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 domingo, 25 de enero de 2004

Cambio. ¿Por qué las protestas de desocupados hoy se ven poco en Rosario?
El movimiento piquetero apuesta a más estrategias que al corte de rutas
Cada organización de la ciudad tiene sus tácticas. Sin bajar las banderas, montan sus propios emprendimientos

Carina Bazzoni y Silvina Dezorzi / La Capital

-¿Por qué el movimiento piquetero hoy no está cortando calles en Rosario?

-En la ciudad las organizaciones piqueteras ya no son tan conflictivas. Es como si las exigencias se hubieran reconvertido: no se centran tanto en la protesta, sino en acciones más productivas.

Así piensa un funcionario municipal que, aunque pide no ser mencionado, tiene trato fluido con los líderes de las agrupaciones de desocupados. Más allá de la hipótesis lo cierto es que los conflictos que durante este último mes se produjeron en Capital pasaron casi inadvertidos en Rosario.

Tanto es así que al ex intendente Hermes Binner le gustaba ufanarse de esto. "Siempre que viene gente de Buenos Aires se sorprende de lo mismo: ¿por qué acá no hay piquetes?", era el comentario obligado a la prensa durante el final de su mandato. Trascartón venía la propaganda de su política social "siempre abierta al diálogo" y "respetuosa de las diferencias".

Esto aparece como una explicación parcial. Otros prefieren hablar del protagonismo que tuvieron estas organizaciones en el reparto local de los Planes para Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, y de subsidios para sostener microemprendimientos o comedores. También subrayan la menor presencia que tiene en Rosario el Bloque Piquetero Nacional, hoy considerado una de las alas duras del movimiento.

Incluso, dentro de las propias filas piqueteras se escuchan voces distintas. "No estamos muertos, sino vivitos y coleando. El año pasado hubo un grado de conflictividad impresionante, cerramos el 19 de diciembre con 4 mil desocupados en la calle. Pero no se gana solamente por lo que movilizás, hay que ver dónde pegás, en qué momento y qué consenso tenés: si hay una gran parte de la sociedad que te está puteando, elegís otras tácticas", dice el coordinador de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Luciano Orellano, la única organización que esta semana marchó en Rosario hasta las puertas de la Secretaría de Promoción Comunitaria pidiendo programas de capacitación para jóvenes.

En cambio el referente de la Federación de Tierra y Vivienda, Juan Carlos Rodríguez, admite que existe un cambio de estrategias promovido por la llegada de Néstor Kirchner al gobierno. "No podemos ir hoy a una confrontación por una caja de comida cuando se puede participar de una reunión para montar un emprendimiento que represente un sueldo", apunta a la vez que reniega que se los tilde de oficialistas. "Sólo acompañamos un proyecto que hoy piensa en los pobres", dice.

Más allá de las diferencias, lo cierto es que Rosario se vio al margen de los cortes de calles y movilizaciones que inundaron la Capital durante la última semana. El lunes pasado los movimientos Sin Trabajo y Teresa Vive cortaron carriles de la avenida 9 de Julio, frente al Ministerio de Salud y Desarrollo Social. Dos días antes, la agrupación 29 de Mayo había interrumpido el tránsito en la autopista Buenos Aires-La Plata, concurrida por el recambio de la quincena turística. La jornada anterior el Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados de Raúl Castells se convocó en Constitución, y marcharon por el microcentro porteño por siete horas.

La ciudad de Santa Fe también vivió innumerables piquetes protagonizados por damnificados de las inundaciones. Durante 170 días, la Coordinadora de Barrios Inundados plantó su Carpa Negra frente a la Gobernación, a lo que se sumaron cortes del puente carretero a Santo Tomé y el acceso a la autopista a Rosario.

Para Rodríguez "está claro" por qué estas movilizaciones no encontraron eco en Rosario. "En Capital Federal se juntan las organizaciones de la provincia de Buenos Aires movilizadas por el aparato duhaldista, que antes de terminar el año intentó enfrentar al gobierno de (Néstor) Kirchner. En Santa Fe el problema está circunscripto a las inundaciones porque no hubo respuesta del Estado provincial".

René Lohaiza, del Polo Obrero -integrante del Bloque Piquetero-, admite que la mayor visibilidad de la protesta en Buenos Aires responde a que se trata de un "reclamo de todo el país" y por lógica toma como escenarios a aquellos donde se encuentran las autoridades nacionales.

Más allá del grado de confrontación que mantengan, lo cierto es que la mayoría de las organizaciones piqueteras rosarinas hoy suma esfuerzos a otro tipo de proyectos, ya sean microemprendimientos productivos o tareas sociales, como alfabetización y capacitación laboral para jóvenes. Y en muchos barrios, al lado de los comedores, empiezan a aparecer huertas y hornos para la elaboración de pan.

"Hoy no perdemos una semana en organizar una marcha o un piquete, sino en abrir una panadería y conseguir diez laburos de 400 mangos, jubilación y obra social", repiten desde la FTV.

Y aún desde la CCC y Barrios de Pie se reivindica esta línea de trabajo. Orellano, por ejemplo, advierte que su agrupación no quiere estar "institucionalizada", pero acepta "coordinar algunas cosas" con el Estado, como los microemprendimientos para jóvenes. "No más de ahí", aclara.

Para el referente de Barrios de Pie, Julio López, los últimos meses del 2003 fueron días "de tanto o más trabajo" que los otros. "Pero tenemos en cuenta que cambiaron los tiempos políticos", marcados por el recambio de autoridades. "No somos de cortar por cortar, atrás de cada movilización hay un reclamo específico", explica.

Su organización sostiene huertas comunitarias, participa de las ferias municipales, tiene panaderías y fabrica remeras para chicos. "Pero también seguimos peleando por la universalización de los planes para Jefes, porque hay 500 compañeros que no están cobrando".

"Saludamos y apostamos a los microemprendimientos, pero seguimos luchando por un cambio en la economía porque si la gente no tiene plata, ¿quién compra las cosas que hacemos?", dijo López.

Desde la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), donde se apoya la Mesa de Encuentro Barrial, Gustavo Martínez da cuenta de algunas discusiones nuevas en las organizaciones piqueteras, "como la idea de ir reconvirtiendo los planes sociales en trabajo genuino".



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Los piqueteros en un corte realizado el año pasado.

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