, un pacto de solidaridad, de desarrollo, de compromiso con todos los sectores sociales. Es cierto y claro que, como lo dijo el propio presidente, un solo hombre no podrá realizar el cambio en la Argentina. Es bueno que todos nos demos cuenta de esto, que seamos control de los actos públicos y del gobierno, y que haya una ciudadanía de alta intensidad que sea muy exigente con la actual gestión de gobierno.

-Pero en nuestro país la figura presidencial es fundamental...

Cafiero: Sí, somos una Argentina presidencialista, es una de las características más débiles que hacen a nuestro sistema porque estamos esperando siempre el salvador que haga la cosas por nosotros y me parece que la sociedad puede crecer y fortalecerse en tanto y en cuanto funcione de otra manera. Veo que hay una cuestión que se mantiene y que es la inacción del Parlamento, éste es un gobierno que no respeta al Parlamento, no hay un apoyarse en las instituciones democráticas y esto me parece que lo debilita antes que fortalecerlo. Este gobierno enfrenta desafíos muy graves: tiene que resolver varios problemas, como los de la deuda, la inseguridad, la desocupación o el hambre, y estas son causas verdaderamente nacionales, que a veces se verbalizan pero luego no se concretan. Y es un poco lo que la gente comienza a advertir.

-¿A qué se refiere?

Cafiero: A que el gobierno tiene un discurso, pero después en realidad de ese discurso se aleja bastante. Yo creo que esto es peligroso porque puede haber un deterioro de la relación del presidente con la gente, que hoy es buena, pero la gente quiere ver también realizaciones.

-En relación con el pago de la deuda externa, ¿recuperamos soberanía luego de las recientes negociaciones?

Cafiero: No, para mí ha sido un retroceso. El Fondo Monetario ganó el primer round que es el que le permitió ser el acreedor privilegiado de la Argentina y ahora está ganando el segundo, al tratar de ser el representante de todos los acreedores. Y mientras tanto nos exigen cosas, porque como no podemos pagar nos obligan a hacer, como aumentar tarifas. Y respecto de la recuperación de la economía, la hay porque estábamos en el subsuelo, pero está claro que hay un continuismo en el modelo económico y creo que volver al mismo médico que casi te lleva a la muerte es suicida. Y quizás los argentinos nos estemos suicidando porque estamos en un país rico que no se lo hacemos disfrutar a un pueblo pobre.

-¿Y su opinión, Alicia?

Castro: Tenemos algunas objeciones concretas, como que se considere a los organismos que son corresponsables de la crisis argentina como acreedores privilegiados, en una vana ilusión de que los organismos iban a ayudar a la Argentina a negociar con los organismos privados. Por el contrario, creemos que esos organismos no son neutrales y que defienden los intereses concretos de una corporación muy poderosa comandada por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, los bancos transnacionales y los bancos nacionales grandes. Defienden los intereses de la corporación financiera y algunos negocios vinculados con la usura de la deuda y con el lavado de la coima y de la droga. Y son los sectores que están en pugna con los sectores de la producción y del trabajo. Y lo otro que objetamos es que no se le haya dado lugar al Parlamento que de acuerdo a la Constitución debe revisar todo lo que concierne a deuda externa. Hace tiempo que batallamos para que se constituye una comisión investigadora de ilícitos de la deuda externa y que no se reconozca toda la deuda.

Castro tiene libro nuevo, donde le "pega" duro a Chacho.