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 domingo, 08 de febrero de 2004

Lenguaje: Tiempo de hablar

La consulta con un profesional fonoaudiólogo es necesaria en el momento en que se advierte que un niño, joven o adulto presenta alguna inquietud o dificultad relacionada con la comunicación, el lenguaje, la audición, la respiración, la deglución y/o la voz.

Cuando se trata de niños es frecuente que sus padres pregunten a pediatras, maestros u otros padres, qué hacer frente a una situación de preocupación relacionada con estos aspectos. No siempre recurren a la consulta fonoaudiológica, sin embargo es el camino más adecuado para distinguir si aquello que preocupa requiere de una atención especializada.

Muchas veces ante algunos síntomas (hablar como un nene más chiquito, presentar dificultades de pronunciación, tartamudez, respiración bucal, lentitud para empezar a hablar, poca claridad en los relatos, etcétera) se piensa que hay que esperar, que es muy chico, que hay que respetar el tiempo del niño, pero el tiempo por sí solo no resuelve los problemas cuando estos están presentes.

Cuando un niño tiene una dificultad hay que acompañarlo con intervenciones adecuadas para él y su grupo familiar. Esto no implica olvidar que cada persona (niño o adulto) necesita de un tiempo que le es propio y por ende diferente al de los demás.

También puede llegar a la consulta un adulto con dificultades en el lenguaje o en la expresión oral, originado por diferentes causas. Por ejemplo, como consecuencia de una operación, accidente cerebrovascular (afasia, anartria, disartria) o tumores cerebrales. En estos casos también es necesario el trabajo con el paciente y su grupo familiar para que el tratamiento sea eficaz.

Es importante destacar que una consulta en el momento en el que surge la inquietud o se observa una dificultad puede ser un elemento de prevención en la salud, tanto del niño como del adulto, y que cuanto más temprano interviene el profesional mayores son las posibilidades de recuperación.

Sandra Ballesteros

Fonoaudióloga de Arlpi

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