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 miércoles, 24 de marzo de 2004

Día mundial de la tuberculosis

María Laura Favarel / La Capital

Hoy se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis. La enfermedad muestra un marcado crecimiento en los últimos años y plantea una disyuntiva: a pesar de que se conoce exhaustivamente el bacilo tuberculoso, los síntomas, y el tratamiento es efectivo, ocho millones de personas enferman cada año en el mundo y dos millones mueren por la infección, que comienza generalmente en los pulmones. "Cada respiración cuenta. ¡Detengamos la tuberculosis ahora!", es el lema propuesto por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para este año, con el fin de transmitir la urgencia del riesgo al que la población está expuesta.

Aunque se considera una enfermedad poco frecuente, en Argentina la incidencia es del 2,4% anual. Generalmente se notificaban cerca de 10.000 casos por año, pero en los últimos tiempos esta cantidad ascendió a 11.500.

En Rosario la tendencia es similar a lo que sucede en el mundo: los casos aumentan. Aunque los índices arrojaban un descenso, desde el 2002 se registró un leve aumento de diagnósticos. Mónica Cuello, neumonóloga y coordinadora del Programa Municipal de Tuberculosis, dijo a La Capital que "en el 2002 los efectores municipales atendieron a 210 pacientes y en el 2003 a 240". Si bien la cifra no es alarmante, "debemos comprobar si la tendencia sigue en ascenso o es un pico del momento", expresó. Cuello adjudicó el aumento de enfermos a la crisis socioeconómica desatada en el 2001.


Programa descentralizado
Paralelamente, se notó una notable mejora en la adhesión a los tratamientos desde que se implementó el programa descentralizado de atención en los centros de salud municipales. "Mejoraron el diagnóstico y la notificación de casos a partir de los cambios en el sistema de registro", explicó Noemí Ciminari, miembro del programa integral para el abordaje de la tuberculosis, de la Secretaría de Salud Pública municipal.

En Rosario la mayoría de los casos se notificó en los distritos norte, oeste y noroeste. "Es significativo que en el centro sean menos los enfermos detectados y que haya más en los barrios periféricos, donde las personas son más vulnerables", afirmó Ciminari.


Curación asegurada
"La tuberculosis se cura si se hace bien el tratamiento" remarcó Ciminari. La terapia consiste en la administración de cuatro drogas que deben tomarse todos los días, durante seis u ocho meses.

Antes del programa todos los pacientes en tratamiento debían concurrir al Hospital Carrasco a retirar la medicación, pero desde hace unos años el tratamiento se efectúa en el centro de salud más cercano al domicilio. Esto permite que el personal de salud controle al enfermo y a la familia.

"El personal del centro de salud alienta al paciente a que no interrumpa el tratamiento. Muchos desertan porque a los 15 días ya no sienten los síntomas. Concretamente en el último año un 12% de los pacientes dejó el tratamiento", comentó Cuello, quien agregó que la descentralización contribuyó a disminuir el abandono.


Infección y enfermedad
Un tercio de la población argentina está infectada, pero no enferma. Los infectados son aquellos que aspiraron el bacilo, que se alojó en los pulmones, las defensas reaccionaron y lograron impedir la enfermedad.

Sin embargo, si en algún momento las defensas decaen por malnutrición, estrés u otras enfermedades como cáncer, diabetes, leucemia o sida, ese foco "despierta". También puede ocurrir que muchos infectados nunca enfermen.

"Lo esperado sería que la enfermedad se despierte en la edad adulta cuando las defensas decaen, no obstante la mayoría de los casos registrados pertenecen a personas jóvenes, entre 24 y 34 años. Esto significa que existen otros factores que influyen en la inmunidad que aún debemos investigar", subrayó Cuello.


¿Quién se infecta?
Una tos persistente con catarro que dura más de 15 días, es un síntoma claro de tuberculosis. Esa tos elimina bacilos en el medio ambiente y éstos son tan pequeños que quedan suspendidos en el aire y son aspirados por todos los que respiran alrededor.

Las personas más cercanas que comparten el ambiente tienen mayor riesgo de contagio.

Estos son principalmente familiares y compañeros de trabajo o estudio. Pero la enfermedad se desarrollará en los más vulnerables, es decir en aquellos mal alimentados, que viven en condiciones de aislamiento, con estrés u otra enfermedad.

El riesgo de enfermar en los infectados por sida es treinta veces mayor. "Generalmente se detecta el sida a partir de la aparición de una tuberculosis, que es la primera infección que aparece cuando bajan las defensas", señaló la neumonóloga.

Como prevención Ciminari aconsejó ventilar la casa, para que los bacilos se alejen; dejar entrar la luz del sol, ya que los rayos ultravioletas matan el bacilo y recomendar a quien tose por más de 15 días a que concurra a un centro de salud para un diagnóstico temprano.

Esto resulta fundamental, ya que una persona con tuberculosis que no hace el tratamiento, infecta o contagia a un promedio de 10 ó 15 personas por año.


Cepa Carrasco
La tuberculosis se genera a partir de un bacilo que se aloja en los pulmones. Si bien éstos no mutan con frecuencia, en el Hospital Carrasco se generó una cepa única del bacilo tuberculoso. El Instituto Malbrán, donde se tipifican los bacilos, la denominó "cepa Carrasco" porque es la única en el país con semejantes características.

"Se trata de una infección multirresistente. Se llama así por su resistencia a las drogas que se suministran para tratar la infección. No se desarrollan comúnmente y se eliminan cuando se suministran las cuatro drogas juntas", explicó la doctora Cuello.

"Este bacilo se puede haber desarrollado por una mala administración del tratamiento, porque se tomaron mal las drogas, o porque el tratamiento se hizo a medias", explicó la especialista. "Son casos muy raros, que se pueden tratar con otras drogas alternativas", aclaró.

Los estudios demostraron que se trataba de la misma cepa, de esto se deduce que se trataba de una infección intrahospitalaria. Desde entonces el hospital adoptó medidas especiales de bioseguridad para aislar a los pacientes.

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La tos elimina bacilos en el medio ambiente.

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