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 sábado, 07 de febrero de 2004

Reflexiones
Controlar al comprador callejero

Pablo Kandel

En Chile, que siempre ha tenido una política fiscal muy dura pero una baja evasión, o por lo menos menor que la de Argentina, se está planteando una campaña para sancionar no solamente a los que expenden productos en la vía pública, carentes de toda documentación comercial, sino también a quienes los adquieren.

Es un tema para discutir en Argentina, donde por un lado se asiste a una fuerte campaña oficial contra el trabajo en negro pero por el otro no se hace nada, salvo esfuerzos aislados que después de poco tiempo quedan en la nada, para proteger al comerciante que paga salarios en blanco e impuestos y tiene un local establecido y en regla, frente al que vende en la calle o en la plaza mercadería de cualquier origen, incluso robada o de contrabando, cuando no proveniente de fábricas que quieren sortear por esa vía los controles fiscales. El argumento para no proceder contra la venta ambulante es siempre el mismo: que la situación social lo impide porque crearía más desocupación.

Pero hay que ver si a la larga el resultado no es una mayor desocupación por el lado del agotamiento y cierre de los comercios legalmente establecidos, que no pueden soportar la competencia desleal. Como quiera que fuere, en Chile lo que se está proyectando es una ley en la que los que compren mercadería a vendedores callejeros serán sancionados con multas que van de 15 a 50 dólares aproximadamente en una primera instancia, pero que podría elevarse hasta 120 dólares en caso de que la persona sea sorprendida en reincidencia.

Sostienen los propulsores del proyecto que bastará que un policía vestido de civil o un inspector municipal sorprenda a alguien comprando en la vía pública para retenerlo y cursarle una multa que deberá ser pagada en el juzgado de policía local. Y que la gente tiene que tener conciencia de que con ese tipo de compras no se está ayudando a un desvalido sino que se está cometiendo un ilícito. Es un asunto difícil pero que al menos habría que estudiarlo, dado el crecimiento geométrico de tales actividades de informalidad comercial.

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