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 miércoles, 07 de enero de 2004

Manchitas que pican
La dermatitis atópica es cada vez más frecuente. La enfermedad afecta la piel de los niños. Especialistas trabajan en un consenso nacional

María Laura Favarel / La Capital

Uno de cada cinco niños argentinos padece dermatitis atópica. La enfermedad con base genética afecta la piel y se caracteriza por un enrojecimiento y picazón, especialmente los pliegues de los brazos y piernas. El crecimiento de niños afectados llevó a la necesidad de gestar un consenso nacional para fijar pautas para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Este fue consolidado en Mar del Plata, en el marco de las Jornadas Internacionales de Dermatología Pediátrica realizadas recientemente.

"Cada vez vemos más casos en el hospital", aseguró la doctora Zulema Picone, jefa del servicio de dermatología del Vilela, quien es coordinadora de uno de los grupos de trabajó para el consenso, organizado en conjunto con la Fundación Pierini del Hospital Garraham y la Sociedad Argentina de Dermatología.

La enfermedad se presenta en los primeros meses de vida y se manifiesta por brotes recurrentes, caracterizados por una intensa sensación de picazón. Esto provoca un impacto emocional y psicológico en los niños y su entorno familiar.

En diálogo con La Capital Picone, explicó que los factores que desatan la enfermedad pueden ser físicos, ambientales y psicológicos, "siempre y cuando exista una predisposición genética", aclaró. Además del frío y la humedad, se sabe que existe un alergeno que si bien aún no fue identificado, se presume que habita en ciudades industrializadas.

Entre los factores psicológicos desencadenantes se cuentan las dificultades familiares o en otros ámbitos. "Los chicos se expresan con la piel. A veces el niño usa la enfermedad para controlar la situación en la familia y para llamar la atención", dijo Picone.

Si los padres son alérgicos, en el 70% de los casos uno de cada tres niños también lo será. La enfermedad suele aparecer entre los tres meses y los dos años y se puede prolongar en la pubertad. Muchos se curan solos.

La mayoría de los chicos con dermatitis atópica tiene piel seca. Esta posee pocas defensas por carecer de agua y está más predispuesta a enfermedades o irritaciones.

El primer signo es una manchita que aparece generalmente en la cara y perdura. Cuando son bebés, los niños se rascan poco, pero es posible observar que se apoyan a la mamá y se friccionan. Las manchitas rojas persisten y pueden aparecer alrededor de la boca. "Si pasan dos o tres días y no se van, se debe consultar al pediatra o dermatólogo", advirtió la doctora.


Piel seca
Las plaquitas rojas se extienden por el cuerpo. Se produce una descamación en las mejillas o en las superficies de extensión de los brazos y las piernas. Cuando los bebés gatean se afectan especialmente las zonas de roces. Al crecer, las escamas aparecen en los pliegues de la oreja y el cuello. En los bebés la sudoración los afecta porque cae sobre la piel irritada y produce numerosas placas rojas.

Otros signos menores son los eczemas, la caspita arriba de los ojos, los cortes detrás de las orejas, las manchitas blancas en la cara o la piel de rayador. "Una señal clave es la del niño que tenía la piel normal y de pronto la mamá advierte que se le puso seca, áspera y rugosa", aclaró Picone.

La enfermedad se caracteriza por provocar una intensa picazón. Frente a ello, la familia se desespera. Aunque pica durante todo el día, es más intensa durante la noche por el calor de la cama y el reposo. El niño duerme mal. "Los chicos se rascan hasta lastimarse, por eso las madres ven las sábanas ensangrentadas", explicó.


En busca de la cura
Aunque hasta el momento no existen recursos disponibles para la cura, sí se puede prevenir y aliviar. Al respecto Picone recomendó:

Mantener la piel del bebé lubricada.

Usar jabones de glicerina, de avena, syndet o neutros sin perfume .

Jamás utilizar talcos o féculas porque el polvo reseca la piel.

Evitar la sudoración: no sobreabrigarlos.

Cuando el niño está brotado es preferible que no juegue con arena o con polvo porque esas sustancias secan la piel.

Que los baños sean cortos y más bien tibios, casi fríos.

No vestirlos con ropa de lana.


Una vez confirmado el diagnóstico y durante el período de brote se puede tratar con alguna crema con corticoides, luego de haber efectuado una buena lubricación. "A veces para evitar el prurrito hay que darle algún antihistamínico por boca que no contenga corticoides. El corticoide oral se da en casos extremos. En cambio, el local no tiene mayores contraindicaciones siempre que esté controlado por el médico y que la cantidad sea poca".
Actualmente en el mercado se ofrecen dos drogas inmunomoduladores, que controlan el desencadenamiento del eczema, retardan el brote y alivian los síntomas. Una de ellas se utiliza en casos severos y generalizados y ninguna tiene contraindicaciones.

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La cara del niño, una de las zonas más afectadas.

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