| jueves, 18 de septiembre de 2003 | "Hospital público" Tuvo un cierre feliz y con moralejas "Hospital público" tuvo su final feliz. El unitario de 13 capítulos -que promedió 5.4 puntos en la pantalla de América- mostró los problemas de todos los hospitales del país, y no faltaron romances, conflictos gremiales, algo de humor y drama. Quizá le faltó un poco de ritmo, no tuvo un sonido adecuado y la estética visual fue un tanto convencional. Pero valió la pena meterse dentro de este centro de salud, aunque a veces salpicó un poco con sangre.
El último capítulo, emitido anteayer, tuvo la intención de enfocar un caso real -como cada semana- pero también cerrar historias del equipo de médicos. La más atrapante fue la del jefe de guardia Javier Grotz (Mauricio Dayub) y la ginecóloga Valeria Quiroga (Virginia Innocenti), y en menor escala la relación entre Luciano Benegas (Pablo Rago) y Raquel Dickman (Jimena Anganuzzi).
Valeria, quien siente una suerte de amor y odio por su jefe de guardia, sufrió hasta el final pero obtuvo su recompensa. Es que el polémico Grotz, ahora ascendido a director, le otorgó su puesto anterior. Quedó picando que si antes había algo de onda entre los dos, esta situación los puso al límite del romance. En tanto, Luciano y Raquel decidieron tomarse su pareja en serio, entre mimos y arrumacos.
El mensaje por la vida sobrevoló la última entrega. En principio se vio un parto (no con la contundencia de "E 24", pero mejor trabajado desde la ficción) y a una pareja con HIV que deciden seguir con el embarazo de la infectada. En los títulos finales se informó que en el caso real el niño nació sano, y la misma suerte tuvo el del parto, que pesó 3 kilos 800 gramos. El flashback del cierre reflejó cómo conviven la vida y la muerte en los hospitales. Y que el amor a veces se mezcla en esos universos. enviar nota por e-mail | | |