Años de plomo

Zazpe asumió como arzobispo titular el 14 de agosto de 1969, luego de la muerte del cardenal Nicolás Fasolino, y por su constante actividad y a pesar de las presiones (y, dicen, las amenazas de muerte) se transformó en figura paradigmática de la Iglesia Católica en los llamados años de plomo. Utilizó todos sus recursos para hacer oír su voz y sus mensajes dominicales, en los que buscaba transmitir la esperanza por los cambios, eran aguardados con gran expectativa por un público devoto, que trascendía largamente los límites del arzobispado santafesino.

Zazpe nació en Buenos Aires el 15 de febrero de 1920 e ingresó al seminario de Villa Devoto en 1942, donde fue ordenado sacerdote cuando tenía 28 años. Fue vicario en la parroquia Santa Rosa de Lima de Buenos Aires y luego asesor de la rama juvenil de la Acción Católica. En 1961 el Papa Juan XXIII lo designó primer obispo de la por entonces recién constituida diócesis de Rafaela y siete años más tarde fue trasladado a Santa Fe, donde asumió como arzobispo coadjutor, quedando ese mismo año al frente del arzobispado local.