Fuera de foco

Adriana Felicia: "Necesitamos escucharnos"

"A la luz de la lumbre" rescata el intimismo de la narración oral

-¿Cómo reunís los textos?

-Los textos provienen de la tradición oral. Algunos son adaptaciones mías de distintas publicaciones, pero también tenemos de autores nacionales y otros de dos narradores colombianos, Oscar Corredori y Daniel Hernández, que conocimos en el Festival de Narración Oral, un espacio paralelo que se realiza durante la Feria del Libro de Buenos Aires. Ellos nos cedieron un material muy interesante y valioso para ellos, lo que nos obligó a optimizar la prolijidad en la adaptación y puesta en escena.

-¿Cómo es la puesta en escena?

-Lo que cuenta fundamentalmente es rescatar la tradición de los narradores, que iban de un lugar a otro, generando un clima singular a su paso, para compartir esas historias de distintos orígenes. Es una puesta muy simple, con velas y una valija como un elemento simbólico asociado a la idea de viaje, que se va transformando de acuerdo a nuestras necesidad en distintas cosas. A veces es la narración pura la que prevalece y otras, el actor se apropia del personaje y lo interpreta.

-¿Qué temas abordás en las historias?

-Hay desde historias diabólicas, fábulas arrabaleras, historias de amor o nostálgicas, de suspenso, una diversidad que hace que el espectáculo sea tanto para adultos como para escuelas.

-¿Cuál es el aporte pedagógico?

-Principalmente la estimulación de la lectura, jugar con la fantasía y la imaginación. Terminamos de narrar y la idea es transmitirles a los espectadores que no se queden con nuestra palabra, sino que vayan a las fuentes, y puedan cotejar lo que ellos imaginaron con lo que está escrito.

-¿Por qué te interesaste en este tipo de trabajo?

-Personalmente me produce mucha pasión y placer compartir lo que uno leyó, así como escuchar también a quien tenga la capacidad de narrar. Es un goce muy grande que lo viví en Italia, donde la tradición oral es muy fuerte. Allí trabajé en las calles y es muy placentera la comunicación que se da entre el que cuenta y ese grupo que se reúne con la única intención de compartir un momento.

-¿Cómo se inserta un espectáculo tan intimista en el reino del zapping?

-Es verdad que los narradores fueron desplazados por los medios electrónicos, pero el objetivo es rescatar esa cuestión y puede ser sorprendente ver la reacción de la gente cuando se detiene un poco. Creo que hay necesidad de escucharnos. Si le das eso, la gente lo disfruta. Por ejemplo en Buenos Aires hay un movimiento muy fuerte de narración oral en distintos espacios. En Rosario existe, pero todavía falta constituirse en un movimiento, lo que sería una alternativa muy interesante.

-¿Por qué alguien debería escuchar si puede simplificar y leerlo?

-Sucede que no se trata de un trabajo donde el espectador está en un lugar pasivo. Hay un intercambio de emociones entre el público y el que cuenta, porque el que narra transmite al espectador emociones diferentes a las que puede experimentar como lector.

"A la luz de la lumbre" va mañana, a las 22, en Centro Cultura Ross, Córdoba 1347.

Felicia, Molinelli y Remes.