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 domingo, 23 de noviembre de 2003

Después del éxito de "Jessico"
Babasónicos quiere sorprender con su nuevo disco "Infame"
Adrián Dargelos, el líder del grupo, dijo que la banda nunca respondió a lógica del marketing

Carolina Taffoni / La Capital

Adrián Dargelos dice que está cansado de su imagen discursiva, de esa posición de teórico del rock por excelencia que se ganó en los últimos años. Pero al rato va a estar hablando apasionadamente de su apuesta por el caos, de los discos de Queen, de la obra de Fogwill, de los shows de su banda y sobre todo de "Infame", el nuevo disco de Babasónicos, que el grupo presentará el próximo viernes en La Usina.

Después de la entrada a la masividad con "Jessico", que dio hits como "Los calientes" y "El loco", ahora Babasónicos se enfrenta al desafío de volver a seducir al público sin perder la bendición de la intelligentzia rockera. En charla con Escenario, Dargelos aseguró que la banda no tiene estrategia y que tampoco hace un promedio de excesos. "Vamos al exceso directamente", disparó.

-¿Cómo se gestó "Infame"?

-Babasónicos hace discos cuando vencen los discos anteriores, los que salimos a tocar. Cuando un disco tiene roce con el público ya pertenece a la gente que lo escucha y tiene un asidero en el imaginario, dejó de ser nuestro mundo de fantasía. Cuando notamos que el material ya no despierta en nosotros el vértigo, nos entran ganas de tocar algo distinto.

-En el título, ¿hay un juego de palabras con "fame" (fama en inglés)?

-No, nada que ver. Ese fue el manager nuestro que se lo explicó mal a uno y pobrecito el que no lo entendió (risas). La palabra "infame" tiene miles de interpretaciones. Yo le puse "infame" por la época, esta época donde un montón de gente sin ningún talento tiene acceso a la notoriedad, es el período más infame después de la segunda década infame, que sería el menemismo. Pero yo no quiero darle un sentido social y decir "esto es infame". En el mundo todos los valores parecen estar en un mismo umbral. Todos esos que salen en las revistas, todos son infames para mí.

-¿El disco tiene puntos en común con "Jessico"?

-Puede ser, pero este disco te lleva a otros paisajes. Me preocupo por generar otra atmósfera y por imbuirte otra sensación. Tiene otra frescura y como modelo de producción es distinto. "Jessico" estaba basado en la estructura de las canciones, que estaban soportadas sobre un swing y sobre eso se disponían los arreglos. Este disco trabaja en la espontaneidad, y los arreglos no fueron concebidos como cosas armadas para grabar.

-¿Por qué dijiste en una entrevista que a "Jessico" todos lo entendieron mal?

-Porque creían que era una condensación de la carrera de Babasónicos. Yo creo que con "Jessico" hicimos un disparate. Después de "Miami" yo me jugué a todo, y con "Jessico" no quería hacer otro disco de ruptura en este mercado que es una mierda. A "Jessico" lo hicimos en el escepticismo total. Dijimos: "Ahora que ya nadie nos quiere escuchar porque no somos una banda nueva, damos igual lo mejor que tenemos". Con "Miami" habíamos anunciado políticamente todo lo que había que anunciar, mientras los boludos de otros grupos decían tener un speech social y se habían guardado la plata. "Jessico" se antepone a todo un momento horrible de la Argentina y piensa en una moral más laxa y más alegre.

-Vos siempre hablás del caos y el desorden como pilares de Babasónicos, sin embargo no se trata del caos rockero históricamente relacionado con los excesos y la desidia, ¿a qué caos te referís?

-A que nosotros somos un grupo sin estrategia. No respondemos a la lógica del marketing. Nosotros no ensayamos los shows. Tampoco hacemos un promedio de los excesos, vamos al exceso directamente. Detrás de "Infame" hay un despropósito gigante, hay un exceso hasta en el buen gusto, hay derroche de fantasía. Nuestros shows son como poner en funcionamiento un conglomerado de ideas que suceden a la vez. Ninguno tiene muy claro cómo es. Esa situación tiene vértigo. Tampoco prevemos la reacción del público. Disparamos estímulos en todas las direcciones. Lo nuestro es el caos y la sorpresa, porque no sabemos cómo va a salir. Desde el primer disco operamos con el factor sorpresa, manipulamos sin conciencia. Los shows son eso, no hay jefes. El show sucede y va creándose a sí mismo en el discurrir sin sentido.

-La mirada de Babasónicos sobre el rock parece tener un carácter mesiánico, como que el rock puede cambiar cierto estado de las cosas...

-No creo que el rock pueda cambiar las cosas. Yo nunca me consideré vocero de mi público, que es lo que hacen otras bandas. El rock no cambia nada, es entretenimiento, yo lo tengo reclaro. Lo que creo es que el rock pone en juego ideas que no han pasado por filtros de conveniencia, hipocresía y moralidad, esa clase de filtros de las personas que tienen hijos, que tienen una estructura que mantener, que tienen empresas... las discográficas, por ejemplo. El rock dispara ideas que por su naturaleza son contrarias a la moral del presente. Enseguida el medio las insume y las hace estándares. Si las ideas malas van a ser aceptadas tan rápido, entonces plaguemos la música de ideas malas. Pero no es mesiánico. Así no voy a cambiar la conducta que forma la cultura.

-¿Hay un público que dejó de ir a los recitales de Babasónicos?

-No, creo que ninguno de nuestros viejos fans se ha alejado. Es cierto que los fans viejos odian a los fans nuevos, pero siguen yendo (risas). Eso es claro, porque ellos conocían el secreto y lo han bancado durante diez años. En realidad ellos se sienten muy contentos de que Babasónicos opere en la dignidad de hacer discos como "Jessico". Yo no me preocupo por esa pelea estúpida de "yo te conozco primero", porque no significa nada.

-¿Necesitás de tu vestuario para actuar en vivo?

-No, puedo subir al escenario en jean y remera. No tengo un plan. Nuestro único plan es el puro desconcierto, ser caótico, contradecirte, ir contra tus pasos, ir para adelante y volver.

-¿Estás cansado de tu imagen discursiva?

-Sí, me interesaría hablar menos. Pero los periodistas piensan que yo les voy a dar material para una nota, piensan que los demás no se van a arriesgar. En Babasónicos todos tienen la misma facilidad que yo para hablar. A veces los leo y aprendo un par de cosas. Entre nosotros sólo hablamos de música.

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Babasónicos se presentará el viernes en Rosario.

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