En sintonía. Provincia y municipio unifican el control sobre los hogares de ancianos

Cambiarán las normas y revisarán las habilitaciones de todos los geriátricos

Buscarán adecuar las exigencias a la capacidad de cada institución. Se reformará la ordenanza municipal

La Municipalidad y la provincia comenzarán a trabajar por estos días en la reformulación de las normas que regulan a los geriátricos. Entre los puntos a revisar figura la posibilidad de establecer distintas categorías de este tipo de emprendimientos y por ende diferentes exigencias. Por cierto, desde el municipio se confirmó que habrá una nueva ordenanza, lo que llevará a revisar todas las habilitaciones otorgadas hasta la fecha.

"Necesitamos instrumentos coherentes con la realidad. Hoy, a un hogar de ancianos con capacidad para siete abuelos se le exigen 20 empleados entre terapistas ocupacionales, cocineros, kinesiólogos y fisiatras. En cambio, esa estructura resulta insuficiente para los megageriátricos con internación hospitalaria de 300 camas", afirmó el titular de la Dirección Provincial de la Tercera Edad, Osvaldo Ortolani, al cuestionar la normativa vigente en el tema.

De igual modo se pronunció el director de Inspección Municipal, Claudio Canalis, al calificar a la actual ordenanza de "utópica" y coincidir con el funcionario provincial en la necesidad de "flexibilizar las requisitorias sin alterar la prestación del servicio". Es por ello que los técnicos de esa dependencia se pondrán a estudiar la modificación de la ordenanza municipal que, una vez aprobada por el Concejo, permitirá revisar todas las habilitaciones otorgadas hasta el momento.

La coincidencia en las declaraciones se verá en los hechos, dijeron Ortolani y Canalis. Ambos funcionarios tienen agendados al menos un par de encuentros durante los cuales se intentará reformar el marco regulatorio de los geriátricos. Incluso, indicaron que la intención es que en junio próximo llegue al Concejo Municipal el proyecto consensuado de nueva ordenanza.


En total, son 120
Según datos oficiales, en Rosario funcionan 120 instituciones de este tipo, divididas en geriátricos con internación y hogares para mayores de edad "autoválidos", es decir, que tienen cierto grado de independencia y no necesitan asistencia permanente.

De este total, 80 consiguieron la habilitación municipal y el resto sólo cuenta con viabilidad para funcionar.

Sin embargo, la discusión de fondo se centró en la inaplicabilidad de la actual ordenanza, la número 6.287/96, que regula casi sin diferencias tanto a centros con 300 o más camas de internación como a hogares de ancianos de reducida capacidad. Estos últimos no pueden cumplir con los requisitos que les imponen las normas, pensadas evidentemente para instituciones de mucha más envergadura.

Es que tanto a unos como a otros se les exige por igual una plantilla de psiquiatras, kinesiólogos, terapistas ocupacionales y trabajadores sociales. Además se establece que las residencias para adultos mayores deberán contar con una planta fija de médicos, enfermeras, nutricionistas y mucama. Y a los denominados centros de día se les exige médico geriátrico, psicólogo, asistente social, terapista ocupacional, nutricionistas y enfermeros.

Los geriátricos chicos no están en condiciones de mantener semejante estructura, que a veces resulta insuficiente para los que son muy grandes, y sin embargo están en regla.


Una norma demasiado compleja
Para los propios funcionarios municipales, la norma que regula a los geriátricos es demasiado complicada y ni siquiera está en sintonía con la normativa provincial.

"La Municipalidad tiene una ordenanza muy compleja, pide una gran cantidad de profesionales y en muchos casos se contrapone con lo que establece la ley santafesina. Por lo tanto, lo que se busca es flexibilizar las requisitorias para la habilitación y funcionamiento de los geriátricos, obviamente, sin alterar la prestación del servicio", indicó Canalis, para agregar: "Es una locura exigir con carácter permanente todo este personal para atender a 15 ancianos. Esto lleva a infligir una norma que resulta utópica. La norma está preparada para geriátricos de mayor capacidad, por eso creo que hay que apuntalar a los hogares con menor cantidad de camas, porque en definitiva brindan una atención más personalizada al residente".

De igual modo razonó Ortolani, quien fue más allá al asegurar que "el 75 por ciento de las instituciones geriátricas de la ciudad carece de la habilitación definitiva que corresponde a las normas vigentes".

El director provincial de la Tercera Edad remarcó la necesidad de contar con ordenanzas "coherentes con la realidad y las necesidades tanto de los abuelos como de las instituciones que los albergan".

En sintonía, el municipio pretende una nueva ordenanza tanto para los geriátricos que alojan ancianos autoválidos, como para dependientes y semidependientes que se ajuste a los requisitos contemplados en la ley provincial.

En este marco, las dos dependencias estatales que entienden en esta problemática se preparan para revisar la normativa vigente, y para preparar un nuevo proyecto de ordenanza. Cuando el Concejo apruebe la nueva norma, la Municipalidad les dará a los geriátricos un plazo de adecuación a los requisitos. Después, y tal cual lo apuntó el director de Inspección, comenzarán a revisar las habilitaciones de cada centro asistencial, junto a una evaluación de todos los internados.

Por lo demás, Ortolani hizo una autocrítica y cuestionó también al municipio por las falencias en el rol del Estado para dar respuestas a las demanda de atención de los ancianos (ver aparte).

El Geriátrico tiene 250 pacientes.