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 jueves, 18 de septiembre de 2003

¿Qué es un huevo en política?

Evaristo Monti

Ya se sabe que, en términos de naturaleza, el huevo es el modo que usa la gallina para hacer otra gallina. En política es el modo que usa un político con votos para consagrar políticos que no los tienen. Por ejemplo, Ibarra es el huevo que puso Kirchner para ganar en ciudad de Buenos Aires; Solá es el huevo que puso Duhalde para ganar en la provincia más grande; Nikisch es el huevo que puso Rozas para ganar en el Chaco y Binner se comportó como una máquina de poner huevos consagrando a docenas y se quedó afuera. Encima lo escrachan los propios huevos que puso. Una huevada descomunal que merece un minuto de atención otorgado luego de decir que algunas gallinas de raza y de alto rendimiento fracasaron en su propósito de alcanzar un récord mundial poniendo huevos cuadrados; por ejemplo, Hammerly. En cambio, hizo milagros: ¡seis diputados nacionales! Ya lo decía Aniceto el Pollo: "Perdón por la comparancia, ¡qué pedazo de ponedora!". Si hasta Obeid que no quiso aceptar la ley del gallinero -según la cual la gallina de arriba enchastra a la de abajo- terminó haciéndose fotografiar junto al gobernador y, por lo que me dicen en el círculo íntimo del Turco santafesino, inteligentemente conversa con Reutemann porque, como diría Cabrera Infante, no quiere lola con el Lole. Lo va a necesitar para el concepto de moda, la gobernabilidad, teniendo en cuenta que cada capillita quiere su propio párroco. En el caso de Binner que, como ya se sabe "no me simpatiza" -según la jerigonza del Chavo-, lo menos que puede hacer es llorar. Se va a una de esas ferias que le arruinan la vida a los vecinos -¿usted vio lo que es calle Córdoba entre Corrientes y Paraguay?- y llora. Binner puso los votos y la familia los cargos. Menos para su pretensión, Binner hizo todo: diputados nacionales, 18 provinciales e intendentes incluyendo Lifschitz en Rosario. Sacudió votos que da miedo y ahora los beneficiados con su performance, los que por las suyas jamás hubieran logrado nada, lo despellejan públicamente. Para los ateos, Judas no existe. Puesto que para los socialistas la serie de TV preferida vendría a ser "Los simuladores" cuyo creador y director, Damián Szifrón, anduvo ayer por Rosario, el tardío acto de sinceramiento de Binner demuestra que fueron al comicio mintiendo unidad de criterio cuando el conventillo político sabía que los del intendente y los de la familia estaban ásperamente enfrentados. Lifschitz es el producto de un empate y será autoridad en Rosario sólo porque la bronca fraterna del que debió decidirlo impidió abrir las urnas. Lifschitz es tan buen tipo que jamás podré decir que es producto del fraude o un impostor, ya que además no tengo pruebas, pero no me arrancarán de la cabeza este convencimiento de la pizarreada socialista, favorecida por la falta de esfuerzo de Nicotra, cuyo sector se negó al mínimo financiamiento de fiscales. En la Argentina, país donde la política se hace atacando por corrupto al otro, ¿se puede ganar un comicio sin fiscales? En el universo de las sensaciones, esa combinación personal llamada genoma humano uno no atina a definir si Di Pollina o Giustiniani atacando a Binner creen que las bancas nacionales que alcanzaron el domingo último las tendrían a no ser por Binner (620.000 votos, Giustiniani apenas el 65% de esa cantidad y Di Polina el 70%) que los remolcó, consagró, sentó y le espetó el reproche correcto y certero. Privilegiaron los cargos, usaron el partido para ellos y usaron a Binner para llegar. En el excelente reportaje que le hizo el diario El Litoral, con rigor profesional y respuestas con recia lógica de la mentira binnerista, Hermes Juan acusa a la familia y la acusa con razón, el ensamble con el ARI creaba un panorama distinto. Si bien la Carrió se apresta a colgar los botines, aunque se haga la gimnasta envuelta en un jogging súper extra large, con Binner y Elisa recorriendo la provincia era otra cosa. Como lo hubiera sido con Reutemann junto a Obeid o en Rosario de caravana con Nicotra. No hay en la escala natural un bicho más sinuoso que un político con votos y no me hable del gusano o la víbora, pobrecitos, se arrastran porque no tienen patas. Sin Binner el P.S. entraba detrás de Recrear. Ya lo dijo Galíndez con ordinario y destemplado verbo: "no jodan viejo, el carrero le pega más fuerte al caballo más noble porque los otros ni matándolos sirven". Binner está para ocupar el espacio que deja Alberto Migré -como libretista digo, por favor- ya que en vez de expresarse por el diario de su ciudad llama al de Santa Fe mientras se hace buches hablando de autonomía y dice zonceras como que se aliaron con radicales seguidores de Alem e Yrigoyen (¿D'Ambrosio, la mujer del Changui Cáceres, Mascheroni?) o con PDP seguidores de Lisandro de la Torre (¿Favario? funcionario del Proceso que Hermes repudia) con el cual el cordobés Querejeta le preguntó como sus íntimos: "Tío, en serio ¿tai mamao?". Falta que Ibarra crea que ganó él. Atienda esta ecuación, Macri le ganó lejos a Ibarra pero Kirchner les ganó a los dos juntos, en un domingo sensacional para Lupo excepto por culpa de esa maldita ley de lemas que lo hizo perder en su ciudad, Río Gallegos. El ganador, un radical, Héctor Roquel, aprovechó para imputarle lo mismo que él, Kirchner, le imputa a Menem. Volviendo a Binner, me parece que el cordobés Querejeta le formuló bien la pregunta ¿usted sabe que Binner hizo un apoyo explícito en el Hotel Intercontinental de Capital Federal a Jorge Rivas, de Unidad Socialista para gobernador de la provincia de Buenos Aires? Sacó el 1.5% de los votos. Esto despierta curiosidad sobre el funcionamiento de las dendritas de los políticos de una franja ponderable, pero Binner, que empezó como empleado de un gobierno peronista, con Reviglio, seguramente completará su ciclo como empleado de otro gobierno peronista, el de Kirchner. Y en el 2005 se presenta para diputado nacional. Si quiere le escribo el slogan, salvo que se enoje Baltuzzi presidente del PJ cuya suerte supongo deberá resolverse pronto y es dable esperar que Reutemann y Obeid se pongan de acuerdo para darle al partido más grande y vencedor, un grupo de conducción que no parezca una broma.

El domingo 14, cuando se votó en Buenos Aires, yo estaba allí, desde el viernes. En la noche previa, comiendo con algunos amigos del kirchnerismo (1) me dijeron que ganaba Ibarra con esta ironía: "El gobierno de esta ciudad bien vale 8 millones de dólares". Fue la jugada maestra del presidente demorando el pago de los 2.900 millones, que cumplieron 48 horas después. Nos cobran 8 millones de interés -50% anual, usureros- se manejó con sutileza y en esas horas, docenas de miles sobre un padrón de 2.500.000, acompañaron a Kirchner, cálidamente, desde la izquierda y otros tantos desde la derecha, al informarse que Bush presionó para firmar el acuerdo. Según es notorio, el domingo tras votar fueron detenidos 35 barrabravas acusados de asociación ilícita, un secuestrador y un asesino ¿cuánto pagaríamos por saber a quien votaron, a Ibarra o Macri?. Ni Kasparov hace el desarrollo estratégico que hizo Kirchner para que ganara Ibarra. Pero ojo, el acuerdo con el FMI no es como los despistados creen, es duro, severo, y agrio. Ya empezaron embargos cuantiosos de modo que Kirchner deberá ir a Washington y arreglarlo allá, evitando pagar con sangre como la Unión Soviética le hizo pagar a la Cuba de Fidel en Angola. Ya anunció Lavagna que aumentará el gas cuyos precios, admitió el tambaleante ministro, están muy bajos y eso implica variantes significativas para el transporte. El país es monocolor, al punto que el propio presidente apunta y subraya quienes deben oponérseles, anteanoche designó para esa tarea a Macri y la Carrió. El drama de tener excesivo poder es la tentación de abusarlo, por soberbia o torpeza. Por ambas cosas, no tenemos hoy el programa Circunvalar, soberbia y torpeza de Binner y su comparsa estudiantil cuando Menem lo ofreció en bandeja. Horas atrás, en la jornada sobre desarrollo regional organizada por Idea en la Bolsa de Comercio, Díaz Hermelo, gerente del FC Nuevo Argentino pronosticó: "El anillo ferroviario por la AO12 llamado Circunvalar en torno de Rosario será una prioridad" y sería una realidad si a los rosarinos nos hubiera gobernado un grupo serio, industrioso y eficiente, no una bolsa de gatos cuyos arañazos han salido ahora a la luz pública.

El malevo Galíndez sacudió el árbol: "Para que no hablen macanas sobre nuestras elecciones, suspendieron sin fecha las de California porque las máquinas son obsoletas". Ni se le ocurra que les mandemos para reemplazarlas a los dedos veloces de los chicos socialistas. Terminemos con un poco de alegría ya que hablamos de huevos copiando de Bioy Casares una anécdota de su libro "De jardines ajenos". Una familia bacana invitó a gustar los huevos traídos de su estancia a Marcelo T. de Alvear, que era ceceoso. La dueña de casa lo atendió personalmente: "-Doctor, le pone sal a los huevos?" -"No zeñora" -"¿Le pone pimienta?"- No, zeñora- "¿Le pone mostaza?" -"No zeñora" -"Doctor ¿qué le pone a los huevos?" y Alvear medio dormido le contestó: "Talco, Zeñora, talco".

(1) Es un chiste espantapájaros,

eran menemistas.

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