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 sábado, 17 de enero de 2004

Los indígenas dieron fin a la tregua y el martes iniciarán huelgas y piquetes
Bolivia quedó de nuevo al borde del abismo
El conflicto interno se ligó al fronterizo con Chile. Organizan comités para destruir productos chilenos.

La Paz y Santiago. - El líder campesino boliviano Felipe Quispe afirmó que "se acabaron los plazos" para el gobierno de Carlos Mesa y anunció que el martes próximo se reiniciarán las movilizaciones de protesta. Quispe y su organización fueron claves en la caída del anterior presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, en octubre pasado. Además, el diferendo fronterizo con Chile por la salida al mar también escaló, en lugar de encarrilarse como esperaba Mesa. Sectores radicalizados organizan comités para destruir productos chilenos y el dirigente cocalero Evo Morales llamó a bloquear la frontera con CHile.

Según Felipe Quispe, muy influyente entre los campesinos de los valles próximos a La Paz y de otras zonas del país, en estos tres meses no hubo diálogo con el gobierno y el último intento por restablecerlo fue desaprovechado por el jefe de Estado, que faltó a la cita. Ayer estaba prevista una reunión entre Mesa y Quispe en el Palacio de Gobierno, pero el mandatario no asistió debido a un percance sufrido por el avión en el que retornaba de Guatemala. Esta ausencia fue interpretada por Quispe como "falta de voluntad", por lo que declaró que "el diálogo está roto", aunque dejó abierta la posibilidad para un nuevo encuentro.

Quispe indicó que "hay problemas, nuestros hermanos nos dijeron que debemos apurar las movilizaciones, en todos los lugares se sufre el abuso y para ello iremos a organizar en el interior del país, para tomar carreteras y declarar la huelga como en septiembre y octubre" pasados. El próximo martes se cumple el plazo de 90 días que la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, liderada por Quispe, dio al presidente Mesa para que responda a las exigentes demandas del sector.

u Otro golpe para el frágil gobierno boliviano provino de Washington, donde fracasó el intento del Grupo de Apoyo a Bolivia de reunir fondos de asistencia para ese país. El Departamento de Estado había anunciado la participación de 19 países, incluyendo los co-organizadores, Estados Unidos y México, pero ninguno de esos gobiernos envió una delegación oficial para la reunión. Los gobiernos estuvieron representados por embajadores y otros funcionarios de bajo nivel, incluido México.

u El clima de rebelión interna también se acentuó por el lado de la reivindicación de una salida al mar exigida a Chile. La Federación de Mujeres de la ciudad boliviana de El Alto inició la conformación de "Comités patrióticos" para decomisar y quemar los productos del "enemigo", en referencia a Chile. El Alto es una ciudad vecina a La Paz que se caracteriza por la beligerancia de sus habitantes. Los peores hechos de violencia de octubre así como los bloqueos más intransigentes, se verificaron en esa ciudad.

En este marco totalmente adverso, el presidente Mesa volvió de la gira que lo llevó a la Cumbre de Monterrey. Mesa hizo una declaración a la prensa, donde apareció rodeado de altos militares, en la que dijo que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Chile sólo será el final de un proceso que primero permita a su país recuperar una salida al mar con soberanía. Ambos países tienen sus relaciones en un mínimo desde hace más de 20 años."El país tiene una visión distinta a la del presidente de Chile, Ricardo Lagos, en torno a la reanudación de relaciones diplomáticas, que no es el comienzo sino el final de una negociación definitiva", para la mediterraneidad de Bolivia dijo Mesa.

Al ser consultado sobre la propuesta del líder del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, de cerrar la frontera comercial con Chile y boicotear la compra de bienes de ese país, el mandatario dijo que "debe primar la serenidad". Existe "una relación comercial muy amplia a través de los puertos chilenos, que debe analizarse profundamente, y según la evolución de los acontecimientos", agregó.

Puntualizó que en la cumbre de Monterrey su polémica con el presidente de Chile fue uno de los puntos más conflictivos y señaló que "sí existe un asunto pendiente con Chile", pese a la negativa de Lagos a reconocer esta realidad. En ese marco, consideró que en Chile hay sectores interesados en resolver el problema y destacó un supuesto "giro" en la posición de Lagos.

u Pero la declaración de Mesa fue rotundamente desmentida por Chile, que reiteró su posición de que "no hay nada pendiente con Bolivia en materia fronteriza". El vocero del gobierno chileno, Francisco Vidal, señaló que no es cierto que existan temas pendientes entre los dos países, pues las fronteras están definidas en el Tratado de 1904.

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Mesa al llegar a La Paz. Chile desmintió un "giro" de Lagos.

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