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 domingo, 22 de febrero de 2004

Mar de fondo. El Lole y el presidente blanquearon sus diferencias
Reutemann vuelve a retomar el perfil bajo y descarta ejercer un rol opositor
Los allegados al senador rechazan las operaciones que quieren empujarlo a confrontar con Kirchner

Walter Palena / La Capital

"Le metieron el dedo en el peor agujero: pusieron en duda su honestidad". La frase lanzada por una fuente reutemista resume, en parte, el verdadero motivo del enojo del ex gobernador con el presidente Néstor Kirchner por la cantidad de dinero que mandó la Nación a la provincia para asistir a los afectados por las inundaciones. Se sabe que en política las ecuaciones matemáticas no tienen un significado único. Los números se acomodan según las circunstancias y los actores que intervinieron en la saga mantuvieron su postura para arribar a una suerte de "empate técnico", esa frase tan utilizada por los encuestadores cuando no pueden predecir el resultado de una compulsa reñida.

Kirchner dio por terminada la polémica el viernes en Rafaela con un mensaje conciliador, pero íntimamente sabe que logró un objetivo largamente esperado: sacar de las casillas a Reutemann con un tema extremadamente sensible. También lo obligó a que abandone el bajo perfil y lo llevó al terreno de la confrontación, un escenario que Kirchner maneja a la perfección, más aún si tiene entre sus filas al ex colaborador de Domingo Cavallo, Alberto Fernández, un hombre acostumbrado a las lides políticas y hábil manejador de las usinas mediáticas porteñas que hoy tanto miman al presidente.

La Capital pudo saber de fuentes inobjetables que hubo dos intentos de atemperar los ánimos antes de que el presidente recalase en Rafaela. La primera gestión la realizó el titular del bloque de senadores del PJ, Miguel Angel Pichetto, con el propio Kirchner. La segunda correspondió al operador presidencial Juan Carlos Mazzón con Alberto Fernández. La idea era bajar el tono y sacar la foto de ocasión. Reutemann tenía previsto viajar a la Perla del Oeste para aclarar los tantos y terminar la discusión, pero en la noche del jueves escuchó al jefe de Gabinete en una conferencia de prensa atacándolo duramente y refiriéndose a él con ironía. "Nos están tomando el pelo", bramó y desarmó las valijas.

"Le agotaron la paciencia. Si el Lole tenía una leve sospecha de que el gobierno no quería aclarar el tema sino echar más lecha al fuego, las palabras de Fernández terminaron por convencerlo", confesó ayer un reutemista que siguió los pormenores de la polémica.


Desinflando maniobras
Antes de este incidente, Reutemann se vio obligado a salir a desbaratar una "maniobra" que ataba sus pedidos de informe en el Senado como la antesala de una ruptura del bloque; una actitud confrontativa con el gobierno que lo tenía al propio Lole como punta de lanza o referente de un polo opositor al presidente.

"Nada más lejos de la realidad. En público y en privado dice que hay que apoyar al presidente, consolidar el frente interno, sobre todo en este momento en que se discute la renegociación de la deuda", amplió otra fuente, quien entrevió "la mano del menemismo" en la jugada. La sospecha viene por la fuente que largó la información (Infobae), luego amplificada por las agencias de noticias nacionales.

De los doce senadores que firmaron el proyecto de Reutemann aparecieron tres nombres que pusieron al descubierto la "paranoia" del kirchnerismo: la entrerriana Graciela Bar, Antonio Cafiero y el cordobés Roberto Urquía. "Fue ahí cuando se volvieron locos. Carlos Kunkel (subsecretario general de la Presidencia) lo llamó a Guastavino (vicegobernador de Entre Ríos) para exigirle la renuncia de Bar. Se habla de que Kirchner también se comunicó con Busti. La mujer no pudo soportar el apriete y pidió que le retiraran la firma. A Cafiero no lo pueden intimidar y de Urquía no se puede decir que sea menemista", confió a La Capital una fuente que transita los pasillos del Congreso.

Los que esperan agazapados una patinada de Kirchner para caerles encima, y ven en Reutemann un potencial referente de ese sector, están equivocando la lectura: el ahora senador por Santa Fe seguirá con un perfil bajo y no pretende encabezar ningún polo opositor al gobierno.

"Salió a confrontar porque le tocaron el culo con el manejo de fondos públicos, eso sí que no se lo banca. Pero no hay especulaciones políticas detrás. Lo que pasa es que muchos asumen que es un referente natural por su prestigio. Un legislador que está molesto con el gobierno por los maltratos que recibe dijo que Reutemann no se puede correr de ese lugar; es como si un elefante quisiera taparse detrás de una planta de apio", resumió otra fuente consultada, quien no podía parar la carcajada por la ocurrencia de la metáfora.

¿Y las loas que le sigue tirando Kirchner a Binner?, quiso saber La Capital. "Esta fue una disputa de vuelo alto y el Lole lo ve a Binner como un pajarito, al menos en esta cuestión. El que debe preocuparse es Obeid, quien quedó como jamón del medio. En el acto de Rafaela fue evidente que no le pasa ni cinco de bola", dijo sin eufemismo otro reutemista, a pesar de que le reconoce que "esta vez el Turco jugó bien y rápido" para encolumnarse detrás de la posición del Lole.

Si bien se esfuerzan por ventilar que el "episodio ya está superado", los reutemistas cumplieron un inusual rito de catarsis en off the record. Mientras tanto, el ex gobernador seguía ayer recluido en su campo de Llambi Campbell, con el teléfono desconectado pero alerta a otras "posibles jugadas" que se lucubren en su contra en Balcarce 50 o en la Quinta de Olivos con el séquito de intelectuales setentistas que le calientan el oído al presidente.

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