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 domingo, 25 de enero de 2004

Evocan a monseñor Zazpe, "pastor de los que no tenían voz"
A 20 años de su muerte monseñor Arancedo dijo que "fue pastor y profeta" en los años de la dictadura militar

Carlos Roberto Morán / La Capital

Santa Fe.- Como una muestra acabada de los profundos cambios que vive la Iglesia Católica en Santa Fe, anoche el arzobispo José María Arancedo presidió un oficio conmemorativo del 20º aniversario de la muerte de monseñor Vicente Zazpe, el pastor que hablaba por los que "no tenían voz" en los años de la represión militar. Para marcar más las diferencias, Arancedo sostuvo que Zazpe "fue pastor y profeta".

El sucesor de Zazpe, Edgardo Storni, mientras gobernó la arquidiócesis poco y nada hizo para exaltar su memoria, al contrario de la tarea que se impuso hasta el final de sus días quien fuera titular de la basílica de Guadalupe, Edgardo Trucco, un opositor del renunciado arzobispo.

Al recordar a Zazpe, monseñor Arancedo expresó que deseaba "hacer memoria agradecida por este don de Dios a la Iglesia, que fue uno de mis predecesores en el pastoreo de este pueblo santafesino y resaltar su figura para ilustración y ejemplo de las nuevas generaciones".

Sostuvo que "tuvo una mirada profunda sobre los problemas de su época, ya temporales, ya eclesiales (muchos de los cuales hoy persisten, y agravados), y una palabra y una actitud valiente ante las diversas formas de conculcar la dignidad humana, tanto por la violación de sus derechos, durante aquella época, como su defensa de la vida frente a la práctica del aborto".

Recordó Arancedo que Zazpe "también denunció la prostitución organizada, la coima y el acomodo para lograr un puesto, aún violentando los concursos de antecedentes, la publicidad hedonista y la explotación de los trabajadores y campesinos".

Agregó que el prelado "vivió la centralidad del Reino de Dios en su vida y la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia con tal convicción que en aquellos violentos años escribía: El cristiano que trabaja por la justicia social debe cultivar siempre la paz y el amor en su corazón".

Calificándolo de "hombre profundamente comunicativo", admitió Arancedo que el arzobispo hoy recordado "no siempre encontró el eco esperado, ya que muchas veces la claridad frente a las grandes problemáticas de su época no parecía encontrar la respuesta que hubiese contribuido a la concreción de una mejor comunidad humana y eclesial".

"Queremos hacer memoria en su persona y en su recuerdo de una página de la historia de nuestra Iglesia que nos enriqueció y nos compromete por su testimonio", afirmó el Arancedo, quien expresó su deseo de ver publicados todos sus escritos y la historia de su obra evangelizadora "la cual se enmarca en una etapa crítica para la vida de la Iglesia y en aquella noche oscura generada por la violencia homicida de signos diversos que enlutó a nuestra patria".

Al respecto, se recordaba recientemente que un año y medio antes de su muerte Zazpe sufrió un accidente de tránsito que visto a la distancia quizás haya sido en realidad un intento de atentar contra su vida, dada su firme actitud de defensa de los derechos humanos y de reiterados enfrentamientos con las autoridades de facto.

Trucco, antes de morir, recordaba que Zazpe vivió su último año de vida de manera dramática, porque padeció continúa persecución de parte de los servicios de inteligencia y de los sectores de poder que también buscaban infructuosamente acallar su voz.

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Zazpe, "ejemplo de las nuevas generaciones".

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