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 miércoles, 07 de enero de 2004

Presos sofocados y amotinados en la seccional 26ª
La guardia descubrió un hueco y se alzaron 37 internos, agobiados en un penal mínimo y nauseabundo

El calor agobiante del lunes convirtió en irrespirable el calabozo de la comisaría 26ª donde se amontonaban 37 presos. Las altas temperaturas, el hacinamiento, la falta de higiene y el hallazgo por parte de los guardias de un hueco en la pared se condensaron cerca de la medianoche y desembocaron en un motín que se resolvió en forma pacífica y sin heridos. Luego de una negociación con la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) y la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC), el conflicto terminó con el traslado de 24 internos. A los que se fueron los repartieron en otras comisarías. Los que se quedaron en la húmeda celda reclaman elementos de limpieza y atención médica. El conflicto se desató alrededor de las 23 cuando se dispuso un control de rutina en la celda donde cohabitan 37 personas. Los reclusos fueron trasladados a un pequeño patio techado por "razones de seguridad" mientras los guardias inspeccionaban el calabozo. En el cardinal oeste de la celda, cerca de un lavatorio, hallaron un hueco de pequeñas dimensiones disimulado con una mezcla de jabón, papel, pan y ladrillos. La pared había sido pintada de negro. Aunque el boquete era incipiente, se presume que los internos planeaban llegar hasta los cimientos para comenzar a cavar.

El hallazgo alteró los ánimos de los presos que estaban en el patio. "El personal tuvo que replegarse y cerrar las puertas de contención. Los detenidos comenzaron a amotinarse y encendieron un trozo de colchón que había allí", contó el comisario Horacio Dimenza.

El fuego fue apagado por los mismos guardias con los extinguidores de la seccional. Dos presos manifestaron que habían sufrido un principio de asfixia y pidieron asistencia médica. Los trasladaron al hospital Gamen de esa ciudad pero no les detectaron ninguna complicación respiratoria.

Durante la revuelta hubo un pico de tensión en el que, según la policía, los presos rompieron una reja del patio y violentaron la puerta corredizo que da al calabozo, al cual ingresaron antes de que comenzara la negociación con personal de la TOE.

"No tenían reclamos claros porque fue algo rápido y no programado", evaluó Dimenza. Alrededor de la 1 se sumaron al diálogo los miembros de la CTC. "Nos hicimos presentes para garantizar la seguridad de los presos en la requisa, que en general es una situación bastante violenta", señaló Lilian Echegoy, de la Coordinadora de Trabajo Carcelario.

"El lugar es indescriptible e irrespirable por el calor, el vapor y el olor. El patio es un cubículo de 2 por 2, cerrado hasta el techo con un enrejado muy tupido. No hay ventilación y no entra luz solar. El piso y los colchones están mojados, el baño tapado y lleno de restos de basura", describió la dirigente. La provisión de elementos de limpieza fue uno de los reclamos de los internos que las autoridades de la seccional se comprometieron a cumplir. También solicitaron que se atiendan sus problemas de salud (hay algunos infectados con el virus HIV) y que se mejore la alimentación. A causa de esas condiciones de vida, según Echegoy, "los presos están pálidos porque no ven nunca la luz del sol. Es un ambiente insalubre".

Alrededor de las 3 de la madrugada, con intervención del juzgado Correccional en feria, finalmente se dispuso la derivación de 24 internos a otras dependencias de la Unidad Regional II.

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