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 domingo, 08 de febrero de 2004

Producción. Las empresas rosarinas ganaron prestigio y apuntan a conquistar nuevos mercados. Lanzan un plan para potenciar la actividad
La industria de las confecciones se prepara para pegar un gran salto
El rubro alcanzó proyección regional y pelea cara a cara con sus pares de Buenos Aires para ampliar horizontes

Registrada como una hermanita menor de la absorbente metrópoli porteña, la industria local de las confecciones textiles quiere asomarse con luz propia. Se trata de un sector con fuerte y tradicional arraigo en la ciudad, que durante los 90 debió afrontar la embestida de las importaciones orientales a todo por dos pesos y revivió a partir de la devaluación, sustituyendo importaciones y a pesar de la debilidad del mercado interno. En el rubro coexisten empresas de mayor envergadura y experiencia exportadora, tales como Etchebarne, Vandalia y Sólido, por citar algunas, con medio centenar de pequeñas y medianas firmas que tienen un camino más largo por recorrer. Por su fuerte capacidad de empleo, la actividad captura la atención de políticas públicas que apuntan a internacionalizar el sector. Un plan que se desarrolla en el ámbito municipal busca potenciar la producción local con la marca "Hecho en Rosario" y al mismo tiempo plantea estrategias para ganar mercados y optimizar la producción.

La punta de lanza de la industria local la dieron empresas como Etchebarne (Huapi), con plantas en Rosario y San Luis, que incursiona en mercados latinoamericanos y de Europa, y las mallas de Vandalia, que llega también a plazas de Sudamérica, México y hasta Hawai.

Detrás del lote de las más grandes se posicionan medio centenar de pequeñas empresas que se dedican a distintas especialidades, con una fuerte presencia del rubro niños (desde bebé hasta el adolescente). Estas pymes tienen un prestigio ganado a nivel país, al punto de que ya molestan a sus colegas porteños, en particular después de la buena performance de la feria local Rosario se Muestra, que el mes próximo irá por su tercera edición (ver aparte). Hasta ahora Rosario había sido un foco productivo regional, que actuaba desde su zona de influencia hacia el norte, pero en las últimas experiencias se pudo ver como la irradiación llega a todo el país

La Secretaría de la Producción municipal puso a este sector en un lugar privilegiado de la agenda pública, porque las autoridades locales visualizan al sector como un foco capaz de absorber abundante mano de obra. "Las posibilidades de este rubro son impresionantes. Rosario está muy buen conceptuado en materia de diseño y ya hay algunas de estas pymes que empezaron a incursionar con éxito en los mercados externos", se entusiasma Eduardo Remolins, a cargo de la cartera productiva.

"Lo interesante en materia de empleo es que con muy poco capital inicial se puede poner en marcha una gran cantidad de pequeños talleres que crean de 5 a 15 empleos cada uno", agrega Remolins. Ocurre que el sistema productivo funciona en red: el dueño de la marca a lo sumo se reserva la moldura y cede a terceros el resto de los procesos, tales como lavado, estampado y cosido.

El desafío de construir un cluster de la industria textil no es cosa sencilla. Las pequeñas empresas tienen problemas de infraestructura y se encuentran muy atomizadas. También es escaso el desarrollo del conocimiento en la materia: aunque algunos centros de enseñanza incorporaron carreras afines, no hay ligazones estrechas con la producción industrial.

En el ámbito municipal se empezó a discutir una estrategia de desarrollo para el rubro, que incluye planes de capacitación y facilitación de los negocios.

La Municipalidad de Rosario contribuirá a a la llegada de importadores provenientes de Chile y Uruguay a Rosario, para que tomen contacto con los fabricantes locales. La elección de esos dos países no es caprichosa, porque Santiago de Chile y Montevideo son ciudades escalables a Rosario y por lo tanto están más a tiro de las empresas rosarinas. De hecho ya algunas empresas han protagonizado algunas excursiones a través de la Cordillera y tuvieron una buena acogida, aunque sólo se efectuaron los primeros contactos.


Fórmulas asociativas
Otro tema por resolver es el desarrollo de fórmulas asociativas sobre un terreno virgen. La experiencia más importante de la industria local es la la exposición "Rosario se muestra", en la cual una suerte de consorcio integrado por todas las empresas participantes se hace cargo de los gastos. Un grupo de estas empresas también protagonizó una primera excursión en el mercado trasandino, a través de un representante común.

La idea es que algunas de las firmas se pongan de acuerdo en torno a algún tipo de asociación, para resolver desde pooles de compras de insumos y servicios hasta exportaciones en bloque que permita ganar mayor escala a la hora de sentarse a negociar con el importador. En la agenda de la Secretaría de la Producción municipal también se prevé la posibilidad de que las empresas más consolidadas y con presencia en mercados externos traccionen la participación de otras más chicas que trabajan en rubros en los cuales no compiten mutuamente.

También se baraja la posibilidad de estimular la presencia de un polo de la indumentaria local con acciones de marketing, que permita una mayor identificación entre los productos y la región y sirva para multiplicar el prestigio. La idea es que las fórmulas asociativas que se pongan en marcha contemplen además de cada marca en particular un rótulo que diga "Hecho en Rosario".

Análisis efectuados por especialistas sobre algunas de las empresas de indumentaria permitieron detectar algunas falencias en la capacidad de gerenciamiento y en la formación de los nuevos recursos humanos.

Se pondrá en marcha un plan de profesionalización para los propios dueños y gerentes de los establecimientos, destinados a reforzar la gestión. Acá se pondrá el acento en cuestiones de ingeniería industrial y administración, que permitan optimizar la logística de la empresa en el manejo de insumos, stock y el propio diseño del circuito productivo.

Por otro lado está la necesidad de contar con un mayor número de recursos humanos calificados. Para esto no hay escuelas, porque las famosas escuelas de corte y confección se perdieron con el proceso de desindustrialización que sacudió al sector durante los 90, y las más modernas escuelas de diseño no incorporaron estas especialidades básicas.

El plan que se pondrá en marcha evalúa la posibilidad de reunir a un grupo de empresas para que compartan la experiencia. Cada firma aportará sus recursos humanos más calificados para que impartan la enseñanza y también en forma rotativa los talleres en días no laborables o a contraturno, para no tener que instalar máquinas en un centro de capacitación ad hoc.

Por otro lado y apuntando a integrar el conocimiento con la producción industrial, se impulsarán acuerdos entre las escuelas de diseño gráfico y de diseño aplicado a la indumentaria para potenciar la calidad de la ropa, un punto clave para penetrar en los mercados. Con la sustitución de importaciones se abrieron mercados interesantes para los productos de segunda línea, pero queda claro que la generación que la innovación y el arte resultan claves para producir mayor valor agregado. Allí también los empresarios locales deberán poner sus fichas.

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Los empresarios quieren reposicionar a Rosario como centro provedor.

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