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 martes, 06 de abril de 2004

Una estación de servicios sufrió cinco asaltos en seis semanas
Zona liberada para asaltantes en Pérez
El Comando Radioeléctrico Regional está a 250 metros y tardó 25 minutos en llegar tras la denuncia de un robo

Gabriela Zina / La Capital

"Sonría. Lo estamos filmando". El flamante cartel que advierte sobre la instalación de un sistema de cámaras en el minimarket de una estación de servicio de Pérez no amedrentó a los delincuentes. Dos jóvenes de aproximadamente 25 años, ingresaron ayer a la madrugada al local de San Martín 1043 de la vecina ciudad y tras amenazar con un arma al personal, se llevaron la recaudación de la jornada y se fueron caminando. El total del botín superó los 800 pesos.

"Estoy muy cansado de los asaltos, porque ya me robaron más de 30 veces en 10 años y ni la policía ni las autoridades dan respuestas", protestó el titular del comercio, Roberto Mandolesi. Cinco de los asaltos ocurrieron en las últimas seis semanas.

Natalia Paloma tiene 20 años. Desde hace seis meses trabaja en el maxikiosco de la playa de estacionamiento ubicada en la trágicamente conocida curva de Pérez. Hasta ahora ella nunca había sido víctima de un robo, pero ayer conoció esa experiencia. "Como a las 4 de la mañana, llegaron dos muchachos de unos 25 años. Me pidieron dos alfajores y cuando estaba por cobrarles, pusieron un arma arriba del mostrador y me dijeron que les entregara la plata", comentó la joven.

"No te va a pasar nada, pero danos todo lo que tenés", le repitieron los delincuentes a la empleada de la estación de servicio de San Martín 1043 de Pérez. Luego de que Paloma colocara los 410 pesos que había recaudado durante la noche en una bolsa, los ladrones salieron del minimarket y se dirigieron hacia la playa de estacionamiento. Allí también le robaron al empleado a cargo de ese sector otros 400 pesos.

Mientras los malvivientes asaltaban a su compañero, la joven llamó por teléfono al Comando Radioeléctrico Regional, cuya base está a poco más de 250 metros del lugar de los hechos. "Demoraron 25 minutos en venir", contó indignada la empleada y agregó que "los delincuentes se fueron caminando muy tranquilos".

La joven indicó que anteanoche la policía prácticamente no patrulló esa zona de Pérez. "Vimos un móvil que pasó a las 10 de la noche y después volvieron a las 4.30 de la madrugada porque denunciamos el robo", detalló.

Esta es la primera vez que Paloma sufrió un asalto en carne propia, pero es una experiencia casi cotidiana para Mandolesi. Hace diez años que está al frente de esa playa de estacionamiento en Pérez y ya fue víctima de "más de 30 asaltos", recordó el comerciante.

"Ya estoy muy cansado", repitió Mandolesi, antes de remarcar que "ni la policía de la comisaría 22ª, ni los efectivos del Comando Radioeléctrico dan respuestas".

Durante las últimas dos semanas, él estuvo trabajando todas las noches y comprobó que se habían incrementado los patrullajes. Pero anteanoche disminuyeron las rondas policiales y el local volvió a ser blanco de los delincuentes.

"No tengo miedo por mí, pero sí por los empleados", confesó Mandolesi, al tiempo que admitió que "ya nadie quiere trabajar acá de noche". Según la empleada "a esta estación de servicio la tienen de punto porque no tiene vigilancia privada ni paga adicionales a la policía, como ocurre con otras que están en esta zona".

Por su parte, la versión policial difiere de la brindada por las víctimas de los hechos a La Capital. "Tomamos conocimiento de este robo a las 3 de la mañana y según dijeron los empleados, en ningún momento vieron el arma de los ladrones que huyeron en un Renault 12 celeste, al que todavía no pudimos encontrar", dijo el cabo José Sánchez de la seccional 22ª de Pérez. El efectivo de seguridad recalcó que el personal llegó al local "ni bien se tomó conocimiento del hecho", pero no pudo explicar por qué transcurrieron 25 minutos desde la llamada de la empleada.

"En los diez años que vengo sufriendo los robos, la policía nunca atrapó ni a uno solo de los delincuentes", protestó Mandolesi.

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El titular de la estación y una empleada.

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