La mitad de los niños del país menores de 2 años padece anemia

Advierten sobre los daños irreparables en el coeficiente intelectual y en la memoria

La mitad de los niños argentinos menores de dos años padece anemia por falta de hierro, lo que los podría llevar en el futuro a tener una baja en el coeficiente intelectual, según un estudio elaborado por una organización no gubernamental especializada en nutrición infantil.

Sergio Brito, titular del Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil (Cesni), dijo que un relevamiento efectuado por la entidad en niños menores de dos años dio como resultado que el 48 por ciento tenía anemia por bajos niveles de hierro en sangre.

"Una de las consecuencias más graves de la anemia por falta de hierro es que si empieza a manifestarse antes de los dos años, los daños en el coeficiente intelectual y en la capacidad de la memoria no se recuperan más", indicó Brito.

El especialista destacó además que estudios científicos indican que estos niños desarrollan hasta cinco puntos menos en su coeficiente intelectual por lo que "tendrán menos posibilidades de desarrollarse y aprender en la escuela que los chicos que no han sido anémicos".

"Hoy nos asustamos por la gran cantidad de jóvenes que no pueden ingresar a la universidad y se adjudican las culpas a la escuela media, pero la causa de estos fracasos hay que buscarla también en la calidad de la alimentación que tuvieron en sus dos primeros años de vida", puntualizó el titular del Cesni.

Brito destacó que "la verdadera revolución educativa empieza en el embarazo y en los dos primeros años de vida del niño, pues es allí donde se juegan sus oportunidades de tener un mayor o menor nivel de aprendizaje".

La anemia provoca que la cantidad de glóbulos rojos de la sangre o la hemoglobina que contienen sean inferiores a los parámetros normales. Los glóbulos rojos son los encargados de captar y transportar el oxígeno a todos los tejidos del cuerpo, por lo que la fatiga que siente quien padece anemia se debe a la falta de oxígeno. La presencia del hierro es vital en este proceso porque, junto con las vitaminas, producen los glóbulos rojos y la hemoglobina necesarios para llevar oxígeno a los tejidos.

Brito señaló que si se suma la anemia a la mala alimentación y a la baja estimulación de parte de sus padres por desconocimiento o falta de atención, se fortifican sus bajas posibilidades intelectuales.

El especialista remarcó que la estrategia a seguir en estos casos es la fortificación con hierro de los alimentos que los niños consumen con más frecuencia y el momento del parto. "Es muy común que los obstetras corten el cordón umbilical muy pronto, lo que lleva a que el niño no pueda tener una reserva de hierro suficiente. Si se esperara un poco más para cortar ese cordón el bebé tendría una reserva de hierro de hasta cuatro meses", aseguró.

Brito indicó que hasta el sexto mes de vida el niño recibe la cantidad suficiente de hierro a través de la leche materna, pero luego se puede producir un déficit de este mineral si no se ingieren alimentos que lo reemplacen, como la carne.

Pero la no ingesta de estos alimentos "no sólo se debe a la falta de recursos económicos sino también a los malos hábitos alimenticios que hacen que no se recomiende el consumo de carne a edades tan tempranas", dijo.

La anemia es muy frecuente en niños menores de dos años porque en ese período su crecimiento es muy acelerado. Por ejemplo durante los primeros doce meses de vida el bebé triplica su peso corporal.

También en los adolescentes la anemia es muy común porque es una etapa de crecimiento veloz y necesitan una alimentación adecuada. Las mujeres son especialmente propensas a padecer anemia debido a las pérdidas de sangre por la menstruación.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la anemia es la séptima causa de muerte en la población y constituye el problema nutricional más grave, ya que el 50 por ciento de los niños y mujeres del mundo la padece. Además, el 90 por ciento de los anémicos vive en países subdesarrollados. (Télam)