El carnaval veneciano evoca a Marco Polo

La celebración se prolongará casi un mes. El tema de este año es el mundo legendario de la Ruta de la Seda

El Carnaval de Venecia, que ayer inició casi un mes de celebraciones en la ciudad de la célebre laguna, se ha convertido en una cita obligada para los turistas de todo el mundo, que llenan así las magras arcas de los comerciantes venecianos en la temporada de invierno.

La idea de festejar el Carnaval con desfiles de disfraces, conciertos y exposiciones, interesó tanto a los hoteleros y dueños de restaurantes de la ciudad, que este año pidieron repetir esa experiencia.

El Carnaval, que este año se inspira en el legendario y lujosísimo tren "Orient Express", propone además un viaje imaginario por la histórica Ruta de la Seda, que partía de Venecia y luego de pasar por Estambul, Samarkanda y otras ciudades de Asia central, finalizaba en China. Exótica ruta que el gran viajero veneciano Marco Polo atravesó en el siglo XIII.

El imaginario viaje durará 18 días, hasta el martes de Carnaval (24 de febrero), en vez de 11 días como el año pasado. Acróbatas, magos, gitanos, bailarinas indias con el grupo Bollywood Brass Band, ritmos árabes con la Danza Ghoomar (formación de mujeres con velo), se mezclarán en el curso de tres semanas con música judía y turca, en una suerte de itinerario hacia el oriente.

El 12 de febrero, como ejemplo de lo que algunos han tildado de "contaminación cultural", se presentará el espectáculo multimedia del grupo The Tantra Tribe Unlimited, con diversos cantos étnicos, hip-hop, danza del fuego y ritmos tribales en la sugestiva Plaza San Marcos y los Jardines de la Bienal.

Claudio Scarpa, presidente de la asociación hotelera AVA, explicó que "antes la fiesta era muy corta y la ciudad se llenaba con demasiada gente en ese momento. Por eso, pedimos que se prolongara". Con la medida, los comerciantes esperan aumentar sus beneficios, que podrían llegar a los 50 millones de euros (unos 55 millones de dólares), según estimaciones de Scarpa. La tercera parte de ese "maná" corresponderá a los hoteleros, que a menudo son criticados por ofrecer sólo 25.000 camas. "Sin el Carnaval los hoteles estaban vacíos en espera de que llegara la Semana Santa", señaló Scarpa.