Año CXXXVII Nº 48216
La Ciudad
Política
Opinión
Información Gral
La Región
El Mundo
Policiales
Salud
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Salud 19/11
Autos 19/11
Turismo 16/11
Mujer 16/11
Economía 16/11
Señales 16/11


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 23 de noviembre de 2003

El departamento Rocha propone "alejarse del mundo"

Campo y mar, dos palabras que conjugan la belleza natural que hace de Rocha uno de los polos turísticos más atractivos de Uruguay. Quien se interne por su vasta geografía encontrará en sus paisajes algo parecido al ensueño, ese estado donde la conciencia deja paso a las emociones más puras, casi primitivas. La tranquilidad que desparrama su entorno produce en el turista sensaciones que se van encadenando a medida que uno transita sus variadas playas, todas provistas de un bucólico encanto que hace olvidar la vida trajinada.

Con costas oceánicas y olas inmensas, en Rocha hay propuestas de todo tipo para divertirse o la posibilidad única de aislarse del mundo, olvidando la hora y guiándose sólo por la ubicación del sol. Dentro de su exquisito menú se encuentran balnearios tranquilos o repletos de gente, con olas bravas (ideales para el surf) o playas de aguas más bien tranquilas.

Los aficionados a la fotografía tienen en esos parajes la excusa ideal para treparse a una roca o sobre una inmensa duna y ser testigos de los mejores amaneceres y atardeceres en el mar.

Cada balneario que se recorre tiene la impronta de la ruda vida de los pescadores, y eso ocurre desde La Paloma hasta Punta del Diablo, pasando por La Pedrera o Cabo Polonio.


La Paloma
La Paloma es el balneario más popular del departamento de Rocha como consecuencia de su variada propuesta de playas. La Balconada es la más querida por los jóvenes, que concurren en multitudes a aplaudir la puesta de sol, una costumbre que llevaron los argentinos hace medio siglo y que ya forma parte del folclore de casi todas las playas del país. Los Botes es una playa mansa en la que descansan los barcos de pescadores. El Cabito, ideal para los más pequeños por su tranquilidad. Solari, la elegida por los surfistas. La Aguada, Costa Azul y Antoniópolis, las preferidas por las familias que quieren un poco más de intimidad. Y muchas más, tal vez menos conocidas pero igual de hermosas. Otro de los atractivos es el faro de La Paloma, levantado en 1874 por la cantidad de naufragios que se sucedían en esa zona del océano. Subir a este mirador construido por albañiles italianos ofrece la posibilidad de deleitarse con una vista impresionante y de imaginar aquellos horizontes marinos cruzados por frágiles veleros de otros tiempos, cada uno con su historia, acaso magnificadas por las fábulas de la tradición oral de los actuales pobladores. La Paloma también tiene movimiento diurno y nocturno. Se lo dan sus múltiples bares y restaurantes, tiendas, casino y discotecas.


La Pedrera
El antiguo conjunto de casas, que data de 1898, se asoma al mar en un auténtico balcón. La Pedrera es vista desde lejos como un promontorio sobre el mar, único en las costas del país. Su gran acantilado y los roquedales en punta, la ventosa rambla y la sensación de pueblo que se respira en el conjunto, la convierten en un lugar de singular encanto natural. En La Pedrera hay buena hotelería, cabañas de alquiler, un camping y existe la posibilidad de hacer surf en la llamada playa del Barco, donde se observan los restos de un naufragio. Como en otros sitios de la costa de Rocha, en La Pedrera es casi una obligación mirar las estrellas de noche: la Vía Láctea se divisa desde esta zona del planeta en todo su esplendor.


Cabo Polonio
La forma más rápida para acceder a este lugar es por medio de los camiones todoterreno. Caminar por sus enormes dunas u orillar el mar puede demandar unas tres horas de viaje. La opción es simplemente suya, y en todos los casos es una travesía para alucinar. Durante mucho tiempo, el Polonio permaneció completamente aislado, con su hermoso faro solitario entre las masas rocosas. En la década del 80 proliferaron las pequeñas y rústicas construcciones de veraneo y los turistas fueron cada vez más numerosos. En el Polonio es posible alquilar una casita u hospedarse en pequeños hoteles frente a la playa mansa, donde también se han establecidos restaurantes que ofrecen buenos platos de pescado o arroz con mariscos. La gran playa Sur ofrece sol, aguas seguras y una vista excepcional. Por las noches, hay cabañas que funcionan como una suerte de boliches y pubs para beber y escuchar música. Aseguran quienes lo visitaron al menos una vez que estar en Cabo Polonio produce un estado de ánimo muy especial.


Punta del Diablo
La arquitectura, informal aunque atractiva con que creció este pueblo de pescadores, le da ese aire rústico de aldea marina, con playas verdaderamente espectaculares. Al suroeste de Punta del Diablo está la Brava, con olas que cortan el especial verde azul del mar. Para los más chicos es ideal la Mansa, una tranquila y enorme bahía resguardada del viento. Un lindo paseo desde Punta del Diablo consiste en alquilar un carro tirado por caballos y llegar por la playa hasta el cerro de la Viuda, un lugar de extrañas formaciones rocosas. En esta aldea agreste es muy común no sólo el alquiler de ranchos, sino también hospedarse en los conjuntos de cabañas.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Campo y mar, la conjugación perfecta.

Notas Relacionadas
Uruguay lanzó la temporada de verano 2004 en Punta del Este

Datos útiles


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados